EL SANTO PROTOCOLO

“El Santo Protocolo o Protocolo Santo”

Cuando José fue visitado por el Ángel, no supo guardar el protocolo y el Ángel le tuvo que hacer entrar en el protocolo. Él debía haber descalzado sus pies, pues la autoridad que se le presentó delante lo requería. El centurión que rogó a Jesús por la sanidad de su siervo también siendo romano, supo cumplir el orden del protocolo. Hay que saber callar, hay que saber respetar, estar quietos o según requiera el Señor en cada momento.
Los adoradores son diplomáticos que saben cumplir el protocolo para acercarse a Dios. Nuestro cumplimiento ha de ser estricto para que Dios nos tome en serio. La adoración es el protocolo de la corte espiritual.
El Señor nos toma cuando estamos en esa concentración de hambre desesperada.
Dice el salmo

“…entrad por sus puertas con gratitud, por sus atrios con alabanza”

Esto es orden estricto del Espíritu. Con las impurezas que engendramos en el interior como: celos, envidias, murmuración, etc. no podemos entrar en acción en el Reino.
Israel aprendió  a comportarse delante de la Presencia de Dios. Jesús es la inspiración a cumplir el protocolo.
Moisés siendo un estadista, fue humilde y se pasó del protocolo de la corte del Faraón al protocolo del Reino de Dios.
Jesús amaba la enseñanza, amaba cada palabra que salía de su boca, amaba cada gesto que hacía con sus manos. Su Palabra tiene que hacer todo lo que Él quiere porque ama tanto el hacer la obra como al Padre le satisface. Cuando Jesús exponía la Palabra, lo hacía con tanta autoridad, que creaba milagros continuamente. El saltarnos las normas impuestas por Dios tarde o temprano sale caro. No cualquiera puede dar órdenes para el desarrollo del protocolo del culto. Nuestros brazos deben estar siempre en alto y la guerra hacérsela al diablo. Nuestro enemigo, el diablo, quiso romper el protocolo que existía en el cielo y quiso recibir gloria de parte de los ángeles.

En nosotros se está formando poco a poco un ser espiritual, el cual invoca a Dios y se viste de gloria, de honra y de inmortalidad.
En el desierto de la tentación donde fue llevado Jesús, el diablo, intentó meter a Jesús en un protocolo satánico, queriendo poner a Jesús de rodillas ante sus pies.
Pero Jesús no se calló, sino que le respondió según el orden divino.
El profeta Daniel se saltó el protocolo que había establecido el rey de Babilonia, y se pasó a cumplir el protocolo que Dios estableció para los que eran varones escogido de entre los escogidos.
El sufrimiento y el dolor nos abre el entendimiento. Él dolor es sabio.
Descalzarse delante de su Presencia, significa quitarse el orgullo que arrastramos.

Salmos 81:16

81:16  Les sustentaría Dios con lo mejor del trigo, Y con miel de la peña les saciaría.