LA SANTIDAD
Dios nos da sabiduría para después probarnos. 2 Corintios 7:1
Hebreos 12:14
Hoy se siguen las habilidades, los atractivos naturales pero no se busca a Dios para que vivan nuestros corazones.
La sabiduría nos capacita para soportar las pruebas.
Los animales que nos hemos reservado para ofrecer los al Señor en sacrificio, no son los apropiados. Es diferente animales para ofrendar y animales para el sacrificio. Lo que es ofrenda no lo podemos entregar en sacrificio. El crecimiento de la santidad nos viene por la intimidad con Cristo. En la congregación debemos poner la mirada en la santidad de Dios manifestada. Las raíces puestas en la Roca que es Cristo, nunca se saldrán de la verdad.
Dios conoce el interior de las almas hasta el punto que ve el tesoro y sabe escudriñarlo. A Samaria Dios le ha concedido tener en su mano, el “pan de la Adoración”. Él ha manifestado sus proezas, para con su siervo. Con Gedeón fueron llamados treinta y dos mil, pero de entre estos, Dios escogió a solo trescientos. Estos escogidos fueron santificados al llamamiento. Si eres de los trescientos escogidos debes comer carne, para estar fortalecido desde adentro.
Los que murieron antes de adquirir santidad, no vieron al Señor.
Seguir la santidad, es pura disciplina. No es fácil apartarse de lo malo, para que lo bueno se apodere de nosotros.
Cristo nació de una virgen y en el cuerpo de esta no entró ningún pecado oculto; aunque ella venia con su pecado heredado de sus padres. Ahora nosotros comemos de la naturaleza de Cristo, de su santidad y de su verdad. El corazón de la santidad, no es el corazón de las congojas, de los sentimientos naturales. El corazón que es de la santidad, busca sin cesar a Dios y su Presencia.
Sin santidad no podemos conocer a Dios.
Cuando el pueblo de Israel le traía una ofrenda a Jehová no le servía cualquier animal, sino que tenía que ser perfecto y amado para su amo. La ofrenda debía ser especial como algo cuidado y preparado con tiempo para agradar a Jehová.
Las ofrendas para nosotros hoy y los sacrificios deben conservar la misma esencia que en el antiguo testamento, pero con los ojos puestos en el Sacrificio de Jesús por nosotros
Dios no se atreve a invertir allí donde ve que hay obstinación e idolatría. El reino de Dios se rige por la obediencia a la Palabra. El anticristo está levantando una única mentalidad de anarquía o de separación de Dios.
Jesús conoció el corazón, el tesoro que tenía dentro Pedro y cuando lo llamó, ese “tesoro” le respondió con creces. La mejor forma de responder a Dios es con la obediencia.
Nadie tiene autoridad por si mismo, si primero no está sometido al Pastor. Dios nos da autoridad cuando reconocemos la autoridad superior.
1 Pedro 1:16
Jesús mismo cuando predicaba, hacía énfasis en decir “escrito está” pues reconocía la autoridad de la palabra profética escrita desde el principio.