Cuando nos acostumbramos a oír sin parar la voz del Espíritu Santo, puede llegar el tiempo en que se haga común. Yo no me acostumbraré a su unción porque la anhelo con todo mí ser.
El Espiritu Santo no es manipulable. Solo conoce lo profundo y escondido de Dios su Santo Espiritu.
Si no cambio es porque no creo. Queremos pasar por aventureros del evangelio y eso es falso.
Es necesario que el Hijo del hombre sorprendiese a los suyos. Y donde más los sorprendió, fue al verlo suspendido por los clavos
en la cruz. No querían verlo allí clavado, no les encajaba con la visión de vencedor y Mesías.
Jesús no es un sueño de papel, Él es real y toca con sus experiencias. Millones de cristianos se van al infierno con dones muy preciosos.
Romanos 5: 20
Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; más cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;
21 Para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
La lógica del mundo no es transmisible al mundo espiritual. Él contradice con su Amor y su fe todo lo racional.
Si la gracia sobreabunda, el pecado no se señoreará más de nosotros. Nuestra fe provoca al pecado a irse.
La gracia y la fe hacen que nos nivelemos. Nuestra nueva creación no está en el hombre viejo, no tiene nada que ver con la ley del
antiguo pacto. Mi nueva creación depende cien por cien de fe. ¿a quién me acercaré mayormente? A los que padecen y sufren por
causa del evangelio. Los débiles son los que no se saben defender. Dos eran los que querían destruir a Job, por un lado el diablo y por otro sus tres amigos.
Cuando los “inocentes” se inventan mentiras y las entretejen para destruir a lo bueno, y pequeñito de Dios.
Los que están llenos de fe, no les afecta la ofensa. Mi fidelidad tiene que ser hasta la muerte. Sea con Dios o con mi hermano.
Solo un vaso quebrado es fiable. La carne cuando se cree fiable pide la cabeza del profeta.
Con una hora de culto, queremos salvar el expediente de toda la semana. Eso es religiosidad. Todo lo que practicamos en injusticia, es porque hemos pasado por alto la verdadera justicia del Dios viviente.