MARTIR EN CRISTO

Según nuestro entrenamiento seremos establecidos en su gloria. Nuestra vida estará basada en imitar la fe del pastor. Será preferente en su gloria, todo aquel que se adiestra en el sufrimiento de los mártires.
 
Mártires vivientes son todos aquellos (pocos) que por amor a Cristo, renuncian a ser ellos y dejan que Él gobierne en ellos.
El pastor transmite sus enseñanzas a todos, pero solo el que tiene una fe de categoría se vuelve característico en él.
Si recibimos la fe del siervo, eso nos hace diferentes en cuanto al nivel espiritual.
 
No es fácil ser amigo del profeta. Este normalmente sufre con el profeta, convirtiéndose en mártir por amor a él Daniel y sus tres amigos. David y sus tres amigos. Jesús y sus tres preferidos (Pedro, Juan, Santiago).
Dios pone a prueba a sus profetas y por consiguiente sus amigos serán atribulados igual.
 
La inspiración del profeta, será transferida a aquellos que viven la misma fe. En medio de la hora de la prueba, de los mártires de Cristo, Él Señor no se queda al margen.
Los rostros de los que oyen y obedecen a la palabra, resplandecerán, pues ellos se ansían del aceite del Espíritu.
Si imitamos algo, que sea “la santísima Fe”.
El Señor nos pide las cosas por pruebas de fuego. Sin precio no hay recompensas. Los verdaderos amigos siempre reconocen a su maestro superior a ellos.
 
Él ha determinado unas carreras para los cuales no son muchos los que conseguirán alcanzar el premio.
Él aborrece a los soberbios porque estos se enseñorean sobre los pequeñitos.
Los que no imitan, son perezosos y retroceden cada día que pasa.
Los amigos tendrán en gloria su morada junto a sus pastores profetas.
 
Él estadista Moisés tenía dos amigos muy especiales, eran Josué y Caleb. Tenían una disciplina distinta a todo el resto de los hebreos.
El alma es mimosa con sus pecados arraigados. No verá la vara de Dios como alivio sino como castigo.
En los cielos tendremos lo que nos merecemos aquí.