El Señor siempre habla desde un Altar. Cuando una palabra sale del Trono de Dios a través del profeta, quien se enganche a esa voz entrará en una regeneración total.
Dios es Dios y Padre de todas las familias de la tierra. Pero de aquellas que atienden de forma especial a su llamado.
Los espirituales oyen desde el altar que levantan para Dios. Dios no hace llamado a nadie que no levante primero un altar desde el corazón.
Los que causan molestias cuando hablan diciendo la verdad, son los verdaderos discípulos. La espada de doble filo a quienes traspasa los vuelve o transforma en otra persona, aptos para pasar a otro reino.
Hoy no hay valientes, no muchos, porque no conocen los grados necesarios para crecer.
Consolador quiere decir, persona que estará siempre a tu lado y no te dejará solo jamás.
Gedeón, al igual que muchos otros, tuvo que levantar un altar antes de que Dios le hablara.
El Consolador nos da la seguridad de quien nos envía. Siempre será mayor la palabra dada, que el que la trasmite. Dios no habla con fuego extraño (del alma, de pasiones, de envidias,…) Él habla desde el corazón santificado, siervo humillado al que mirará y lo pondrá sobre sus pies.
Parte de la naturaleza Divina es la que Dios ha puesto en nuestro corazón.
La luz aumenta si tenemos una ofrenda digna de Dios. Él no nos dirá como debe ser nuestra ofrenda. Él hace que nosotros decidamos como elevar nuestro sacrificio.
Si estoy mal con mi hermano Dios no oirá mi suplica.
La Palabra al pie de la letra en lo natural produce confusión, tiene que ser revelada por el Consolador.
Si no hay altar no hay devoción, no hay compromiso.
Samuel fue llamado desde un altar y por ello heredó de Dios toda la revelación.
Los herederos de Dios son los que viven una vida de agrado, Abraham fue heredero de las glorias de Jehová (lo fue desde el altar del cielo) Con el origen del pecado solo podremos morir.
El altar de Jesús fue la Cruz y su cuerpo la ofrenda. El Padre no lo aceptó fácilmente. Sus ojos se apartaron por unos momentos al ver la sombra de pecados ajenos sobre el cuerpo de Jesús.
Los hijos desean vivir en el Altar, cada uno ocupa su lugar en el cuerpo, y al final de los tiempos (en las bodas del cordero) veremos la cabeza unida al cuerpo.
El cuerpo debe estar continuamente presentando sacrificios a la Cabeza que es Cristo.
Sacrificios que se hacen pasar por dignos no sirven, delante del Padre. Ofrenda de Caín que era terrenal y el origen de su sacrificio era tan bajo, que solo consiguió enojar a Jehová. Hoy también debemos presentar sacrificio vivo para ser perdonados y consolados por el Perdonador.
Antes de la caída de Eva y Adán, no conocían los enojos, las envidias, el dolor, etc. El pecado abrió los ojos del entendimiento y conocieron la facultad de decidir lo malo y esto con todas sus consecuencias.
Yo necesito un altar y para ello debo tomar y llevar mi cruz. Dios contestó al sacrificio de Abel, se complació y se agradó en él.
Estas escrituras de hoy nos atraen a la luz necesaria para crecer y acercarnos a Él.
¿Quién me separará del Amor de Cristo? Nadie podrá, si el amor que tengo es el verdadero. El Amor de Dios se volvió verdadero y cercano a nosotros, en el momento que Él entregó su vida en la Cruz.
El Ángel le dice a Daniel: “¿No sabes que eres muy amado?”. Daniel era un chico puro, fiel y sabio a la hora de moverse en la casa de Dios.
Muchas cosas nos podrán derribar de la postura de fidelidad a Dios, pero separarnos de su Amor solo yo mismo puedo hacerlo. Hay un cáncer en el alma que impide que crezca y se levante el altar en mi corazón. Según la persona, los ataques del pasado nos pueden hacer frente y bajarnos de una de sus Glorias. Conseguir Glorias, grados o niveles, no quiere decir que vayamos a conservarlos sin sufrimientos, para conservarlos debo mantener mi altar purificado y santificado.
El hombre no aprueba mi altar, el Pastor puede darme “pistas” para como purificar mi altar pero la “nota” final, la pone Dios.
Todos los dioses quieren que se les levante altar, para que todos les reconozcan y les adoren.
Antes de levantar tu altar a Dios, vigila que luz es la que resplandece en ese lugar. Su Altar está cubierto de la luz Eterna que incluso anula el resplandor del oro que lo cubre.
Tenemos que vivir con una entereza espiritual, que Dios nos otorga para estar firmes y no desmayar.
Dios se agrada del que se entrega con las manos llenas. Los diez leprosos tuvieron que obedecer ofreciendo ofrenda al altar del Templo. Sin la ofrenda no había redención de culpa. La mujer de Lot no tenía ninguna convicción de cuál era el Altar que su marido Lot tenía.
Se llevara tiempo levantar un altar, no se hace en cuatro días. Su casa, su Iglesia se necesita muchísimo los unos a los otros.
Estamos en el tiempo más crucial a la hora de ser Uno.
Si vemos que el ungido (pastor) está dando palabra de advertencia o de profecía con promesa, no podemos reírnos y menospreciar, porque la muerte nos saldrá al encuentro y nos destruirá.
No abriré mi boca para malo, únicamente para hablar lo bueno, de esta manera seremos santificados el uno en el otro (matrimonios de Dios). Desearemos estar de acuerdo siempre en las cosas Santas del Reino de Dios.
La palabra Reino significa corona. Estas serán recompensas que recibirán los hijos que superen el paraíso.
Iglesias gigantescas, que dejan que el fuego del Altar se apague, tiene como consecuencia el cierre de esos locales. Motivos tiene muchos Satanás para apagar el fuego del Altar de Jehová.
Su Iglesia crecerá por las generaciones dictadas por el Señor.
Todo el renuevo está listo a la orden del Profeta para que estos crezcan y saquen el fruto de la revelación.
Un diácono auténtico es aquel que trabaja en todas las áreas y deja su vida por amor a la Obra, viene a ser un todoterreno. Todo lo que le traigo a Jehová desde reacciones que tienen despotismo, Dios lo aborrece. Él no quiere en su casa hijos “sicópatas”, personas que intentan destruir con sus actitudes.
¿Quién seguía a Jesús? Sólo los que tenían una actitud de humillación y que buscaban la verdadera agua del cielo. Aquí en Samaria hay agua de Verdad.