En los retiros que se hacen en Samaria, se vuelven congresos, queriendo decir que, esto representa una madurez que se nos imparte desde el ministerio de José García, hacia el resto de miembros.
Ninguna palabra cayó a tierra del profeta Samuel. Igualmente tenemos que coger la palabra que sale de la boca del Pastor y tomarla para nosotros, antes de que caiga a tierra.
Las proezas que están por llegar, deben formarse en la mente del Pastor, antes de que salgan a luz. Nadie conoce la intensidad de dicha presión, pero el cumplimiento de dicho gozo, será disfrutado por todos los que le han creído.
Podremos explicar todas estas maravillas de Dios, para que los corazones se derritan delante del Pastor de Pastores.
Jesús es el que desciende para recoger las ofrendas de deleites que les preparan sus amados.
A nivel de Cataluña hay una rotura política y social debido a que al frente hay directivos que no han sabido gestionar el poder. Donde no hay patriotas, todo se hunde, igual pasa en el reino de Dios: los patriotas del Padre, unen al resto como una sola visión de Fe.
Cuando Dios le ha puesto al Pastor de Samaria “esfuérzate todavía más” todos los que de cerca han seguido sus pasos, saben que tienen que esforzarse también más.
Para asegurarnos una corona en el Cielo, tenemos que dar más allá de nuestras fuerzas. Esto no es cosa de niños.
Solo la madurez hace que sigas de cerca al ungido.
El clamor de una vigilia, nunca será bajo gritería ni “abusos de orden”. La relación que tenemos con los demás hace que las rodillas se fortalezcan. En el camino natural después de un gran esfuerzo, una buena ducha, horas de sueño y se recupera el ser. Pero en el hombre interior no se alcanza el refrigerio ni el descanso así, únicamente encerrado en Jesús conocerás el paso que debes dar.
Hay enemigos que los creamos nosotros, pero otros los envía el diablo. Estad atentos y velad.
El Señor está conmigo hasta el final pero nunca dejando la Fe atrás. Todo pensamiento que Dios envía es para hacernos sabios en Él. Él es quien enriquece en lo físico y en lo natural. La mayor riqueza Dios se la ha dado a hombres de Fe. Como ejemplo, Dios toma a José, y al no escuchar ninguna queja de su boca, lo enriquece hasta lo más elevado en Egipto.
Cuando se levanta alguien con grandes experiencias de Dios, tenemos la tendencia a menospreciar, pues decimos que nosotros no lo tenemos y lo juzgamos, pecando delante de la Presencia de Dios.
La parte de la congregación que solo visita, o entran y salen de las reuniones, no serán consideradas cuerpo de Cristo y mucho menos heredarán los Reinos.
Los preparativos de un cristiano no acaban nunca, debemos estar ejercitando continuamente el músculo de la Fe. Sólo los celosos alcanzan subir el muro de separación de nuestra propia mente con Dios y consiguen tener contacto visual con su Persona.
El Pastor de Samaria disfruta al cuerpo, cuando ellos son hallados por Dios.
Sin seguir a un preparador, que te motive al esfuerzo, no conseguiremos ninguna meta.
Los que apacientan a los miembros de verdad, saben hacerse a los débiles. Todos tendrán que estar en comunión, buscando los argumentos divinos. Aparentando humildad, amor, llenura, no somos capaces de amar de verdad y mucho menos animar o redargüir.
El arrepentimiento diario es el que nos hace ser aptos. Muchos viven del arrepentimiento original que tuvieron un día pero ya no permanecen al lado de la verdad. El mayor arrepentimiento es el del “irreprensible” porque te conduce a la Santidad a diario. Dios le da a Samaria el legado de los levitas. Quiere decir, que llevaremos el arca de Dios, o sea, su Gloria. Todos los que vivan en el verdadero arrepentimiento entrarán a formar parte de este ministerio levítico.
La vergüenza pública es necesaria para demostrar el arrepentimiento auténtico. Todos los que esconden el pecado para no pasar vergüenza, serán ignorados por el Maestro.
Gedeón se levantó con trescientos colaboradores, pero ninguno de ellos tomaría el relevo de Gedeón. Sólo le valía a los trecientos su grado de obediencia.
Ninguno de estos colaboradores le dijo a Gedeón: “Oye que yo ya obedezco a Dios”.
Si el Pastor se equivoca sin maldad, Dios le corrige en su infinito amor.
En la escuela de la humildad no suelen haber muchos alumnos.
Imitar lo bueno de los demás, es más constructivo de lo que nos pensamos.
El Pastor quiere hacer práctica en la vida en Santidad.
Conocer y entender todos los movimientos del espíritu, hace que no te separes de los hermanos. La falsa espiritualidad se separa de los hermanos y les mira por encima del hombro, pero la verdadera hace que te unas al sencillo y humilde.