Con todas las experiencias que Dios está derramando en Samaria, se deben tomar y testificar con ellas para ganar almas. A veces en otros lugares, con una visión, sueño o éxtasis del infierno, toman la carga de proclamarlo entre las naciones, trayendo fruto de salvación y arrepentimiento.
No olvidemos nunca las maravillas y las señales de Dios. En las aguas hay que avanzar y no quedarse con el agua por los tobillos. No basta con querer avanzar, hay que clamar al Cielo y pedirle un aumento en el río de Dios.
Hay pastores que han tenido y están teniendo experiencias en las que cara a cara están viendo las cosas que acontecen en los Reinos de los Cielos. Existen “laboratorios” en los que Él está creando nuevos cuerpos de los que por ejemplo, fallecieron con seis meses en el vientre materno. Esos niños no se han quedado en el olvido, sino que los ángeles tratan de enseñarles a ejercer ministerios de alabanza y adoración.
Cuando Dios tomó a un niño y dijo “si no os volvéis como éste niño, no entrareis en el Reino de los Cielos” ese niño representaba a Jesús mismo.También el paraíso tiene una periferia en la que están todos aquellos que muy, pero que muy ajustadamente se han salvado. La carnalidad hace que al oír los misterios de los cielos, dudemos, menospreciemos e incluso blasfememos.
Juan 3:1 al 15
1.Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.
3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu,[a] espíritu es.7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.8 El viento[b] sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto?10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos, y lo que hemos visto, testificamos; y no recibís nuestro testimonio.12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?13 Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
El orden en el Cielo nos habla Santidad. El Reino de los Cielos se ha acercado, quiere decir que depende de los que ocupan cada uno de dichos reinos, bajaran uno u otro. Los reinos son ocupados por aquellos que según la actividad de su conquista. Jesús era la educación perfecta en persona. Él era y es soberano y por ello ordenaba y se cumplía, su reino en Teócrata.
Jesús es el único abogado que acepta los casos de pobres y ricos, siempre y cuando su causa sea justa. La educación viene por los estudios académicos. La verdadera educación se aprende de la Mansedumbre. Hay muchos hombres de hoy día (escritores, políticos, actores, científicos, etc.) que llegan a blasfemar de tal manera de las cosas divinas, que en el infierno ocuparán las bóvedas más oscuras y profundas.
Daniel, era muy educado y conocía los niveles de la Santidad que se conocían en aquella época. José, hijo de Jacob, también demostró ante sus contemporáneos que el Dios Único y Verdadero era intachable. El respeto hace que vivamos una vida bien ubicada en las escalas de valores espirituales. No se puede educar si no tenemos una sonrisa en los labios. La sonrisa es como un caramelo que atrae a los que son niños en malicia.
Si no creemos en el acercamiento de los reinos ¿Cómo hemos de desear ocuparlos? Las lenguas son tan preciosas que decir cualquier cosa en contra, seguro que blasfemaremos contra el Espíritu Santo. Cuanto más hablamos en lenguas espirituales más poder recibimos. El Espíritu Santo nos unge de una manera que evita que cometamos errores irreparables.
Una oración de convicción en lenguas espirituales tiene más poder que ninguna otra. Si sacamos la oración de toda rutina Él hará que la dádiva de Dios se nos acerque. La mano del Señor sobre mí, me dice: “Yo estoy al cargo de todo lo que necesitas”. La oración de Fe no es complicada. Debemos saber usar el viento a nuestro favor. El Espíritu Santo es el viento y está a nuestro favor.
En el Paraíso están los que años y años le han dicho al “Señor, Señor”. En el primer Reino, saben decir Abba Padre. La ignorancia hace que no pidamos bien al Padre del Cielo. ¿Cómo le devolveremos a Dios todas las cosas que Él nos da? Pues con una vida en obediencia.
Decirle a Dios, Señor mío y Dios mío, es tocar un techo de reconocimiento máximo como Amo Soberano. A los Reinos se pasa por la educación practicada desde el corazón.