“Ministerio levítico en la Iglesia de Samaria”
Las Glorias descienden pero si no nos esforzamos, nuestras vidas no cambian.
El Arca sigue acompañando a los levitas hoy (en la Iglesia de Samaria, muchas personas son vestidas en sus espíritus con ropas sacerdotales).
Los sacerdotes deben vestirse de justicia y de gozo. Muchos evangélicos se piensan que el sacerdocio levítico quedó paralizado en el Antiguo Testamento, eso es falso.
El gozo y el ánimo pertenecen a la familia de la Alabanza. Todo lo que es vestirse de lo divino es una preparación indispensable.
¿Por qué se nos viste desde el Cielo¿ porque así nadie fijará sus ojos en las cosas naturales y de la carne, sino que la Santidad será la expectación digna. La Santidad nos pedirá la disciplina más alta que podamos imaginar.
“Circuncidar los corazones todos los varones sacerdotes (hombres y mujeres)”, este llamamiento al ministerio levítico es muy, muy exclusivo. No se puede ofrecer sacrificio a Jehová si no hemos circuncidado nuestros corazones primeramente.
Él nos castiga para que lo amemos, porque quiere demostrarnos que Él es Padre Bueno.
Es imposible que el Pastor pueda trasmitir toda la llenura dentro de nuestras vasijas, porque “reventaríamos”.
El fuego, la lluvia, etc. van llegando poco a poco.
El deseo de nuestro corazón decide cual será nuestro destino. Cuanta más fe, más allá llegaremos en Dios.
En el templo había tres niveles de Santos; Atrio, Santo y lugar Santísimo. Conforme practicamos y somos revestidos, seremos trasladados de un lugar a otro en el templo.
El coste es alto. No se pasa de un nivel a otro en un solo esfuerzo. De un nivel a otro se divide en grados. Buscando a Dios en oración para conocer, que pasos me pude Dios que dé.
Dios pasa revista a las congregaciones y después decide cuales quiere para introducirlas en el ministerio levita de servicio en el trono.
Los grados de humildad deciden que puertas se me abren.
Nuestro corazón es un depósito que tiene que estar en pleno rendimiento.