Biblia

Cambio de identidad

Cambio de identidad

Efesios 4:22-24

Introducción

Pensar en cambiar de identidad en nuestros días ya no debe resultarnos tan descabellado. Con el devenir de los trasplantes y las cirugías estéticas, esto ya es posible. Tan solo en noviembre de 2005 se llevó por primera vez un trasplante parcial de rostro en una mujer francesa de nombre Isabelle Dinoire, quien perdió parte de su rostro. Un día agobiada por su profunda depresión Isabelle tomo una sobredosis de medicamentos ocasionándole un desmayó. Cuando despertó, lo primero que hace es intentar encender un cigarro, y al darse cuenta de su imposibilidad descubre que el piso esta manchado de sangre. Rápidamente se mira en el espejo y ve que su rostro ha quedado desfigurado, no tiene nariz, ni labios, ni mentón y no siente dolor alguno. Lo increíble del caso es que las heridas fueron causadas por su perra, la cual se cree que al intentar despertarla la mordisqueo. Ya en el hospital le fue injertado a la paciente un triángulo de tejido facial de la nariz y la boca de una persona que tenía muerte cerebral. Hoy en día Isabelle, dice sentirse muy bien, además de que su apariencia se ha transformado totalmente. Según los expertos trasplantar estas áreas que Isabelle perdió son difíciles de hacer. Y aunque cirugías de este tipo son muy necesarias; este caso ha abierto un precedente para que en el futuro el trasplante de rostros sea ya una realidad.

Si, las cirugías ya no sirven solamente para ayudar a alguien a resolver un problema, sino que además sirve a otros a cambiar de apariencia e identidad. Artistas y hasta narcotraficantes han recurrido a estas áreas de la medicina cosmética; unos para mejorar su autoestima y otros para huir de la justicia. Pero lo cierto es que aunque el exterior sea cambiado, su interior sigue siendo el mismo. Bueno sería que con una cirugía cosmética o un trasplante de cara, además de cambiarnos el aspecto y/o identidad, también pudiera cambiarnos el alma. Pero no, todavía no se han inventado, y ni creo que inventen la manera de trasplantarnos o cambiarnos el ser interior. Me alegro por Isabelle quien pudo haber perdido más que la cara por su depresión; pero gracias a un trasplante parcial de rostro al parecer su vida ha cambiado; solo espero que su depresión, aquella que no pudieron quitarle con bisturí, no vuelva a orillarla a cometer otra locura. Me imagino que en algún momento de la vida hemos querido ser otra persona distinta a la hemos sido. Como nos gustaría despertarnos un buen día y descubrir que ya no somos esas personas con esas manías, vicios y malos hábitos que tantos problemas nos causan. Pero esto humanamente no es posible. Sin embargo para Dios no hay nada imposible. Dios le ama, y Él desea para usted lo mejor, y lo mejor es que podamos ser cambiados totalmente a la imagen de su hijo Jesús. Ese es su deseo para usted, para mi, para todo aquel que le conoce; su palabra dice: “Porque a los que antes conoció, también los predestino para que fueran hechos conforme a la imagen de su Hijo…” (Rom 8: 29) ¿No es eso algo pretencioso pensar así? No, esa es su voluntad; que sus hijos seamos como nuestro hermano mayor: Jesucristo. Usted dirá ¡¡Pero eso es imposible!! Nadie podría por más que se esfuerce llegar siquiera a los talones de Jesús. Desde luego que no, nadie podría igualar al Rey de reyes y Señor de señores; pero no estoy hablando que esto deba hacerse humanamente, sino bajo la ayuda, la asistencia poderosa del Espíritu Santo de Dios. Él desea que seamos discípulos fieles de Cristo y para ello nos da tres pasos efectivos, que si los ponemos por obra con seguridad veremos en nuestras vidas una nueva identidad, un cambio evidente, una trasformación palpable; algo que ningún trasplante podría hacer posible. Pablo escribe a las iglesias de la provincia de Efeso, iglesias nacidas con personas de trasfondo pagado, que a pesar de haber creído en Cristo para salvación, aún manifestaban en sus vidas actitudes carnales y pecaminosas que requerían de un cambio radical, de una transformación poderosa de parte de Dios. Hoy igual que ayer, estas instrucciones siguen igualmente vigentes para nosotros. Adentrémonos pues a estas palabras y analicemos estos tres sencillos pero poderos pasos para ser cambiados de identidad.

I. Cambiamos de identidad cuando abandonamos antiguas formas de actuar (v. 22) “…despojaos del viejo hombre…”

Antes de entrar en materia, permítanme establecer una clara premisa: Cambiar de identidad no es algo con lo que un buen día amanecemos; es el fruto de la presencia activa de Dios en nosotros y de nuestra cooperación y esfuerzo. El Nuevo Testamento menciona 8 veces la idea del esfuerzo como respuesta a lo que Dios quiere hacer en nosotros. Así pues, ser trasformados es un trabajo bipartito entre Dios y nuestra disposición. Se nos dice que el apóstol Pablo escribe esta carta a un grupo de iglesias localizadas en la provincia de Efeso, por lo tanto esta es una carta circular, esto significa que el contenido de la carta es pertinente a todas esas iglesias que muy seguramente adolecían de los mismos males. ¿Cuáles eran sus males? Sus miembros, sus congregantes eran personas de trasfondo gentil (pagano) y por lo tanto todavía tenían dificultad para entender las demandas de su nueva vida y como resistir a las tentaciones de su pasado. Al parecer habían abrasado la fe en Cristo, pero aún no abandonaban sus viejas prácticas de vida. Pablo exhorta a los creyentes de las iglesias de Efeso a: “…ya no andéis como los otros gentiles…” (v. 17) ¿a que se esta refiriendo Pablo? Nos dice que los otros gentiles, tenían entenebrecidos el entendimiento, eran ignorantes y duros de corazón (v. 18) conduciéndolos a una profunda decadencia moral “…perdieron toda sensibilidad…” (v. 19) En otras palabras Pablo les esta diciendo que las personas sin Jesús tienen su inteligencia limitada por la oscuridad del maligno; son ignorantes de las verdades divinas y además su corazón es duro a toda reprensión de parte de Dios. Con todos estos elementos en sus corazones, lo único que se puede esperar es un extravió moral y una gran decadencia llegando a niveles insospechados. Aunque esta carta fue escrita hace siglos y describe situaciones de ese tiempo, pareciera ser tan actual. Pues el corazón de los seres humanos sin Cristo siguen teniendo las mismas actitudes que los gentiles de Efeso; tan solo hay que mirar a nuestro alrededor y darnos cuentas de la enorme decadencia moral que nos rodea; no, usted no debe interpretar esto como un mensaje de personas que se escandalizan, sino verlo a luz de la autodestrucción en la que las personas están inmersas. Así pues los cristianos de ese tiempo enfrentaban el enorme dilema de ser seguidores de Jesús y al mismo tiempo seguir siendo como el resto de las personas. Adoptaban las formas de la nueva religión; pero en sus vidas cotidianas eran igualmente paganos que el resto de las personas. Sin embargo Pablo dice contundentemente: “Más vosotros no habéis aprendido así a Cristo” (v. 20) aquí se marca la diferencia y el desafío; los cristianos no debemos, ni podemos seguir actuando en la vida como lo hemos hecho antes de convertirnos al Señor; somos llamados a dejar las viejas formas de vida y de adoptar nuevos patrones de conducta (v. 22) Pablo dice “Despojaos del viejo hombre que está viciado…” la Biblia Latinoamérica termina este mismo versículo de la siguiente manera: “…cuyos deseos engañosos lo llevan a su propia destrucción” (v. 22BLA) El primer paso para cambiar de identidad, para ser transformado es romper radicalmente con conductas del pasado que son contrarias a Dios y a largo plazo dañinas para nosotros.

Debemos hacer una profunda y honesta evaluación de nuestra vida e identificar esas actividades que no honran a Dios y que nos dañan espiritualmente, impidiéndonos crecer como Él quiere que lo hagamos. Una vez identificado esto debemos tomar la firme decisión de quitarla de nuestra vida. Una vez leí un artículo titulado “Amputación radical” en este, el autor exhortaba a renunciar de manera radical a aquello que te causaba problemas; su base bíblica era Marcos 9: 43- 47 en donde Jesús dice que si algo de ti te es causa de caer, córtalo, quítalo, antes de que esto te aleje más de Dios. Amputar radicalmente puede muy extremo, pero hay cientos de personas que han reconocido su debilidad y han tomado valientemente la decisión de despojarse de esas conductas para ser cambiados a la imagen de Jesús. Muy seguramente tenemos que renunciar a algo o alguien que nos mantiene atados al pasado. Hoy en día todavía hay muchos cristianos y lo digo con tristeza muchos cristianos que son salvos por la gracia de Dios; pero que no están siendo transformados (santificados) por que aún mantienen a su viejo hombre en un lugar preferencial de su corazón. Dios quiere que usted crezca espiritualmente; pero no podrá hacerlo si no cambia de conducta ante Dios; despójese del viejo hombre, despójese del peso de pecado que le asedia y solo entonces empezará a ser cambiado de identidad. Quiere una vida diferente; Albert Einstein dijo: “Si quieres que algo diferente ocurra, intenta hacer algo diferente”

II. Cambiando de identidad renovamos nuestra forma de pensar (v. 23) “y renovaos en el espíritu de vuestra mente”

Salomón nos dice: “Porque cual es su pensamiento en su corazón tal es él” (Pr. 23: 7) además dice: “Tengan cuidado de cómo piensan; la vida es modelada por sus pensamientos” (Pr. 4: 23 PAR) en solo estos dos versículos podemos ver la importancia de nuestra mente; pues en ella radica lo que en realidad somos; nuestra conducta, actividad y actitud son el fruto de lo que pensamos; un antiguo dicho en computadoras decía así: “Basura entra, basura sale” Si usted piensa mal, actúa mal, siente mal, y tiene malos resultados en su vida. Hace un momento decía que Pablo describe a las personas sin Cristo como personas con el entendimiento entenebrecido (v. 18); esto es que sus pensamientos se extravían en vanos razonamientos que únicamente los aleja más y más de Dios y su propósitos; desafortunadamente esto no solo pasa en los no creyentes, sino también entre los creyentes en Cristo, debido a que no han puesto en practica el segundo paso para cambiar de identidad: Cambiar su manera de pensar. En su carta a los Romanos, Pablo dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento para que comprobéis cual es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Rom. 12: 2) La palabra conformar, significa amoldarse; no debemos pensar de la manera en la que la sociedad sin Cristo quiere que pensemos, no debemos pensar como piensan los demás, debemos pensar como Cristo. ¿Pero como hacemos eso?; bueno partamos de una importante premisa que si usted ha creído en Jesús para salvación, usted ahora tiene acceso libre e irrestricto a los pensamientos de Jesús, pues usted tiene la mente de Cristo: “…más nosotros tenemos la mente de Cristo” (1ª Cor. 2: 16) pero esta no actuará si usted no la deja. Permítame explicarlo mejor con la siguiente ilustración: Vamos a suponer que usted va a realizar un viaje a un lugar determinado en una lancha con motor, al salir usted programa el piloto automático hacía la dirección que usted quiere; ya una vez en el trayecto descubre que sería mejor cambiar de rumbo; pero su piloto automático esta puesto; usted entonces puede hacer dos cosas; la primera es que tome el timón y físicamente obligarlo a que se dirija a la dirección que ahora usted quiere. A pura fuerza de su voluntad, usted conseguiría cambiar de rumbo, pero siempre sentiría la resistencia en todo tiempo; porque el piloto automático sigue programado hacia otra dirección. Finalmente sus brazos se cansan de la tensión y la lancha retomaría el rumbo inicial, el cual usted programo desde el principio. La fuerza de su voluntad puede producir algunos cambios, pero a corto plazo, cuando esta fuerza se cansa, entonces volvemos a ser los mismos; pero hay una segunda cosa que podemos hacer para ser transformados y que es más efectiva y cambiar el piloto automático: Nuestra manera de pensar; Rick Warren dice: “El cambio comienza en la mente. La manera en que piensas determinará como te sientes, y como te sientes influirá en cómo actúas” Cambiamos de identidad, somos transformados cuando cambiamos nuestra manera de pensar, Pablo dice: “y renovaos en el espíritu de vuestra mente” (v. 23) ¿Y como cambiamos el piloto automático de nuestra mente?

Con arrepentimiento; el arrepentimiento es una herramienta poderosa; tradicionalmente pensamos que arrepentirse es sentirse mal, es tener sentimientos de culpa; pero no, la palabra arrepentimiento viene del griego que significa “cambiar de rumbo” o “cambiar de mentalidad” cuando usted se arrepiente, cambia, transforma su mente y la hace semejante a la de Jesús. Claude V. King en su libro “La Mente de Cristo” menciona las 6 características de la mente de Cristo. 1. Una mente viva “La mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida…” (Rom. 8: 6 BLA); 2. Humilde “Con humildad. Estimado cada uno a los demás como superiores a él mismo” (Fil. 2: 3); 3. Pura: “Todas las cosas son puras para los puros, más para los corrompidos e incrédulos nada les es impuro; pues hasta su mente y su conciencia está corrompida” (Tito 1: 15); 4. Sensible: “Les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras” (Lc. 24: 45); 5. Pacífica: “…la mente puesta en el Espíritu es vida y paz” (Rom. 8: 6) y por último es perseverante: “Temo que…vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo” (2ª Cor. 11: 3) ¿Quiere otro rumbo para su vida? ¿Ha recibido a Jesús para salvación? Si así ha sido ahora cambie su manera de pensar, desprograme su piloto automático y dejé que Jesús lo reprograme para su bien y bendición.

III. Cambiamos de identidad cuando nos vestimos de Jesús (v. 24) “y vestíos del nuevo hombre…”

El tercer paso de la renovación es una vez que me he despojado de lo viejo, que he reprogramado mis pensamientos; ahora desnudo, debo revestirme de algo nuevo y Pablo nos dice que debemos “…vestíos del nuevo hombre…” (v. 24); ser cambiados no consiste solamente en fijarnos en lo negativo y desecharlo, quedando con un enorme vacío; sino que hay que llenarlo con algo mejor y más satisfactorio que es Jesús. Usted debe llenarse de Jesús, si es que quiere ser alguien diferente y mejor, usted debe llenarse de Jesús si quiere ser en verdad su discípulo. El apóstol Juan nos dice que Jesús es el verbo encarnado de Dios; es el logos, la palabra hecha persona (Jn 1: 1) por lo tanto llenarse de Jesús es llenarse, saturarse, saciarse del pan de vida que es la Palabra de Dios, la Biblia. Para llegar a ser como Cristo, debemos llenarnos de Él, debemos llenar nuestras vidas de su Palabra. La Biblia es más que una guía doctrinal y/o religiosa, genera: vida, crea fe, produce cambios, asusta al diablo, obra milagros, sana heridas, edifica el carácter, transforma circunstancias, imparte alegría, supera adversidades, derrota la tentación, infunde esperanza, libera poder, limpia nuestra mentes, garantiza nuestro futuro para siempre. Y hace todo esto porque es palabra viva “…las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Jn 6: 63) Pablo dice a los creyentes de Efeso: No deben ser como los otros gentiles (v. 17), usted no aprendieron a vivir así de Cristo (v. 20); por lo tanto renuncien a su pasada forma de vida (v. 22), cambien sus pensamientos (v. 23) y llénense de Cristo ¿Cómo?

Con su poderosa Palabra escrita. En una ocasión escuche a un pastor decir que una pariente suya tiene en su casa, en un lugar muy especial una Biblia de buen tamaño, siempre abierta en el Salmo 27, para tener bendición; más el pastor reprende a su familiar diciéndole: “La Biblia solo sirve cuando quien la lee la cree y la pone por practica” Muchos creyentes esperan un buen día despertar totalmente trasformados, libres de su viejos y malos hábitos; pero poco o nada hacen por ello. Muchos cristianos envejecen, pero no crecen y esto se debe a que son más fieles a leer el periódico que a leer la Biblia. No debemos sorprendernos de nuestro pobre crecimiento espiritual si solo dedicamos 3 minutos a leer la Biblia y 3 horas a otras actividades. Muchos de nuestros problemas se deben a que confiamos más en otras cosas que en las sabias palabras de nuestro maestro. La cultura (todos lo hacen), la tradición (siempre lo hemos hecho así), la razón (parece lógico) y las emociones (sentimos que es lo correcto) son imperfectas a la hora de dirigirnos en la vida; para eso Dios nos ha dado la Palabra de vida que es la Biblia; cuando usted la lee, la estudia, la reflexiona y la cree; usted esta literalmente oyendo la voz de Cristo y se esta llenado de Él para guiarlo hacía lo mejor. He aquí algunas recomendaciones para llenarse de Jesús, de su palabra y así ser transformado: 1. Tenga diario un tiempo de lectura de la Biblia, eso te garantiza que la voz de Dios te acompaña siempre; 2. Investiga y/o estudia la Biblia; plantéate preguntas y buscar respuestas en la misma Escritura ¿Quién?, ¿Cuándo? ¿Cómo?, ¿Dónde?, ¿por que?, etc.; 3. Memorízala; esta es una herramienta poderosa en el momento de la tentación y la aflicción; el Espíritu Santo no te hará recordar lo que no has sabes; 4. Concentrarse en la Biblia; esto es mantener el pensamiento en sus palabras y enseñanzas; y por último 5. Asiste a una iglesia a escuchar la Palabra de Dios y acéptala. Jesús enseñó que la bendición de Dios viene por obedecer la verdad, no sólo por conocerla (Jn 13: 1) Somos cambiados de identidad cuando nos llenamos de la Palabra viva que es Jesús.

Desafío

John Newton nació en Londres el año 1725. Cuando tenía 7 años, su madre murió, no sin antes enseñarle desde temprana edad la importancia conocer y seguir al Dios de la Biblia. Después de la muerte de su madre se convirtió en un niño del camarote de un barco pesquero. Sus experiencias a través de los años en el mar fueron peligrosas y emocionantes, una vez fue embriagado fue llevado a fuerzas como parte de tripulación a un Barco de Guerra. Allí fue cruelmente maltratado, lo golpearon y abusaron de él. Luego de esta experiencia se enroló en un barco de esclavos, convirtiéndose en traficantes más importante de ellos. Durante todo este tiempo John vagó lejos del Dios de su madre y de la Biblia. Más tarde escribió “Con frecuencia vi la necesidad de ser un cristiano solo para escapar del infierno, pero amaba el pecado y no estaba dispuesto a abandonarlo”. Cada año caía más bajo en las garras del pecado y pronto estaba en tal estado que la tripulación lo despreciaba, considerándolo solo un animal. Sin embargo un día la gracia salvadora de Jesús lo alcanzó y tomó la firme decisión de ser su discípulo; para lo cual tuvo que despojarse de su vieja forma de vida (v. 22), renovó su mente (v.23) y se revistió de Jesús (v.24) y una vez transformado, cambiado de identidad dijo: “Cuando llegues al cielo, habrá tres cosas con las que te sorprenderás; La primera es que no encontrarás allí a aquellas personas que pensabas que estarían.

La segunda es que te sorprenderás por encontrar allí a personas que pensaste no estarían allí. Y en tercer lugar te sorprenderás por encontrar a John Newton, el peor traficante de esclavos en el cielo” Si pero a un John Newton totalmente transformado, con otra identidad, la que Jesús da a todo aquel que aplica en su vida estos tres principios poderosos. Quieres ser salvo de toda maldad, dice un viejo himno; acepta a Jesús; pero quiere ser nuevo en su forma de vivir: Despójate de viejas formas de vida, aquellas que le atan al pasado y a acciones dañinas; renueve su mente, si cambia su forma de pensar empezara a ver diferente las cosas; deje que Dios reprograme su piloto automático. Y por último vístase de Jesús, llénate de sus palabras, conócelas, créelas y aplícalas en tu vida. Y con toda seguridad serás una nueva persona; dicen los que saben que las palabras “despojaos” y “vestíos” de este pasaje están escrito en un termino griego llamado aoristo el cual significa que es indefinido, ilimitado, sin limite de tiempo; esto es que una vez despojados y vestidos ya no hay marcha atrás y además que nada puede quitártelo. Haz hoy este compromiso delante de Dios y atrévete a cambiar en el poderoso Jesús.

Hebrón, notable por su verdor, viñedos, olivares y abundancia de agua.

Posteriormente Abraham, Jacob, Isaac y muchos familiares de los patriarcas, fueron sepultados allí (cueva de Macpela).

Cuando Moisés envió a los espías a reconocer la tierra, Hebrón estaba habitada por una raza de gigantes.

Hebrón fue asignada a Caleb y llegó a constituirse una ciudad levítica.

En Hebrón David fue ungido rey de Israel.

Podemos discernir claramente que estos tres altares fueron levantados en lugares clave que luego serían muy significativos en la historia de Israel. Dios no hace absolutamente nada porque sí, ni deja nada librado al azar.

Pero los años transcurrían, Abraham y Sara envejecían y la promesa de un hijo de ambos, parecía cada vez más imposible. Abraham permitió que las dudas y la ansiedad de Sara lo convencieran de hacer un intento propio para concretar la promesa de Dios, llegándose a Agar, la esclava egipcia de Sara, que concibió a Ismael.

Es importante entender que hay promesas de Dios a mediano plazo y a largo plazo.

Los tiempos de espera tienen una importancia clave y razones fundamentales, no son pérdidas de tiempo, sino todo lo contrario; aunque a nosotros nos parezca que nada está sucediendo.

Muchas veces por no saber esperar los tiempos y pasar por los procesos de Dios, intentamos agilizar sus planes, por nuestra cuenta consiguiendo solamente complicarlo todo y demorarlo o postergarlo aún por más tiempo. Hay muchos ejemplos de esto en la Biblia. Hay muchos ejemplos de demoras en las promesas, producto de la terquedad y desobediencia humanas, pero creo que el ejemplo más dramático, como veremos en esta predica, es el del pueblo de Israel y su entrada a Canaán.

Seguimos recorriendo la historia, siguiendo el rastro de las promesas.

Dios, a su tiempo cumplió su 1ª promesa , pues Sara concibió de Abraham a Isaac, que nació cuando el patriarca tenía 99 años.

Abraham, este amigo de Dios murió a los 175 años y fue enterrado con Sara en la cueva de Macpela, en Hebrón.

Isaac , Ismael, Jacob y Esaú también vivieron en Canaán largo tiempo, e incluso Issac fallecido a los 180 años, fue enterrado por sus dos hijos en la cueva de Abraham, por lo que podemos decir que una porción de Canaán ya era de la futura nación de Israel por herencia.

La promesa y pacto que Dios hizo con Abraham, sería recordado a Jacob, Isaac, a José , Moisés y Josué. (Además José también creyó en la promesa y dejo claro que cuando Israel fuera a la tierra prometida llevaran sus huesos a Canaán).

La historia volvió a repetirse: hubo hambre en Canaán y Jacob, sus hijos y sus familias, unas 70 personas tuvieron que ir a vivir a Egipto a la zona llamada entonces Gosén, donde uno de sus hijos, José era el segundo del Faraón y allí se quedaron 400 años. Al principio viviendo muy bien hasta que un faraón que no conoció a José, empezó a tenerles miedo pues eran muchos y los esclavizó.

¿Pero que pasó con la tierra prometida durante todos esos siglos?

¿Por qué tenía que demorar la promesa 400 años?

Hubieron 3 razones principales:

1) La primera razón fue que Dios estaba preparando la Tierra para que fuera fructífera para Israel. Y así cuando entraran en el territorio dónde Dios había determinado que tenían que vivir tuvieran árboles en rendimiento, cultivos, frutos y ciudades, pues no quería al principio a su pueblo ocupado en construir grandes ciudades, trabajando la tierra, etc, etc, sino que los quería ocupados de su edificación espiritual para ser una nación santa que llevara el conocimiento del único Dios verdadero, a toda la tierra.

En el siguiente versículo comprobamos la respuestas.

Deuteronomio6: 10-12 // 6:10 Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham,(D) Isaac(E) y Jacob(F) que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste, Deu 6:11 y casas llenas de todo bien, que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste, y luego que comas y te sacies, Deu 6:12 cuídate de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

2) La segunda razón fue que de Israel debía de tener tiempo para multiplicarse como pueblo, aún en la esclavitud.

Jacob entro a Egipto con 70 personas, y Moisés salió con alrededor de 1 millón y medio de personas, de las cuales 600.000 eran hombres.

Dios había formado un Pueblo y les había asignado una tierra para que se convirtieran en Nación, para lo cual habrían de librar varias batallas, aunque la victoria estaba ya garantizada.

3) La tercera razón de los 400 años en Egipto, es: era necesario que transcurriese ese tiempo, porque aún la maldad de los amorreos, no había llegado a su colmo.

Dios tuvo paciencia y le dio a los habitantes de esas tierras entre otros los amorreos (descendientes de las incestuosas relaciones de LOT con sus HIJAS), más de 400 años para que se arrepintieran de sus pecados. Al cabo de este lapso, determinó que Israel, fuera su instrumento de juicio, por medio del cual ejecutaría su justo castigo contra los pueblos de Canaán.

Dios había dicho a Abraham que recién en la 4ª generación, su descendencia multiplicada, volvería a Canaán, esta vez para conquistarla definitivamente. Volvamos a Génesis 15: 13-16// Gen 15:13 Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. Gen 15:14 Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. Gen 15:15 Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. Gen 15:16 Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.

Como estamos viendo y recordando, la tierra prometida en los tiempos de Moisés ya la habían conocido y habitado los patriarcas de Israel en incluso habían sido enterrados allí.

Dios utilizó a Moisés para liberar a su pueblo y llevarlo por fin a la Tierra prometida.

Pero comprobemos la actitud del Pueblo de Israel ante la promesa de Dios.

-Veamos la ilustración 5ª. Éxodo de Israel

El Camino hasta Canaán lo dirige estratégicamente Jehová pues una nube los dirige por el día a la vez que los resguarda del sol, y una columna de fuego los alumbra por la noche, a la vez que los confortaba y protegía contra el calor. Dios les provee de maná, codornices y de agua. No van por el camino más corto ya que tribus peligrosas acampaban y pondrían en peligro a Israel además les faltaban unas leyes para poder vivir en armonía unos con otros.

Como Israel solo tenía tradiciones orales, y las leyes que conocían eran las egipcias después de 4 siglos de vivir allí Dios les estaba preparando la Ley y tras 700 km desde Egipto y después de atravesar milagrosamente el mar rojo. Llegaron tardando 3 meses al Monte Sinaí y allí quedaron un año y dos meses y recibieron la ley que completaría el Pacto realizado con Abraham hasta convertirse en la constitución de la nueva nación. Además les dio Leyes Morales, Leyes Civiles y Leyes Ceremoniales -Veamos las ilustraciones 6 y 7, donde vemos la península del Sinaí y las montañas de la zona.

Dios les dio instrucciones para la construcción del Arca, del Tabernáculo, instituyó a Aarón, hermano de Moisés, como el primer Sumo Sacerdote y sus hijos para que le sucedieran en ese ministerio. Hizo censo de los habitantes, nombrando a la tribu de Leví la encargada del servicio sacerdotal.

A pesar de la guía, la provisión y la protección sobrenatural que recibían continuamente en el trayecto, este pueblo no cesaba de quejarse y murmurar, añorando constantemente su vida pasada en Egipto.

Sus ojos no estaban puestos en el cumplimiento de la promesa que estaba a solo unos días de marcha, sino que su mirada y su corazón habían quedado atrapados por el mismo sistema que los oprimió y los esclavizó.

Era más fuerte la nostalgia por los pepinos, las cebollas y los ajos de Egipto, que la esperanza de convertirse en una nación con tierra propia, que los esperaba con toda clase de bienes: ciudades, cisternas, frutos de la tierra, etc..

En el año segundo, en el mes segundo, a los 20 días del mes la nube que envió Dios desde Egipto y que los guiaba, se alzó del tabernáculo en el Sinaí y los hijos de Israel partieron hacia la Tierra prometida, y la nube después de algunas paradas se detuvo a los doce días en Cades Barnea que era tierra de Parán cerca del desierto de Zin.

Ilustración 8 (Camino de Cades Barnea)

Aquí tenemos que los hebreos están cerca de entrar a Canaán ( a solo 3 días de su territorio y a 120 km de Hebrón), han salido de Egipto y ya todo está preparado para que ellos entren a Canaán. Ya Dios había determinado que era el tiempo de conquistar la tierra. Estaban cerquísima de concretar la promesa. Es importante entender que Dios tiene propósitos trascendentes, y Sus planes son perfectos para nuestras vidas. Pero nosotros mismos , con nuestras actitudes, desobediencia, incredulidad, nos encargamos de frustrar o demorar el cumplimiento de sus promesas. Dios ha permitido que el ser humano, en su libre albedrío, en su libertad, por desobediencia o o porque aman más las cosas del mundo, pueda desechar sus bendiciones.

TEXTO PRINCIPAL que nos presenta el Intento frustrado de entrar en Canaán

Leemos en Nm 13:1-3 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: 2Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos. 3Y Moisés los envió desde el desierto de Parán, conforme a la palabra de Jehová; y todos aquellos varones eran príncipes de los hijos de Israel. 4

Continuamos leyendo un poco más abajo, pues en el 17 dice.

17Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: Subid de aquí al Neguev, y subid al monte, 18y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso; 19cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas; 20y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del fruto del país. Y era el tiempo de las primeras uvas.

En otras palabras Dios les está diciendo: Vayan y exploren esa tierra que Yo les doy. Tienen que evaluar la situación y conocer a lo que se van a enfrentar y qué es exactamente lo que van a poseer. Es decir, un reconocimiento total.

¿Para qué era necesario eso? Si ya Dios había dicho que iban a entrar a poseerla.

Bueno, evidentemente Dios quiere que nosotros seamos gente pensante, capaces de analizar la realidad de cada situación sin sacar nuestros ojos de la promesa.

Ser conscientes y conocedores de los obstáculos que nos tocará enfrentar en nuestro caminar, sabedores de que solo en una dependencia total de Cristo, recibiremos de Él la estrategia, la sabiduría para salir victoriosos de cada lucha.

Y en Núm.13:25 dice:

25Y volvieron de reconocer la tierra al fin de cuarenta días. 26Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y dieron la información a ellos y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la tierra. 27Y les contaron, diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este es el fruto de ella. 28Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac. 29Amalec habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo y el amorreo habitan en el monte, y el cananeo habita junto al mar, y a la ribera del Jordán.

Hasta aquí todo bien, pues esa era su misión: informar objetivamente sobre la realidad que habían observado y hasta habían traído frutos y un racimo de uvas entre dos hombres.

El problema vino cuando 10 de los 12 espías, dieron su opinión subjetiva sobre la situación, sacando totalmente sus ojos de la promesa, centrándose en sus limitaciones humanas y no en el poder de Dios Seguimos leyendo más abajo en el versículo 31

Números 13:31. Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. 32Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. 33También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.

En pocas palabras estaban maldiciendo la tierra, ya que maldecir significa decir o hablar mal de algo o alguien. Sintieron miedo y desecharon la promesa de Dios.

¿Cuántos saben que habrá oposición y lucha para alcanzar las promesas en nuestras vidas? Claro que la habrá.

Nosotros mismos vamos, a veces en nuestra carne a oponernos a las bendiciones que Dios ha determinado para nosotros. Gente que nosotros amamos va a oponerse a que nosotros entremos en las bendiciones de Dios. Es tierra buena, que fluye leche y miel. Pero una tierra también de batallas. Se requiere oración, se requiere renuncia, consagración, etc., etc.

En números capítulo 14: 4 y subsiguientes leemos 4Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto. 5Entonces Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la congregación de los hijos de Israel. 6Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, 7y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. 8Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. 9Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis. 10Entonces toda la multitud habló de apedrearlos.

Mirad hasta qué punto estaban empecinados y cegados, pues preferían volverse a Egipto que poner la cuota de esfuerzo que les faltaba para tomar posesión de lo que Dios ya había determinado y garantizado para ellos.

Y me pregunto, ¿qué pensarían que iban a hacer los egipcios? ¿Recibirlos con los brazos abiertos? Hacer fiesta en honor a su retorno? Con las 10 plagas sufridas apenas 14 meses atrás, con el pensamiento de que por culpa de los judíos habían muerto todos los primogénitos egipcios y sus ejércitos dramáticamente mermados en el Mar Rojo, seguro que en Egipto lo último que querrían era ver a un israelita. O sea que ni si quiera se detenían a analizar los pros y los contras de las dos opciones: conquistar Canaán y volverse a Egipto.

Aquí vemos dos actitudes bien diferentes que podemos extrapolarlas a los cristianos actuales.

Primero: La actitud de Josué y Caleb, que representan al cristiano que le cree a Dios y que tiene una mentalidad conforme a la Palabra, con un optimismo no ingenuo, sino basado en el conocimiento de Dios y de las escrituras. Tienen la mentalidad semejante a Pablo cuando dice: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece".

¿En la Vida cristiana hay complicaciones? Claro. Usted cree que el diablo se va a quedar allí tranquilo ¡No!.

Pero aunque gane alguna batalla, nosotros ganaremos la guerra en Cristo Jesús.

Segundo; La actitud de los otros diez espías, representa al cristiano que tiene una 'mentalidad humanista, no regenerada, por lo tanto pesimista por no tener fe.

Es el tipo de persona que cuando va a entrar a su tierra prometida, y contempla lo que Dios le ha prometido, dice "Huy yuyu", sí pero yo no estoy seguro, no sé si seré capaz, esto es demasiado para mí, ( su visión gira alrededor de sí mismo, y no de la persona de Cristo). Es la persona que cuando entra al Evangelio y a los 3 meses pierde el trabajo tira la toalla porque "cuando yo estaba afuera me iba mucho mejor".

Más Josué de la tribu de Efraín, y Caleb de la tribu de Juda, solo 2 de los doce hombres que Dios envió a través de Moisés a reconocer la tierra , tenían una actitud diferente, basada en la fe.

Le creyeron a Dios y dijeron 'Nosotros vamos a entrar en esa tierra porque Dios nos la ha dado' Observemos que su optimismo, no se basa en lo que ellos pueden hacer, ni en sus capacidades, sino que dicen: "Porque Dios nos la ha dado".

¿Ustedes ven la diferencia mis hermanos? La mentalidad de Josué y Caleb refleja una actitud clara y firme. 'Más podremos nosotros que ellos'.

Y miren, aquí hay un principio muy real en las manifestaciones de los 10 hombres: "Y éramos nosotros a nuestro parecer como langostas y así les parecíamos a ellos"(vr. 13:33) Nosotros transmitimos a los demás la imagen que tenemos de nosotros mismos. Si nos vemos y nos sentimos como insectos, seguramente los demás percibirán nuestra actitud de inferioridad.

Veamos ahora cual fue la consecuencia de todo este comportamiento y esta actitud de la mayoría del pueblo y lo que le dice Dios a Moisés aquí en Cades Barnea:

Deuteronomio 1:34-40 34Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, y se enojó, y juró diciendo: 35No verá hombre alguno de estos, de esta mala generación, la buena tierra que juré que había de dar a vuestros padres, 36excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos; porque ha seguido fielmente a Jehová. 37Ahora dice Moisés de si mismo. También contra mí se airó Jehová por vosotros, y me dijo: Tampoco tú entrarás allá. 38Josué hijo de Nun, el cual te sirve, él entrará allá; anímale, porque él la hará heredar a Israel. 39Y vuestros niños, de los cuales dijisteis que servirían de botín, y vuestros hijos que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá, y a ellos la daré, y ellos la heredarán. 40Pero vosotros volveos e id al desierto, camino del Mar Rojo.

¿Que 2 cosas descalificaron a toda la 1ª generación que salió de Egipto, para no alcanzar la promesa de entrar en Canaán?

1º. La murmuración, la queja constante, la inconformidad y el nunca estar satisfechos con lo que Dios les proveía en cada etapa del trayecto y ya habían fallado al Señor por lo menos 8 veces desde que vieron la imposibilidad humana de pasar el Mar Rojo y pretendían volverse.

2º. Que despreciaron y rechazaron su bendición Esto fue lo peor para Dios, la tierra que El había escogido para ellos, ellos la estaban rechazando. Un territorio cuya preparación y acondicionamiento tomó más de 400 años. Que le costó a Abraham el andar toda una vida errante, a lo largo y ancho de ella, levantando altares y proclamando el nombre de Jehová en cada lugar.

Proceso duro y largo, que implicó años de sufrimiento y esclavitud en Egipto, mientras otros pueblos construían murallas y ciudades, plantaban viñas, cavaban cisternas, para que Israel, el pueblo escogido por Dios tuviera todo servido cuando entrara a conquistarla.

De esos doce hombres, solamente dos entraron 40 años después a esa tierra que Dios tenía reservada. Los otros 10 murieron de plaga porque lo ofendieron con su desobediencia y su actitud incrédula.

Veamos la Ilustración 9 (40 años en el desierto)

¿Sabe qué? De todo el pueblo que salió de Egipto mayor de 20 años, ninguno de ellos entró a la tierra prometida. Dios hizo que se quedaran 40 años en el desierto. Dando vueltas siguiendo la nube y la columna de fuego, una y otra vez, en una superficie de aproximadamente 120 km a la redonda, como vemos en la ilustración.

Imaginaos 40 años dando vueltas como de Castellón a Teruel yendo y viniendo entre esos dos puntos todo el tiempo.

Con esto, no debemos pensar que no habría ninguno de estos castigados y muertos que se haya salvado, ya que si se arrepintieron en verdad y de corazón de su actitud en este período y pidieron perdón al Señor, sí lo serían algunos. Pero el juicio justo ya estaba decretado y se les había advertido varias veces.

¿Alguna vez se preguntó por qué 40 años y no 35 o 50 fue el tiempo que deambularon por el desierto? Pues aquí tenemos la respuesta: Volvamos al libro de Núm 14:32-35

Num 14:32 En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto.

Num 14:33 Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto.

Num 14:34 Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo.

Num 14:35 Yo Jehová he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán.

Y no entraron en Canaán hasta que murió el último de la 1ª generación que salió de Egipto excepto Josué, Caleb y los menores de 20 años.

Ni siquiera Moisés quien por otras razones solo se le permitió ver de lejos la tierra prometida.

Tengamos cuidado, hermanos. Cuando Dios promete algo y lo declara, créele a Dios. Porque es peligroso tener la bendición de Dios al alcance de tu mano y descuidarlas o despreciarla.

Y tuvo que ser Josué como el líder de Israel, que por su fe y obediencia a Dios, recogería el testigo de Moisés y trasladaría a Israel al otro lado del Jordán donde celebraron la Pascua y posteriormente después de orar tomaron posesión de la Tierra prometida y repartieron la repartieron entre las 12 tribus.

Tal y como vemos en la Ilustración 10 (reparto de Canaán)

Josué tuvo una actitud de fe y confianza y 40 años después de la misión encomendada por Moisés, siguió creyendo en el Señor.

Dios le dijo a Josué, entre otras cosas en los preparativos para la conquista Josué 1: 1-7 Yo estaré contigo.

Yo os he entregado todo lugar que pisare la planta de tus pies. Solamente esfuérzate y sé valiente.

No temas ni desmayes porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas'.

Josué cumplió al fin los requisitos de un buen candidato.

1. Fue Fiel y supo estar donde Dios lo quería y a su debido tiempo.

2. Supo esperar en el Señor y recibió el llamado de Dios.

3. Supo hacer suya la promesa de Dios, la aceptó y cumplió su parte.

4. Dio siempre gracias a Dios y lo glorifico ante el pueblo

5. Aprendió a ser dependiente de Jehová. Sin Él y con solo nuestras fuerzas jamás llegaríamos a alcanzar sus promesas.

Esta 2º generación, después de censar al pueblo y circuncidar a los hombres y tras un pequeño periodo de tiempo , conquistó la tierra siempre dependiendo y dando gracias a Dios, construyeron altar en Gilgal, obedecieron la estrategia divina y las murallas de la 1ª ciudad, Jericó, cayeron de una manera totalmente sobrenatural. Luego de tres campañas de conquista, (centro, norte y sur), poseyeron al fin las tierras de Canaán.

CONCLUSIÓN

Como vimos, Israel tuvo que hacer su parte, poner la cuota de esfuerzo que Dios les requería: estudiar las condiciones, prepararse para cada batalla y dar un paso de fe.

Muchas veces tenemos la idea errónea que por ser cristianos, y porque Dios es fiel a sus promesas, nosotros solo tenemos que sentarnos a esperar que todo nos llueva de arriba. Pero a Dios le gusta hacernos partícipes del proceso que desemboca en el cumplimiento de la promesa.

Dios reparte promesas para cada área de nuestra vida. El perdón de los pecados es la mayor promesa ya cumplida del nuevo pacto, pero en ella están incluídas varias promesas más.

Simplemente estudiando la Palabra vemos las condiciones para hacer efectivas las promesas de Dios en materia de sabiduría, de sanidad, de fe, de autoridad frente al enemigo, para la familia, para la oración efectiva, y cualquiera que las escucha, las cree y las hace suyas, las experimenta como una realidad en su vida.

Las predicas cristianas nos enseñan que debemos esforzarnos para cumplir la parte que nos toca, caminando en fe, y sirviendo a Dios.

Además de nosotros mismos, de nuestra naturaleza carnal, tenemos un enemigo que nos pondrá todos los obstáculos que le sea posible, su meta será truncar el plan de Dios en la vida de cada creyente.

El jamás podrá arrebatarnos la salvación, pero atacará y debemos estar firmes y preparados para enfrentarlo.

La vida cristiana no es un paseo por el parque, pero Hermanos, si Dios está contigo, ¿Quién contra ti?

Si Dios te ha dicho 'esto es tuyo', ¿Quién te lo puede arrebatar? Nadie te lo puede quitar.

Nosotros también somos parte de aquella promesa a Abraham. Como vemos finalmente en la carta de Pablo a los Gálatas. No hace falta que lo busquen yo se los leo.

Galatas 3:29,donde Pablo declaró que, "si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa".

Y sabemos que las promesas de Dios, si andamos en el Señor se cumplen.

Y ahora hermano tenemos que preguntarnos ¿Qué actitud estamos teniendo?

Vas acaso a renunciar al llamado poniendo excusas, como que no eres digno, que te ves inferior o eres demasiado joven o viejo para seguir el camino que Dios te ha trazado? Si el Señor te ha llamado para que le sigas y le sirvas, El ya se ha encargado de todo, no le sirven ninguna de tus méritos humanos, puesto que El se glorificará precisamente en tus debilidades, carencias y limitaciones.

A Abram lo llamó siendo un anciano e idólatra, a Moisés a los 80 años y con un homicidio en su haber, a David siendo un jovencito, pastor de ovejas, a Pablo siendo un fariseo, perseguidor y asesino de cristianos.

El llamado es la parte inicial de la promesa.

Que maravilloso es saber que nuestra vida cristiana camina en base a las promesas de Dios.

Y que la garantía de sus promesas está en su presencia permanente en nuestras vidas.

La pregunta que les hago es: ¿Cuál es tu excusa frente al propósito del llamado de Dios?

Ahora eres cristiano y tal vez tu vida transcurre sin mayores sobresaltos, pero ¿cómo le responderás al Señor cuando te llame a servirle de alguna manera que tu jamás pensaste ni te planteaste para tu vida? Cuando descubras que tal vez El tiene planes que no concuerdan en nada con los tuyos?

El aceptar el llamado y las promesas, acarrea bendición, no solo para nosotros, sino a todos los que, de alguna manera, están involucrados con la decisión que tomemos, de la misma forma que el no creerlas ni aceptarlas, afectará también a los demás.

Dios nos ha dado preciosas y grandes promesas para que por ellas seamos partícipes de la naturaleza divina.

Si no vives por las promesas de Dios, no estás viviendo la vida completa que el Señor tiene para ti. Solamente estás "sobreviviendo".

Dios quiere cumplir sus propósitos y su voluntad en tu vida, pero si actúas pasivamente jamás disfrutaras de todos los beneficios y bendiciones que la Palabra declara, por supuesto eres salvo, pues el precio de tu alma, ya fue pagado completamente por nuestro Señor en la cruz del calvario; pero en el mismo paquete del regalo de la salvación, venían incluidas muchas bendiciones más, que tal vez no estás aplicando a tu vida.

Esto es lo que debemos grabarnos en nuestra mente.

Necesitamos tener la actitud de Josué y Caleb.

Vivamos con la mente puesta en Cristo Jesús.

Meditemos en las promesas que hemos recibido de Él.

Creamos que se van a cumplir y no dudemos de ellas.

Proclamemos las promesas que nos ha dado.

Y nunca nos rindamos.

No dejes que el enemigo te susurre 'fracasaste, no vas a conseguir la promesa de Dios". Eso es mentira . Porque la victoria ya fue conquistada y mientras tengas vida, siempre podrás retornar al camino del que, tal vez te desviaste El mismo Espíritu que levantó a Jesús de los muertos, vive en ti. Dios quiere que renueves tu mente para que puedas ver esta realidad espiritual.

Yo te animo en el nombre de Jesús hoy, a salir de aquí, habiendo tomado la siguiente decisión:

Acepto el propósito de Dios para mi vida, transitaré por el camino que El me ha trazado, no importa lo que pase, no importa lo que mis ojos físicos vean, no importa el tiempo que lleve el proceso, yo prosigo a la meta porque creo que su obra en mí, aunque mientras viva deba ser perfeccionada día a día, en Cristo ya está consumada y completa.

Vive, cree y actúa en actitud de fe.

Señor creemos en ti.

Creemos en tus promesas tanto individuales como de Iglesia, ciudad, provincia o nación.

Y queremos dar ese paso de fe para que se abra el río que nos separa de la Canaán espiritual que es tu presencia, ese estado espiritual donde no hay carencia de nada, donde se encuentra toda la provisión necesaria para que nuestro espíritu se sacie de leche y miel cada día.

Renueva y recuerda la promesa a tus hijos que te son fieles y están pasando en este momento por dificultades y carencia en sus vidas.

Necesitamos de ti Señor de tu unción, abre nuestros ojos espirituales, para que veamos, auméntanos la fe, renueva nuestra mente conforme a la tuya, derrama dones para esta iglesia, forma Señor Misioneros que vayan a otros lugares a propagar este Evangelio.

Te alabamos Señor, te damos gracias por tus promesas, las aceptamos y reconocemos que solo Tú eres digno de recibir la gloria. AMEN.

Fuente: www.centraldesermones.com