ABRAZANDO AL CONSOLADOR

La parte de disciplina espiritual, te endereza físicamente la columna vertebral. El muro de pecado sólo lo derribó con humildad y sacrificando de lo mío.
 
No es más, el que lo dice que es, si no el que menos dice y más hace para el reino.
El éxito de las personas está en guardar en el corazón todo lo aprendido de la boca de Dios.
Lo que Dios hace debe ser proclamado desde un corazón fiel. Si el profeta pide algo muy concreto a Dios, Él es el que concede, pero ningún verdadero profeta tentará jamás al Señor.
A veces, muchos no quieren entrar en el desierto y seguir avanzando, pero su Justicia sabe actuar en nosotros y empujarnos a la obediencia. Cristo no se tomó a broma la salvación nuestra. Él ha provisto una hora y si la dejamos pasar, será demasiado peligroso pasar de largo.
 
Sin Cristo somos como animales, Él nos da una identidad nueva que deja atrás toda la maldad.
¿Quién puede presumir? ¡A mí, no me llegará la desgracia! Mejor es no causarle molestias al profeta. Pablo dijo: “Nadie me cause molestias, porque llevo en mi cuerpo las marcas de Cristo”. La mediocridad no entra en el Santuario. Él habita en la santidad y en la luz inaccesible.
 
La disposición del corazón que clama, tiene sus manos en forma de taza.
La congregación es como un laboratorio en el que Dios nos trabaja por dentro para hacernos producto suyo.
El Espíritu Santo no cesa de amonestar a la Iglesia y a sus ungidos los consuela (los pastores).
“Él me poseía desde el principio” quiere decir que lo tenía todo de Él. ¿Cómo se puede llegar a tener todo de Él? Oyendo, guardando y practicando. No nos acontecerá nada hasta que no poseamos a Él, antes que a todas las cosas.
Si Dios nos encuentra en obediencia, se sentará a nuestro lado y hablará a nuestro corazón.
Hay ciclos dentro de la congregación por los que pasamos dentro de su voluntad. Es bueno ser experimentado en todo lo que es del cielo.
 
La unción cuando se manifiesta hay que guardarla. No se manchará de nosotros “la Gloria de Israel”. El Poder de Dios baja para poseer a nuestros hijos. Muchos creyentes han abandonado a sus hijos incluso sin echarlos a la calle, pero si le han negado el suministro del Espíritu.
Yo puedo tener que cumplir labores y servicios en medio de la congregación, pero lo que en realidad quiere Dios que hagamos en su casa, nos lo dirá Él personalmente.
 
El Pastor trabaja el corazón del hombre sacándoles piedras para hacer de ellos un Templo Sagrado.
Amarás a Dios más que todas las cosas, esto se cumple cuando, te deleitas en su Palabra y ella te posee.
El Amor de Dios se demuestra no se explica con palabras.
Las cosas de arriba son las de los cielos, al conocerlas quieres ver al que las ha creado y esa cadena no se acaba nunca.
 
Juan 11:19 y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano.
Los judíos vivían por la ley y no conocieron a Jesús.
 
Cuando uno pierde las cosas buenas es porque no es agradecido. Yo no podré prosperar si no hago prosperar su obra primero. El corazón no da limosna siempre da lo mejor.
El cielo de Dios no lo decidimos nosotros, solo podemos poner a los pies del monte y esperar la voz de su voluntad.
El hombre de ilusiones no es lo mismo que ser hombre de Fe.
El púlpito de Samaria ha creado conciencia en la congregación, de que existen reinos, niveles, glorias a las cuales con un corazón purificado y arrepentimiento se puede llegar. El padecimiento en Dios, me permite verle antes de morir. Él me marca una dieta para que me abstenga de todo lo malo.
 
Todo lo que tenemos, lo hemos recibido por la gracia que Él ha concedido a la Iglesia.
La consolación de Dios para María y Marta fue devolverle la vida a su hermano Lázaro porque estaba dormido solamente y además era su amigo. Mi petición es para este momento, la prosperidad de la resurrección tiene que entrar en esta iglesia “ahora”.
Las ventanas y puertas del cielo han de abrirse ahora para los suyos. La bendición que yo no arrebato se la llevará la muerte. Dios da mucho y bueno.
 
¿Cómo puedo quedar bien con Él? La mejor manera es siendo agradecido.
Cuando dejamos un puesto de trabajo, debemos dejar la puerta entreabierta para que pasado el tiempo, se acordarán de aquel que fue agradecido en su marcha. Así igualmente, cuando queramos que Dios nos mire no debemos dejar el corazón cerrado para una vuelta.
 
La consolación viene por las escrituras que revelan al sentir de Cristo Jesús. La Palabra en el corazón le quitará toda la importancia a la preocupación que nos persigue.
Él nos dice: “No os turbéis por lo que aquí no tenéis, porque allí no nos faltará de nade de lo deseado”.
El maná escondido lo guarda el Padre y será solo para aquellos muy, pero que muy exclusivos. El Padre habita en el Origen de todo. En la Nueva Jerusalén habitan el Hijo y el Espíritu Santo. Y su delicia es, estar con los hijos de los hombres. No hay otra satisfacción más grande para Cristo, que tener en su Gloria a los suyos. Él habita en el santuario, ha estado escondido durante muchas edades, pero ahora si pueden verle los que aquí han sido apasionados de Verdad. Él se alimenta de mi pasión auténtica. Yo me entierro en todo y después solo le tengo a Él.
 
“Jesús, eres mi preocupación” Es lo mejor de vivir en esta postura siempre. No debemos permitir que haya personas en la congregación, machacadas por el diablo. Yo soy la respuesta de mi alma pero Dios es la solución de mi vida.
Las obras de buscar la Santidad, quiere decir que me estoy preparando para ocupar mi lugar allí en las bodas.
Los que ahora lo pasan mal, allí serán recompensados y sus lágrimas enjugadas. Todo lo que yo clamé aquí como pobre de Dios, Él sabrá cual su bendición reservada. Yo debo clamar por la bendición seleccionada de Dios para mi casa.