Aflicción
Estaba sentado, destrozado por la aflicción. Alguien vino y me habló de Dios, de la esperanza más allá del sepulcro. Él habló constantemente, dijo cosas que yo sabía que eran verdad. No me conmovió, excepto para desear que se fuera. Finalmente lo hizo.
Otro vino, y se sentó a mi lado. No dijo nada. No hizo preguntas. Sólo se sentó junto a mí por una hora más, escuchó cuando yo dije algo, dio una respuesta breve, elevó una oración sencilla, y se fue. Quedé conmovido. Recibí consuelo. Detesté que se fuera.
Tomado del libro Más de 1001 Ilustraciones y Citas de Swindoll (Thomas Nelson). Copyright © 2003 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.