¿Al cielo humillado o al infierno lleno de orgullo?

Predicas Cristianas | Estudios Biblicos

Tema: La importancia de Perdonar

Texto Biblico: Mateo 6:14-15

Introducción:

Por causa de la naturaleza caída del hombre, todos tenemos la tendencia a ser orgullosos, y al ser orgullosos por naturaleza, perdonar es algo complicado.

Dios es el máximo ejemplo de perdonar (Efesios 4:32).

Él nos creó y nos entregó sus mandamientos para que lo obedezcamos y nos vaya bien (Josué 1:8) -no como quienes creen que los mandamientos son pura cohibición-. No obstante, como usted ya sabe, el ser humano desde su misma creación ha desobedecido a Dios, lo ha desafiado, lo ha insultado, se ha rebelado contra Él, y ha hecho todo cuanto ha querido en contra de la voluntad divina. Con todo esto, Él está siempre dispuesto a decir “te perdono.”

Pero, ¿perdona Dios todas las veces que lo pidamos? ¿No hay condiciones de por medio?

Vamos a revisar algunas cosas que dice la biblia con relación al perdón de Dios hacia nosotros, y entre nosotros mismos también.

I. Todos le fallamos a Dios, pero Dios no le falla a nadie. II Timoteo 2:13.

A. Aun siendo infieles, Él siempre permanece fiel. I Juan 1:9.

La fidelidad de Dios se hace visible desde las cosas más simples: el oxígeno, el agua, poder ver, escuchar… Dios no nos debe absolutamente nada, pero nos da todo. El hecho de estar vivos es una muestra inmensa de su misericordia ya que ni aún nuestros padres deberían estarlo, pues según las escrituras, “la paga del pecado es muerte”, y siendo que todos hemos pecado, todos deberíamos estar muertos. Pero su fidelidad y misericordia nos sostienen.

B. El hombre ofende a Dios y al prójimo. Mateo 6:12

La oración que se conoce como el ‘Padre Nuestro’ dice en el versículo 12:“y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.”

Esto implica muy claramente que no solo ofendemos a Dios, sino que otras personas también nos ofenden a nosotros y viceversa.

II. Dios perdona, pero tiene condiciones

A. Dios es fiel y justo para perdonar. I Juan 1. 9.

B. Si no perdonamos, tampoco recibiremos perdón. Mateo 6:14-15.

C. Hay que perdonar siempre. Mateo 18:21-22; Lucas 17:3-4.

Estos dos pasajes bíblicos no solo dejan ver el gran amor de Dios que siempre está dispuesto a perdonar, sino que establecen que el hombre también debe tener esa disposición.

En el caso del pasaje de Mateo dice “setenta veces siete.” Para nosotros, esta expresión puede ser una operación matemática, pero para la sociedad en la que vivió Jesús significaba totalidad, es decir siempre, una y otra vez; igual a como hace Dios con nosotros ¿no? siempre que vamos a pedir perdón, Él está dispuesto a decir ‘sí, te perdono.’ Esto es maravilloso, fantástico, ¿qué sería de nosotros sin su perdón?

Pero debemos aplicar este principio también a nuestra vida: estar siempre dispuestos a perdonar.

III. La falta de perdón es causa de condenación eterna. Gálatas 5:20-21; Mateo 18:34-35.

A. Dios se molesta cuando no perdonamos.

La parábola de Mateo 18:23-35 es clara con relación al principio que hemos venido estudiando aquí. Y cabe añadir que, Dios no solamente nos exige perdonar al prójimo, sino que se molesta cuando no lo hacemos. ¿Se ha preguntado alguna vez por qué Dios se enoja cuando no perdonamos a otros?

No pretendo tener la respuesta absoluta a esta pregunta, pero quiero expresar la mía. Repito, esta es mi opinión personal.

Dios es el único ser perfecto, el único. Sin embargo, no tiene problema en perdonar a todos y cada uno de los miles de millones de terrícolas que poblamos este planeta. Imagínese usted los billones de agravios que suben al cielo diariamente: homicidios, violaciones, masacres, insultos directos a Dios, blasfemias, infidelidades, etc. La lista es horrorosamente larga. Y repito, si los culpables de estos pecados se arrepienten, Dios dice ‘sí, te perdono.’ Entonces, ¿cómo es posible que Dios pueda hacerlo y nosotros no? ¿Son más grandes las ofensas que nosotros hemos sufrido que las billones que sufre Dios por segundo? ¿Acaso existe sobre la tierra algún humano que sea más digno que Dios?

Para mí, esa es la razón de su enojo. No hay nadie más digno que él, así que todo aquel que se niegue a perdonar, es como si estuviese diciendo: ‘Dios, yo soy más digno que tú.’

B. Si no perdonamos, Él tampoco nos perdonará

C. ¿Por qué la falta de perdón acarrea condenación?

En el pasaje de Gálatas se mencionan obras de la carne que impiden la entrada al cielo. Entre ellas están las enemistades, contiendas, pleitos, celos… cosas que tienen que ver directamente con la falta de perdón. Y al final del verso 21 dice: “los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.”

Además, en la parábola de Mateo dice que Dios hará así con quienes no perdonen, refiriéndose a la condenación.

Es cierto que el ser humano puede sufrir ofensas terriblemente graves que podríamos decir que ‘no merecen perdón’, pero grabe en su mente que el Hijo de Dios sufrió escupitajos, insultos, ultrajes y fue ridiculizado hasta morir. Aun después de haber resucitado y ascendido al cielo, allí también sigue escuchando y viendo la cantidad de barbaridades que se hacen en este mundo contra él.

Conclusión:

Perdonar y pedir perdón tienen que ver con humillarse. De ahí el título de este estudio bíblico. Usted puede decidir entre doblegar su orgullo y agradar a Dios (y seguir recibiendo su perdón), o preservar su ‘dignidad’ y no hacerlo, pero corre el riesgo de pasar una eternidad lejos de Dios con todo y su orgullo.

Por eso, ¿prefiere ir al cielo humillado o al infierno lleno de orgullo?