Algunas sugerencias practicas sobre la oración

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Santiago 5.13-18

Introducción:

A.  La enseñanza de Santiago está diciendo que el gran pueblo de Dios son los que oran! No son necesariamente los que hablan sobre la oración ni anuncian su creencia en la oración y ni siquiera tratan de explicar todo acerca de la oración.

B.  El verdadero gran pueblo de Dios son los humildes, los dedicados y los que realmente sacan el tiempo para orar.

C.   Estas personas no tienen más tiempo que el resto de nosotros, sino que solamente consideran la oración más importante que las cosas con las que la mayoría de nosotros llenamos nuestras vidas.

D.  Al creer en un Dios de poder, que escuchará y responderá también las peticiones de Sus hijos, estas personas, como Elías, han reclamado para sí Su poder mediante la oración.

E.  En vista de que la epístola de Santiago es tan práctica en su forma de ser, lo normal es que esperáramos que hablara acerca de la oración. ¡Y lo hace!

F.   Santiago demostrará cómo la fe causa un impacto positivo en nuestra vida de oración. En el texto de la presente lección, Santiago 5.13–18, surgen algunas pautas para la oración que necesitan ser estudiadas cuidadosamente.

I. ¿Cuándo Se Debe Orar Según Santiago?

Santiago presenta su exhortación de una manera extremadamente práctica. Señala los tiempos y las circunstancias en las que se requiere de la oración.

Menciona específicamente tres momentos en los que debemos humillarnos delante de Dios en oración.

A.  En primer lugar: La oración es necesaria cuando os enfrentamos al sufrimiento. J. W. Roberts describió El sufrimiento en este pasaje es de alguna manera más general que cualquier enfermedad. En su uso en otros lugares podría referirse a las penalidades y a las aflicciones de la vida cristiana.

1.  Teniendo el concepto de la palabra «afligido», se entiende que Santiago está diciendo que, no importa cuál sea su dolor, pena, duelo, depresión ni tristeza, recurra a la oración. (Salmos 18.6; 118.5; 2 Crónicas 33.12,13)

2.  Cuando Dios escucha y contesta esa oración, dando la ayuda y el fortalecimiento que se necesita, no olvidemos alabar a Dios por Su amor y ayuda.

B.  En segundo lugar: La oración es necesaria cuando estamos enfrentando una enfermedad.Santiago señala que durante días de enfermedad, hemos de apoyarnos en Dios mediante la oración.

1.  Este es el más común de todos los malestares físicos, y Santiago nos pide entregárselo a Dios (1ª Pedro 5.6).

2.  ¿Qué sana al enfermo? Santiago dice que es «la oración de fe». La oración de fe es la que se ofrece creyendo que Dios puede hacer lo que le pedimos (Santiago 1.6; 1; Juan 5.14).

3.  Sin embargo, ¡pedimos con fe y algunos enfermos no se recuperan! ¿Se recuperan siempre los enfermos? No. No se confunda.

4. Estoy convencido de que nuestras oraciones pueden causar que Dios actúe en nuestro mundo y haga cambios.

a)  El ejemplo de cuando Dios añadió quince años a la vida de Ezequías (2º Reyes 20), en respuesta a su oración, lo demuestra.

b)  La clave para nuestro entendimiento puede estar en 1 Juan 5.14, donde Juan dice: «… si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye».

c)  A veces deseamos algo tanto que olvidamos considerar cuál podría ser la voluntad de Dios.

5.  Es necesario que volvamos a examinar la oración de Jesús del Huerto y aprendamos el espíritu de esa oración. No es malo hacerle saber a Dios lo que queremos, sin embargo, también tenemos que pedir fuerza y valentía para aceptar cualquiera que sea Su voluntad.

C.  En tercer lugar: La oración es necesaria para cuando estemos abrumados por la culpa del pecado. dice: «… y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados».

1.  Juan dice: (1ª Juan 1.9). «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad»

2.  Lo que Santiago y Juan están diciendo es que debemos ser lo suficientemente humildes como para reconocer nuestros pecados, tanto a Dios como a los hermanos, y pedirle a Dios que nos limpie.

3.  Este texto no está hablando exclusivamente de lo que consideramos una «confesión formal» ante la iglesia, sin embargo, ciertamente la incluiría.

4.  Tampoco prescribe una forma establecida para realizar las confesiones. Obviamente, se pueden usar muchas maneras:

a)  Se puede hacer en una asamblea, según se enseña en los versículos 15 y 16,

b)  Se puede hacer en presencia de los ancianos,

c)  Se puede hacer de hermano a hermano, o puede ser hecha por cualquier otro medio conveniente para que las partes afectadas sean informadas del arrepentimiento de la persona.

5.  Sin embargo, a Santiago no le preocupa tanto la forma sí no la necesidad de que se haga la oración de confesión. (Salamos 35.18; 38.18)

D.  En cuarto lugar: La oración es necesaria para cuando necesitemos sabiduría(Santiago 1.5)Muchas veces fallamos en el manejo de nuestras pruebas porque nos falta sabiduría.

1.  ¿Qué es la sabiduría? Sabiduría, por el contexto, es la capacidad de ver las cosas desde la perspectiva de Dios. Es Dios mostrándonos la situación desde Su punto de vista eterno. Es mostrarnos cómo todo encaja:

a)  Cómo se supone que debemos orar, qué se supone debemos hacer, cómo podemos resolver el problema, y, lo más importante, cómo nos ayuda este problema a crecer.

2.  El tipo de sabiduría del que estamos hablando no es solamente conocer la Biblia. Conocer la Biblia hará que una persona esté informada, más no necesariamente sabia.

a)  Sin embargo, si una persona sabe cómo usar la Biblia para entender la vida y para guiar su conducta y la conducta de otros en el laberinto de los problemas de la vida, entonces, el conocimiento se ha convertido en sabiduría.

3.   ¿Por qué desea Dios que pidamos esta clase de sabiduría? Porque en nuestra comprensión cristiana de la oración, esta implica confesar nuestras insuficiencias morales y nuestra aspiración a ser más semejantes a Cristo.

a)  Cuando el cristiano se enfrenta a la presión de grupos para hacer lo malo (tomar bebidas alcohólicas, usar drogas, tener relaciones sexuales ilícitas, etc.), o se enfrenta con problemas familiares o la muerte de un ser querido, en lugar de confiar en su propia fuerza le pide ayuda a Dios.

b)  Su oración puede decir: «¡Dios, no puedo con esto! Pero con tu ayuda lo podré superar y así ser una mejor persona». Tal oración concuerda con el carácter de la vida cristiana que confía en la fuerza de Dios y no en la nuestra.

La ansiedad frente a la oración

Una madre agobiada estaba orando con su hija al final del día.

Cuando hubieron terminado, la madre se levantó y reanudó de inmediato una actitud de ansiedad y preocupación. La niña miró su rostro preocupado.

«Por qué, mamá», dijo, «¡acabas de orar!».

«Sí, lo sé», respondió la madre. Su pequeña hija simplemente respondió:

«Creo que cualquiera podría preocuparse u orar, pero no hacer las dos cosas».

Conclusión:

Hasta que aprendamos a orar, nos privaremos de muchas bendiciones que podríamos tener y usar para la gloria de Dios y para nuestro propio crecimiento espiritual.                   

Fuente: www.centraldesermones.com