Bud Spencer: Ahora más que nunca necesito la fe
Por: Gelsomino del Guercio
“¿Con quién querría comer mi última comida? Un buen plato de spaghetti en compañía de Jesús”.
Fue un héroe del filón “Spaghetti western”, junto a Terence Hill, después de triunfar en su juventud como campeón olímpico de natación. Ahora Bud Spencer, en una reciente entrevista al diario alemán Welt am Sonntag a propósito de su nuevo libro “Como Ergo Sum“, se confiesa sobre temas íntimos y muy delicados: su relación con la religión, con el final de la vida, con el más allá.
“En mi vejez avanzada necesito la religión – dice Carlo Pedersoli (este es su verdadero nombre) – necesito a fe. Creo en Dios, esto es lo que me salva – explica –. En cambio, me he dado cuenta de que no es nada todo aquello a lo que antes yo daba un gran valor: el deporte, donde quería afirmarme, la popularidad. El que se enorgullece por estas cosas, quien busca sólo el éxito, la fama, es un idiota”.
Errores y arrepentimientos
Bud admite no haber sido precisamente un “santo” en vida. Y sólo ahora se da cuenta de los errores pasados. “He cometido muchos errores, con las mujeres, los amigos, errores gordos, locuras. Ahora que tengo casi 86 años, veo las cosas de manera muy distinta. La vida me ha enseñado que las cosas que cuentan son otras”.
No evita el tema de la muerte, al contrario. “Estoy cada vez más apasionado por la vida cada día que pasa, pero la muerte no me asusta. Porque creo que en realidad uno no se muere, y que nuestra alma está viva aún después de dejar la tierra. Al contrario, estoy seguro de que la vida continua. Entre tanto, afrontaré la muerte, en todo caso, con dignidad , y con la misma dignidad afrontaré el juicio de Dios”.
“No soy un héroe”
Esta misma dignidad le lleva a decir: “No me interesa un ‘adiós’ de héroes. Soy un hombre como los demás. La vida es una farsa, mucho humo a los ojos, muchas alegrías pero también muchas desilusiones. El heroísmo, en mi caso, es algo artificial, una ficción. El verdadero héroe es solo el que da la vida por su país o protege con un acto extraordinario a su familia. Yo no soy uno de esos”.