Biblia

Creyendo en el testimonio de Cristo, Parte II

Creyendo en el testimonio de Cristo, Parte II

por Ministerios Alfa y Omega, Inc.

Sermón basado en 1 Juan 5.9–15

Texto bíblico: 1 Juan 5.9–15



Punto 2: El testimonio de Juan el Apóstol


Juan el Apóstol, testimonio y seguridad: Existe el testimonio del propio Juan. Juan testifica dos eventos gloriosos:



A. Declara que un creyente puede estar seguro de la vida eterna. Fíjese en la fuerza de su declaración: podemos estar completamente seguros de que tenemos vida eterna gracias a nuestras propias experiencias. Podemos probar personalmente la vida eterna y todo aquello que se suponía tenía que haber existido, y podemos vivirla no solamente en el futuro sino que también ahora en la tierra. Podemos tener la absoluta y perfecta convicción de que poseemos vida eterna. ¿Cómo? Juan manifiesta que hay tres caminos.


· Recibimos la vida eterna al prestar atención a las Escrituras. Juan declara enfáticamente que escribió su epístola sólo para que pudiéramos tener y creer en la vida eterna


· Recibimos vida eterna al creer en el nombre de Jesucristo. Solamente aquel que cree en el nombre del Hijo de Dios tiene vida eterna.


· Recibimos vida eterna al seguir creyendo en el nombre del Hijo. Juan escribe para los creyentes y afirma que lo ha hecho para que «creáis en el nombre del Hijo de Dios». ¿No era ya un hecho de que los creyentes creían en Cristo? La respuesta es sí, pero Juan está diciendo que debemos perdurar en nuestra creencia hasta que el Señor nos lleve hasta su casa. No existe la alternativa de que una persona crea y que después deje de hacerlo y aun así recibir la vida eterna. Si una persona reniega a Cristo, evidencia, en primer lugar, que nunca recibió la vida eterna. Si una persona realmente conoce al Hijo de Dios y ha recibido la vida eterna, es casi imposible que se aleje de él por mucho tiempo porque lo maravilloso es sentir a Cristo y la vida que él nos da. Si una persona se aleja por mucho tiempo, al punto de que no regrese a Cristo, Dios se adelantará y se lo llevará a casa. Esta es la cuestión: debemos creer en el nombre del Hijo de Dios y no dejar de hacerlo. Debemos perseverar y perdurar en nuestra creencia. Mateo 10.22; Juan 7.16–17, 8.31–32; 1 Tesalonicenses 1.5; 2 Timoteo 1.12; Hebreos 3.12, 4.11, 10.22–23; 1 Juan 2.3



B. Juan declara que un creyente puede estar seguro de que sus oraciones son respondidas. 1 Juan 5.14–15 es un gran pasaje ya que cubre la base de toda oración. Preste atención a lo que dice exactamente:



· Podemos tener la certeza de que Dios escucha nuestras oraciones si estamos en él, en otras palabras, en Cristo (1 Jn 5.14). Podemos acercarnos a Dios exclusivamente por medio de Jesucristo. Él es la única Persona justa y perfecta; por lo tanto, solo él tiene el derecho de estar ante Dios. Cualquier otra persona que desee aproximarse a Dios debe hacerlo en el nombre de Jesucristo ya que solo este nombre es grato ante Dios y el único que puede recibir algo de él.


· Podemos tener la certeza de que Dios escucha nuestras plegarias si pedimos conforme a su voluntad (1 Jn 5.14). En las Escrituras, Dios ha revelado su voluntad para con nosotros y esta incluye todas las grandes experiencias de la vida:

  • Es la voluntad de Dios que experimentemos los frutos del Espíritu. Gálatas 5.22–23
  • Es la voluntad de Dios que tengamos las provisiones necesarias para la vida. Mateo 6.31–34
  • Es su voluntad que estemos protegidos y libres de todos los juicios y tentaciones de la vida. Corintios 10.13; Hebreos 13.6; Isaías 41.10
  • Es la voluntad de Dios que seamos libres de pecado, muerte, condenación, y del miedo a la muerte. Juan 5.24; Hebreos 2.14–15
  • Es la voluntad del Altísimo que estemos libres de persecuciones crueles y de problemas, y que estemos ante la presencia de Dios. Hechos 7.54–56; 2 Timoteo 4.18


  • Podríamos seguir analizando las promesas gloriosas que Dios nos hace, promesas que deberían llenar nuestras oraciones al ir enfrentando los distintos eventos y dificultades de la vida. Recuerde que podemos estar plenamente seguros de que Dios nos escucha cuando pedimos conforme a su voluntad.



    Además, podemos tener la seguridad de que Dios escucha nuestras oraciones si realmente creemos que él nos oye (1 Juan 5:15). Debemos tener fe de que nos escucha si deseamos recibir lo que pedimos. Es una pérdida de tiempo pedirle a Dios si no creemos que nos escuchará. Debemos confiar en él, creer que nos ama y que cumplirá sus promesas. Esta es la declaración del tiempo de las Escrituras y de hoy. Marcos 11.24; Juan 15.7; Hebreos 11.6, 1 Juan 3.22, 1 Juan 5.14



    Usado con permiso,


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