Biblia

Cristiano no le des lugar a la amargura

Cristiano no le des lugar a la amargura

Los Cristianos y No des lugar a la amargura

“MIRAD BIEN… QUE NO BROTE NINGUNA RAÍZ DE AMARGURA…” (Hebreos 12:15)

La traición es lo que otros te hacen; la amargura es lo que tú te haces a ti mismo. Es imposible pasar por la vida sin ser lastimado. Puede ser un cónyuge infiel, un jefe que te difama o una empresa que te despide sin explicaciones. Sentado a la mesa con sus discípulos, Jesús dijo: “…Uno de vosotros… me va a entregar” (Marcos 14:18). Poco después de eso, Judas lo traicionó con un beso. Algunos te besarán hoy y te traicionarán mañana. Pero Jesús no dio lugar a la amargura; porque sabía que el beso de Judas le conduciría a Su destino. Tampoco dio la espalda a Pedro cuando éste lo negó, sino que Pedro fue al único apóstol que mencionó cuando había planeado presentarse ante sus discípulos después de la resurrección. Jesús veía a las personas a la luz de su potencial, no de sus problemas. La realidad del momento no le impedía percibir lo que éstas llegarían a ser cuando fueran tocadas por la gracia de Dios. Y tú debes ser así también.

Pablo escribió al respecto: “Quítense de vosotros toda amargura… Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:31-32). Por lo tanto, elimina de tu conversación cualquier palabra que denote amargura. Deja de revivir una y otra vez los detalles de tu pasado, a no ser que sirvan de enseñanza y para animar a otros a que se superen. ¿Piensas en tu pasado con frecuencia? ¿Qué estás haciendo para impedir que tu corazón albergue amargura? Dios dice: “No os acordéis de las cosas pasadas ni traigáis a la memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva…” (Isaías 43:18-19).