Por: Pastor Gonzalo Sanabria. Este sermón fue publicado inicialmente en www.estudiosysermones.com. Te invitamos a leer más sermones del Pastor Gonzalo Zanabria en la mencionada web.
Nuestra confianza en el Señor Jesús nos lleva a superar los diversos obstáculos de nuestra vida. Vemos en el texto de hoy a una madre intercediendo por su hija, y es muy interesante la primera frase del pasaje “Pero Jesús no le respondió palabra”. Ella rogaba al Señor por un milagro en su casa, pero Jesús guardaba silencio, y tal vez nosotros también hemos pasado por tiempos así y no entendemos el silencio de Dios, pero cuando Dios guarda silencio es porque está trabajando, y nadie lo hace mejor que él…
CUANDO DIOS GUARDA SILENCIO ES PORQUE ESTÁ TRABAJANDO
“Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme!” Mateo 15:23-25.
No es nada fácil comprender en momentos como éste el silencio de Dios, pues ella clamaba con mucha intensidad e insistencia, su crisis apremiaba, su hija estaba grave y cada vez empeoraba. Cuando levantamos nuestro clamor a Dios, y la situación es grave, es normal esperar una respuesta del Señor, pero a veces él guarda silencio. Y muchas preguntas vienen a nuestra mente, por ejemplo ¿Será que Dios no me oye? ¿Será que Dios no me ama? ¿Me estará castigando? Y muchas otras preguntas, pero lo correcto es reflexionar en silencio con Su amor, pues él está trabajando (en tu corazón, en aquellos que te rodean, en tus autoridades, etc).
Estos tiempos no son fáciles, pero son más llevaderos cuando logramos reposar en las verdades de Dios como son Su amor y bondad, tener presente que Dios sabe lo que hace y que al final todo está en sus manos y por tanto lo mejor está por venir. Eso es fe, la fe es expectativa por lo que Dios hará. Te invito a leer: “El Profeta Isaías Tiene Un Encuentro Con Dios”.
Cuando Dios guarda silencio es porque está trabajando. Puede callar porque él sabe que si habla no le escucharemos, o porque no es el momento de hablar, o como dice la Biblia: “Jehová callará de amor”. A veces esperar en él es una prueba de amor, la Novia (Iglesia) debe aprender a confiar totalmente en su Novio (Cristo).
Mientras Jesús estaba callado, sus discípulos se molestan por el ruido de la mujer. Ellos estaban cansados por la insistencia de ella siguiéndolos en el camino, ella creía en el poder de Jesús para hacer el milagro en su hija. Esto a veces pasa en nuestra vida, cuando otros se incomodan o molestan por nuestra fe en Dios, ellos ven nuestro clamor sin respuesta del cielo y por eso pueden burlarse o enojarse, pero es necesario perseverar, pues el que busca halla, al que clama se le abre, al que pide se le dará, así dice la Biblia.
Esperar y perseverar en Dios es una prueba de nuestra fe. La Biblia nos dice: “Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos” Mateo 15:25-26. La verdadera fe te acerca Dios en los tiempos de prueba, la fe no te aleja del Señor, lo vemos aquí pues ésta mujer antes “clamaba”, pero ahora “se postra y clama” y Jesús comienza a hablarle cuando al principio no le respondía palabra. El silencio de Jesús duro un tiempo, pero ahora Jesús responde. La perseverancia en Dios nunca es en vano.
Sin embargo las palabras de Jesús no son aquellas que ella esperaba o deseaba (no siempre Dios va a decir lo que queremos escuchar). Jesús le dice a ella que no podía tomar del pan de los hijos porque no era de la familia (ella no era Israelita). La verdad es que Jesús está esperando la reacción de ella ¿Renunciaría’? ¿Daría media vuelta y se iría? ¿Abandonaría su clamor? ¿Dejaría de creer en el milagro?
La Biblia nos enseña que las mejores palabras, la mayor fuerza, su más grande confianza en el amor y poder de Dios, fueron expresadas por su boca, ella no dejó de creer y hablar con Jesús, ella no renunció, ni abandono su ruego, y como resultado Jesús le otorgó la sanidad de su hija, ella recibió su milagro, encontró en Jesús la respuesta a su clamor, y su fe en él creció como nunca antes.
Reflexión final: No debemos renunciar a nuestro clamor, ni a nuestra fe en el Señor, si Dios guarda silencio es porque está trabajando, es porque procura que nuestra en él sea mayor, o tal vez porque quiere enseñarnos a depender más de él, o porque en su silencio quiere ayudarnos a renunciar a nuestra autosuficiencia, Su silencio no es una señal de su ausencia, sino de una labor especial que hace en nuestro corazón. Gracias Dios por tu cuidado y por lo que haces.
(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria. Este sermón fue publicado inicialmente en www.estudiosysermones.com. Te invitamos a leer más sermones del Pastor Gonzalo Zanabria en la mencionada web.)
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