por Ministerios Alfa y Omega, Inc.
Sermón basado en 1 Juan 3:4-9
Texto bíblico: 1 Juan 3.49
Introducción:
¿Amamos realmente a Dios? Existen seis pruebas que nos ayudan a descubrir si es así. A continuación encontramos la prueba número dos: ¿Le hemos dado la espalda al pecado? ¿Hemos nacido de nuevo?
— Si vivimos en el pecado, si somos esclavos de los hábitos del pecado, es una clara señal de que no amamos a Dios. No obstante, si le hemos dado la espalda y conquistado permanente al pecado y al hábito de pecar por medio de Cristo, entonces esa actitud es una clara señal de que amamos a Dios.
— Si hemos nacido de nuevo, si hemos participado de la naturaleza divina de Dios, entonces amamos al Padre. Sin embargo, si no hemos nacido de nuevo ni participado de la naturaleza divina de Dios, entonces no amamos a Dios.
Cuando amamos a alguien, queremos conocerlo y complacerlo. Buscamos su consentimiento y aprobación; por eso, hacemos todo lo posible para agradarlo. Dios es recto, puro y santo. No hay pecado en Él; por lo tanto, la persona que ama a Dios vive una vida recta, pura y santa. No vive ni practica el pecado sino la rectitud. Hace todo lo posible para agradar a quien ama, al propio Señor Jesucristo. Esta es la segunda prueba que demuestra si amamos o no a Dios. ¿Le hemos dado la espalda al pecado? ¿Hemos roto y conquistado el hábito de pecar? ¿Hemos nacido realmente de nuevo en el Espíritu de Dios?
Bosquejo de la enseñanza:
1. La necesidad de ser liberado: el hombre posee una naturaleza pecaminosa (v.4).
2. La provisión de la liberación: Cristo pagó por nuestros pecados (v.5).
3. La evidencia de la liberación (v.6-7).
4. La gran conquista de la liberación gracias a Cristo (v.8).
5. El resultado de la liberación: el ser liberado de vivir en pecado (v.9).
Puntos a desarrollar:
Punto 1. (3.4) Transgresión y pecado: La necesidad de ser liberado. El hombre por naturaleza es pecador y transgresor de la ley. A casi nadie le gusta que le llamen pecador. Algunos hasta reaccionan cuando se le dice que los seres humanos son pecadores. Hay una razón para todo esto. La mayoría de las personas piensan que los pecados son sólo aquellos crímenes que ocupan los titulares de los periódicos o los noticieros. La mayoría de la gente cree que sus pecados no son tan serios y otros hasta piensan que sus pequeños errores no pueden categorizarse como pecados. Por eso, ellos sólo comenten
un error
una falta
una falla
una escapatoria psicológica
una debilidad natural
una mala decisión
un acto irracional
una defecto social
Para Dios y para la Biblia, el pecado no es nada de esto. El pecado es la transgresión o violación de la ley de Dios.
— Pecar significa escoger ir por su propio camino en la vida, hacer lo que uno quiere en lugar de lo que Dios desea.
— Pecar es vivir como uno quiere en vez de como Dios dice.
— Pecar es desobedecer a Dios, es no hacer lo que Dios dice que hagamos y hacer lo que Dios nos dice no hacer.
— Pecar es no creer lo que Dios dice que creamos.
— Pecar es ignorar y rechazar a Dios en lugar de seguirlo y adorarlo.
— Pecar es rebelarse en contra de lo que Dios nos dice que hagamos.
— Pecar es rechazar y negar a Dios en lugar de confesarlo y convertirse en uno de sus seguidores.
Recuerde que Dios es perfecto; por eso, sólo acepta perfección. Es algo alarmante, sin embargo, es verdad. Si Dios aceptara imperfecciones en el cielo, entonces este lugar ya no sería perfecto.
Por esta razón, Dios no puede aceptar nada que no sea perfecto. Y justo esto es lo que el pecado significa: imperfección, faltas a la gloria y naturaleza perfecta de Dios. Consiguientemente, el hombre no sólo hace cosas que se convierten en faltas a la presencia de Dios; el propio hombre es una falta a la naturaleza de Dios.
–El hombre es un pecador; por eso, cualquier acto o pensamiento que haga es una falta a la perfección de Dios. Es decir, pecado es toda imperfección y falta a la gloria y naturaleza de Dios. Esto no significa que sólo cometemos errores pero que, por nuestra naturaleza, nos quedamos cortos con lo que deberíamos hacer.
–El hombre no solamente es pecador sino también pecaminoso. El motivo por el cual es pecaminoso es porque ha transgredido la ley de Dios. Si nunca lo hubiera hecho, entonces habitaría en la naturaleza perfecta de Dios, siempre lo obedecería y, como resultado, hubiera vivido en la gloria de Dios y nunca hubiera cometido falta alguna. La transgresión (ir en contra de la ley y naturaleza de Dios) fue lo que provocó la caída del hombre. Por eso, pecar es transgredir, desobedecer la ley de Dios, faltar a lo que Dios dice. Salmos 53.3; Proverbios 20.9; Isaías 53.6, 64.6; Romanos 3.1019, 3.23, Gálatas 3.22; 1 Juan 1.8, 5.4; Génesis 6.5
En la Biblia existe una serie de palabras hebreas y griegas para referirse a la palabra pecado. Una traducción literal de la mayoría de estas palabras muestran el significado de pecar:
A. Pecar es no creer, es fallar al creer en Dios. Mateo 13.58, 17.20; Romanos 3.3, 4.20, 11.20, 23; 1 Timoteo. 1.13; Hebreos 3.12, 19
B. Pecar es perder el camino a la gloria del Padre. Romanos 3.23
C. Pecar es equivocarse, cometer errores, alejarse del camino correcto. Romanos 1.27; Santiago 5.20; 2 Pedro 2.18, 3.17; Judas 11
D. Pecar es impiedad e injusticia. Romanos 1.18, 11.26; 2 Timoteo 2.16; Tito 2.12; Judas 15, 18
E. Pecar es transgredir, alejarse de la ley. Romanos 3.23, 4.15, 5.13, 20; Hebreos 2.2, 9.15
F. Pecar es traspasar, introducirse donde uno no debe. Efesios 2.1
G. Pecar es desobedecer, rehusarse a escuchar y hacer. Efesios 2.2, 5.6; Colosenses 3.6
H. Pecar es anarquía, rebelión, rechazo a la voluntad y ley de Dios. 1 Juan 3.4
I. Pecar es iniquidad, es un desprecio interno que guía a la práctica continua del pecado. Mateo 7.23; Romanos 1.2123, 6.19; 2 Tesalonicenses 2.3
Todas las personas han pecado (Ro 3.23) ya que el pecado entró en el mundo por Adán (Ro 5.12). Debido a esto, todos las personas están espiritualmente muertas y están destinadas a morir físicamente (Ro 6.23; citando Ge 2.17, 3.19; Ez 18.4, 20). Pero podemos obtener la liberación del pecado y su castigo por medio del sacrificio de Cristo Jesús. Hechos 4.12; Hebreos 9.26
Usado con permiso,
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