Biblia

De dos en dos

De dos en dos

por Christopher Shaw

Las victorias y los logros definitivamente tienen otro sabor cuando las vivimos en equipo.

Versículo: Lucas 10:1

10:1 Después de esto, el Señor escogió a otros setenta y dos para enviarlos de dos en dos delante de él a todo pueblo y lugar adonde él pensaba ir.

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El Señor Jesús no estaba adherido a esa escuela de pensamiento que sostiene que a un obrero no se le puede confiar ninguna responsabilidad hasta que esté formado, hasta que haya madurado lo suficiente como para llevar el peso de su llamado. Aun mientras seguía invirtiendo en la capacitación de los discípulos, los reunió y les dio una tarea para hacer. Para que pudieran llevar adelante este proyecto les proveyó de claras instrucciones para cada aspecto del viaje. Con seguridad los discípulos no percibieron que el cuidado amoroso de Cristo por sus vidas se reflejaba en un detalle adicional: los envió de dos en dos. ¡Que buena estrategia! Cuánta sabiduría hay en esta decisión, y qué buen ejemplo nos deja para nuestra tarea de formar obreros. En primer lugar, cuando estamos acompañados los desafíos siempre se ven más fáciles. Podemos consultar a nuestro compañero, compartir con él o ella nuestras dudas y temores y alimentarnos de la osadía natural que viene de estar acompañado. Aunque la otra persona no tenga la respuesta que estamos buscando, contar solamente con su amistad y compañía ya es parte de la provisión de Dios para nuestras necesidades. Trabajando juntos tenemos a nuestro lado una persona que nos ayuda a evaluar nuestro propio desempeño. En segundo lugar, el andar en pareja enriquece nuestra perspectiva. En lugar de depender enteramente de nuestros propios criterios y visión, podemos escuchar a la otra persona y considerar su punto de vista de las cosas. Seguramente va a ver aspectos que yo no he visto, y esto me ayudará a ser más equilibrado en todo lo que hago. En tercer lugar, dos realizan una tarea mejor que uno. Nuestros dones y talentos se complementan, de tal manera que trabajando juntos podemos lograr un mejor resultado que solos. Seguramente la persona que me acompaña aportará de aquellas cualidades y particularidades que son esencialmente suyas, una demostración de la increíble diversidad con la cual Dios nos ha creado. En cuarto lugar, trabajando juntos tenemos a nuestro lado una persona que nos ayuda a evaluar nuestro propio desempeño. Nos puede decir la manera que ve lo que estamos haciendo. Puede corregir nuestros errores y reconocer nuestros aciertos, ayudando a que cada día seamos más sabios en la manera en que realizamos las tareas que se nos han encomendado. En quinto lugar, esta persona nos servirá de consuelo y sostén cuando las cosas no salen como estábamos pensando. Durante el viaje seguramente experimentarían oposición, desánimo y confusión. Al estar juntos, podían compartir la angustia del fracaso y también llevar su frustración a Dios. Por último, este compañero traerá gozo a nuestra vida al tener con quién compartir las alegrías experimentadas. Cuando vivimos una alegría intensa, nada mejor que celebrarlo con otro. Las victorias y los logros definitivamente tienen otro sabor cuando las vivimos en equipo. Para pensar: Nos queda un pequeño detalle por considerar. Para ir de dos en dos tengo que tener absoluta convicción de que la otra persona realmente es un regalo de Dios para mi vida. ¡Y de veras lo es! Solamente necesito considerarlo como tal.

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