Decreto: El evangelio es para vivirlo a plenitud. El Reino de Dios es justicia, paz y gozo en el Espíritu. Sonrie, alegrate, deja la amargura. Vive en paz, descanza en paz.
INTRODUCCIÓN
En este sermón hablaremos de las cosas que hacen la vida complicada.
Creo que veremos muy buenos consejos que nos ayudarán a mejorar la calidad de nuestra vida.
Dios nos creó con un propósito definido y ese propósito es para darle la alabanza y la honra con nuestra vida.
En esta predicación veremos algunos consejos para poder lograr la felicidad y dejar de lamentarnos por lo que nos sucede y que nos roba la paz, el sosiego, y la tranquilidad para nuestra alma. Estos Consejos, si los pones en práctica, te ayudarán a ser feliz en la vida.
Textos Bíblicos:
Salmo 68:3 – Mas los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios, Y saltarán de alegría.
Proverbios 15:15 – Todos los días del afligido son difíciles; Mas el corazón contento tiene un banquete continuo.
Filipenses: 4:4 – Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: !Regocijaos!
Proposición: Consejos para poder ser feliz
I. DEJA DE VIVIR EN EL PASADO
a) Tú no podrás ser feliz jamás, a menos que aprendas a olvidar el pasado.
1. Olvida todos tus errores, tropiezos y deslices.
2. Olvida tus desengaños, desprecios, fracasos y sufrimientos.
3. Olvida tus pobrezas, carencias y hambres.
b) Recuerda que en Cristo eres, o puedes llegar a ser una nueva criatura.
1. La Biblia dice que todas las cosas viejas pasaron. (2 Corintios 5:17) De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
2. La Biblia dice que todas las cosas son hechas nuevas.
c) Dios te ha perdonado todos tus pecados en Cristo Jesús.
1. Perdónate a tí mismo, Dios ya te perdonó.
2. Deja el sentimiento de culpa que te atormenta y te impide ser feliz.
3. Deja la sensación de indignidad que no te deja ser feliz.
II. DEJA DE GUARDAR RENCOR
a) Tú no podrás ser feliz a menos que aprendas a perdonar a los demás.
1. El rencor te destruye poco a poco.
2. El resentimiento te hace infeliz
b) La falta de perdón es un veneno mortal que acaba con la felicidad.
1. Cuando estas lleno de rencor, nada te satisface.
2. Cuando vives sin perdonar al que te ofendió, te privas de la felicidad.
c) Es importante que recuerdes que si Dios te ha perdonado, tú debes perdonar.
1. Perdona a los que te han lastimado intencionalmente. (Marcos 11:25) Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.
2. Perdona a los que te han lastimado indirectamente. Solamente así podrás experimentar la felicidad, no sigas albergando rencores en tú corazón, un corazón que no perdona no puede ser feliz, dedícate de una vez por todas a perdonar para que puedas ser feliz.
III. DEJA DE BUSCAR LA FELICIDAD DONDE NO LA HAY
Reflexión: ¿De qué vale buscar a Dios en lugares santos si donde lo hemos perdido ha sido en tu Corazón?
a) No procures buscar la felicidad en las personas. (No confíes en el hombre)
1. Las personas te decepcionan mas pronto de lo que te imaginas.
2. Las personas te hacen sufrir cuando menos lo esperas.
3. La gente no puede hacerte feliz, la felicidad esta en tí, no en los demás.
4. Deja de culpar a otros por tu tristeza e infelicidad
b) No procures buscar la felicidad en los placeres. “Hay quienes tienen por dios el vientre” (Filip. 3:19 el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.)
1. No hallarás felicidad viviendo en la inmundicia. Los vicios no te pueden dar la felicidad, el alcohol, las drogas, el tabaco, nunca te darán la felicidad.
2. No hallarás la felicidad viviendo en la inmoralidad. El baile, el erotismo y la pornografía no te darán la felicidad, la fornicación, el adulterio y la prostitución no te pueden hacer feliz.
c) No procures buscar la felicidad en el pecado.
1. El pecado lo único que te puede traer es la destrucción. (Juan 10:10a) El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
2. El pecado lo único que te trae es la muerte. (Romanos 6:23) Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
d) No procures buscar la felicidad en las cosas materiales.
1. El dinero no puede darte la felicidad, por el contrario.
2. Los bienes no pueden darte felicidad. (Mat.6:33 Buscad primero el reino de Dios y…) La Felicidad está en Jesús, el Hijo de Dios.
Ilustración: ¿Quién quiere al hijo?
IV. DEJA DE COMPARARTE CON LOS DEMÁS (ten un buen concepto de ti) Tu eres delante de Dios, igual a cualquiera.
a) Nunca es bueno compararse con otros. Siempre habrá alguien mejor que tú o peor que tú. Económicamente siempre habrá alguien más rico que tú o más pobre que tú. Socialmente siempre habrá alguien con mejores o peores relaciones que tú. Maritalmente siempre habrá alguien con mejor o peor esposo o esposa que tú. Los resultados de compararse con los demás son trágicos y adversos.
1. Te llenas de envidia ante los que están en mejor condición que tú.
2. Y de vanidad ante los que están en peor condición que tú.
3. Te llenas de amargura cuando no puedes estar al nivel de los ricos.
4. Se tú mismo, ya no te compares con los demás ni los trates de imitar.
5. Tu puedes ser feliz siendo tu mismo, pero teniendo a Cristo en el corazón poniendo tu fe en Él
6. Tu puedes alcanzar la felicidad en esta vida ahora mismo, aceptando a Jesús. Jesús es el principio de la felicidad.
b) Tú eres un ser especial, (una persona especial).
Debes de entender que eres un ser único, que con todos tus defectos, (por que los tienes) y con todas tus virtudes. El Señor te acepta tal y como eres y con lo que tienes, Él sabe perfectamente todo sobre tí y aún así te quiere.
Ilustración: Del billete de $20 dls.
Un conferencista bien conocido empezó su seminario sosteniendo un billete de 20 dólares. En un salón de 200 personas, preguntó, “¿A quién le gustaría tener este billete?”
Muchas manos se levantaron. Les dijo, “Le voy a dar este billete de $20.00 a uno de ustedes, pero primero, déjenme hacer esto.” Procedió a arrugar el billete.
Después preguntó, ¿Quién lo quiere todavía?” Aún muchos levantaron las manos. “Bueno”, respondió, “¿Que tal si hago esto?” Y lo tiró al piso y comenzó a pisotearlo con su zapato. Lo levantó, ahora todo arrugado y sucio. “¿Ahora, quién lo quiere?” Aún se levantaron las manos.
Amigos mío, ya han aprendido una lección de mucho valor. No importa lo que yo haga al dinero, ustedes aún así lo quieren porque eso no disminuyó su valor. Seguían siendo $20.00.
Muchas veces en nuestras vidas, somos tirados, arrugados, y aplastados en tierra por las decisiones que hacemos y las circunstancias que vienen en nuestra dirección. Nos sentimos como si no tuviéramos valor. Pero no importa lo que ha pasado o lo que pasará, nunca perderás tu valor en los ojos de Dios. Para Él, sucio o limpio, arrugado o doblado, tu sigues siendo de mucho valor para Él.
Salmos 17:8 dice que Dios nos guardará “como a la niña de sus ojos.”
PENSAMIENTO: El valor de nuestras vidas no viene por lo que hacemos o por lo que somos sino por lo QUE EL HA HECHO POR NOSOTROS!
Eres especial para Él – !!Nunca se te olvide!!
CONCLUSIÓN
Deja de vivir en el pasado, deja de guardar rencor, deja de buscar la felicidad en donde no la hay, deja de compararte con otros.
APLICACIÓN
Dios quiere que sobre todas las cosas, busques las cosas de allá arriba, ¿cómo dice?
Dios quiere que seas feliz, pero la felicidad no la encontrarás en ningún lado ni en ningún otro, sino en Él, quien tiene al Hijo, tiene la vida, quien tiene a Jesús sus cargas son más ligeras, quien tiene a Jesús puede descansar, quien tiene a Jesús tiene paz y esa paz sobrepasa todo el entendimiento.
Tener a Jesús, es principio de felicidad, ¿Ya lo tienes tú?, si no lo tienes no te vayas de este lugar sin que hayas tomado la decisión de invitarlo a que entre en tu corazón.
Como hemos visto la vida cristiana comienza como toda vida con el nacimiento, el nuevo nacimiento. Para explicarlo más sencillo, una persona puede saber toda la Biblia de memoria, componer canciones, hacer las mejores ofrendas, pero si no tiene a Cristo en su corazón nada de esto servirá para hacerle crecer en una vida que no tiene. Quizá le ayuda de muchas maneras y será bueno que lo haga, pero de ninguna manera esto le servirá para sentirse más cerca del Señor.
Dio nos ha proveído de los medios para el disfrute de la vida cristiana. No debemos dejar que el recién convertido compare su estado con otros, por que las comparaciones no son buenas y quizá ese triunfo y gozo que vemos en otros no sea más que fingido. Cuando nos medimos con otros cristianos, debemos tener en cuenta que no siempre las cosas son como se ven, simplemente por diferencias de carácter, algunos exhiben una seguridad que no tienen, de lo cual quizá ni se dan cuenta. También debemos de pensar que Dios actúa distinto con cada uno, por razones que en general desconocemos.
Es bueno saber estas cosas al principio de la vida cristiana, cuando pensamos que los triunfos de la primera hora continuarán indefinidamente.
Para crecer saludablemente es necesario que tomemos en cuenta que se necesitan tres cosas: 1) la oración, que es la respiración del alma. 2) La lectura de la palabra que es la alimentación y 3)el testimonio que es el ejercicio. De esas tres cosas precisamos en nuestra vida física y también en nuestra vida espiritual.
1. Desde que Caín y Abel rindieron culto a Dios hasta la última frase del Apocalipsis, la oración está presente en toda la Biblia. Ello responde a un impulso natural del alma, pues vemos que algo similar aparece en todas las religiones y culturas, aunque adopte formas tan diferentes. La oración es el encuentro de nuestras almas con Dios. Casi siempre hablamos de lo que es la oración privada, pero la Biblia muestra claramente que también debemos orar junto con otros. Jesucristo dijo que él está presente donde se reúnen dos o tres en su nombre. En algunos casos será de mucha ayuda ofrecernos a acompañar a alguien para compartir esos momentos especiales. La iglesia debe dedicar tiempo a orar, y tener reuniones y grupos especiales para ello. Hay formas muy distintas de hacerlo y debemos aprender a adaptarnos. Hay que tener sabiduría para lo que se presenta en oración. El que ora debe hacerlo en nombre de todos, debe hacerlo en el lenguaje de todos y mencionar aquellas cosas que todos coincidieron, es muy grave hacer mal uso de ese momento sagrado para lucimiento personal o peor aún para hacer una crítica o sermonear a los demás. Hay que tomar en cuenta cuando presentamos nuestro pedido o gratitud, que se está haciendo en público y muchas cosas es mejor mantenerlas en privado y por supuesto debe usarse un tono de voz que todos oigan.
2. Tan importante como respirar es alimentarnos, por eso debemos leer la Biblia que es el alimento espiritual, pero no solo aconsejar al nuevo creyente que lea la Biblia, si no explicarle: ¿Por qué? ¿Para que? Como y que debe leer.
A. Para conocer a Dios. En este libro se narra toda la obra divina, sin este conocimiento nunca sabríamos quien es en realidad aquel en el cual hemos creído y por el cual su nombre invocamos.
B. Para conocer la voluntad de Dios. En este libro encontramos como se debe vivir una vida cristiana, y como es inspirado divinamente, en sus páginas encontramos la respuesta para mucha de las situaciones que atravesamos.
Para saber que obedecer. Para un cristiano solo es obligatorio lo que está en la Biblia. No tiene que creer algo que no está escrito en ella. Lo importante es leer la Biblia con un espíritu de obediencia. Hay que instruir al nuevo creyente que aunque estén escritos en la Biblia hay mandatos que solo tenían que ver con la época y las circunstancias en que se escribieron.
Tenemos que ser claros con los nuevos convertidos y decirles que nadie entiende toda la Biblia, porque es un mensaje de inteligencia perfecta. Al principio encontraremos cosas que no entendemos o hasta quizá parezcan contradictorias, pero tomemos en cuenta que la Biblia no está equivocada, puede ser un problema de traducción o interpretación, por lo cual debemos estar solícitos a ayudar a los que no entienden.
3. El último tema que es el testimonio, para nosotros los cristianos es la acción de transmitir a otros el mensaje del evangelio, especialmente a través de nuestra propia experiencia. Pero es importante estar seguros de que estamos dando a conocer algo que es bueno y que queremos que los demás obtengan.
Los recién convertidos muchas veces están tan gozosos por su salvación que quieren compartir con todo el mundo de lo que Jesús hizo en sus vidas y gloria a Dios por eso. Pero nosotros como iglesia nuestro deber es ayudarlos para que puedan llevar un mensaje más efectivo. Por supuesto que el cambio efectuado en sus vidas es el mejor testimonio que ellos pueden tener, pero con las palabras debemos de ser cuidadosos y saber que decir y que callar y ese discernimiento solo lo adquirimos por medio del Espíritu Santo, a medida que vamos creciendo en el conocimiento de las escrituras.
Es necesario que como iglesia nuestro testimonio no haga tanto ruido que no puedan escuchar nuestra predicación, pues lo que hacemos dice más que lo que decimos, y eso atrae o desanima a los recién convertidos, según sea el caso.
1. Alimenta
Mateo 24:45-46: ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.
La última instrucción que Jesús dejó a los suyos antes de regresar al cielo, fue que permanecieran juntos, el mismo había formado un grupo de doce los cuales llamó apóstoles para que fueran los líderes de un grupo mayor de ciento veinte, y estos luego de la multitud de miles que se congregó por su trabajo en el día de Pentecostés. Desde entonces el cristianismo no es concebible sin que los cristianos se reúnan. Eso significa que cuando una persona entra a formar parte del cuerpo invisible de Cristo, que es su iglesia universal, no puede eludir el hecho de que también debe entrar a integrar un cuerpo local junto con aquellos a quienes desde ese momento puede llamar con derecho “hermanos”.
La iglesia existe para alabar a Dios, para predicar a los perdidos, pero también para capacitar a los salvados y ayudar a los necesitados.
El evangelio no termina cuando recibimos a Cristo, en realidad allí empieza, debemos trabajar para perfeccionar los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe del conocimiento del Hijo de Dios, esto evitará las falsas doctrinas y hará crecer espiritualmente a cada uno y a todo el cuerpo.
En la iglesia encontramos a los que tienen más experiencia y conocimiento que nosotros. Ellos nos ayudan a descubrir el don que Dio nos ha dado y desarrollarlo, de manera que nosotros mismos nos afirmemos y podamos servir mejor a los demás, creyentes y no creyentes.
Así hermanos debemos ser claros y entender que fuimos salvos para servir. No somos salvos por buenas obras, si no salvos para buenas obras.
Cuando alcanzamos el crecimiento, estamos listos ya para alimentar, no es el deseo de Dios que nos quedemos siendo bebes, El quiere personas grandes y hermosas que alimenten y no se olviden de donde las rescató.
Fuente: www.centraldesermones.com