El ancla de la realidad
Todos los que están en medio de una tormenta necesitan hacer algo en el proceso. A nadie se le ha prometido una cláusula de evasión mágica. La pasividad es la enemiga de la fe. Cruzarnos de brazos y esperar que la tormenta pase no es una opción aceptable.
Esto puede significar que habrá que trabajar duro. Podrá requerir que usted se humille delante de Dios y de otros. Puede significar un período de terapia espiritual bajo la dirección de una persona entrenada y comprensiva que le ayude a reordenar su vida. Es posible que ella le pida que reconozca ciertas acciones equivocadas y que busque la reconciliación mientras hace restitución. Cualquiera que sea el caso, necesitará ser parte del proceso. La realidad exige ese tipo de respuesta madura. Es parte de lanzar el anda de la realidad y confiaren que Dios le traerá a la playa.
El mejor plan para sobrevivir a una tormenta es la preparación. Ningún pescador veterano o capitán responsable se lanza a alta mar sin tener un conocimiento completo de los equipos de la embarcación, y sin asegurarse de que todo podrá funcionar perfectamente. Rara vez parten sin primero haber pasado suficiente tiempo examinando las cartas náuticas, estudiando los patrones climáticos y familiarizándose con las rutas peligrosas.
Y nunca salen del puerto sin las anclas, eso es seguro. Nadie quiere sufrir un naufragio. Pero la realidad es que los naufragios suceden, no sólo en alta mar, sino también en la vida.
El secreto para sobrevivir es lo que usted hace antes cuando las aguas están tranquilas. Si mientras usted lee este libro su vida está libre de tormentas, le aconsejo que aproveche este período de calma. Dedique tiempo a la Palabra de Dios. Estudie las cartas inspiradas que el Señor le ha dado para el viaje de la vida. Profundice su andar con él por medio de la oración y de devoción personal.
Luego, cuando comiencen a soplar los inevitables vientos de la adversidad, que soplarán con toda seguridad, usted estará listo para responder con fe, no con temor. Revise esas anclas mientras el mar esté tranquilo. En el futuro se alegrará de haberlo hecho.
Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2010 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.