El barro, la rueda, y el alfarero

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Jeremías 18:1-6

“Palabra de Jehová que vino a Jeremías ,diciendo: Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Y descendí a la casa del alfarero, y he aquí que el trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que el hacia se echo a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le parecía mejor hacerla. Entonces vino a mi palabra de Jehová diciendo:¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? Dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.”

Primeramente nosotros podemos ver en este pasaje que una de las cosas que son muy importantes, es recibir la palabra de Dios, y para poder recibir la palabra de Dios, hay necesidad de ir a la casa del alfarero. Dentro de esta lectura que nosotros acabamos de leer, se encuentra una profunda enseñanza, y en esta tarde nosotros tomaremos solo una parte de ella.

Hoy empezaremos esta predicación que lleva por tema “EL BARRO, LA RUEDA, Y EL ALFARERO”. Diciendo que hay tres ingredientes en este mensaje:

1) La Rueda

2) El Barro

3) El Alfarero

El Primero: estaremos simbolizando en cada uno de los tres ingredientes, la rueda aquí simboliza en nosotros las circunstancias de nuestras vidas, las adversidades que nosotros enfrentamos día tras día

Hay circunstancias duras que vienen a nuestras vidas, puede que hoy tu te encuentres en alguna de ellas, o que están por llegar a ti, o que vendrán mañana o pasado, estas circunstancias son la rueda de Dios, para acercarte a la presión de la mano del alfarero, y si tu no resistes, y si tu voluntad no echa a perder el trabajo del alfarero de modo que murmures, o te quejes, o sintiéndote amargado y con resentimientos en tu corazón. Pero aceptas el trabajo del alfarero, entonces la presión Serra quitada y los problemas se solucionaran, y el vaso tomara la forma que el alfarero quiera darle, pero si tu te resistes, si tu voluntad es como una basurita en el barro que no permite que el alfarero pueda moldearle como debe, entonces al alfarero tendrá que quitar esa basurita que le esta estorbando, volver a amasarla y ponerle una ves mas sobre la rueda.

La segunda: simboliza al hombre, del cual tiene la soberanía, para hacer con el algo precioso que sea para su honra y gloria, y si mientras esta formando el vaso algo sale mal, el tiene la cualidad de corregirlo para que salga bien, cuando el barro esta inmanejable cualquier otro alfarero tiraría ese barro, pero no nuestro Dios, la Biblia dice que el lo toma y lo vuelve a amasar,
El Alfarero: simboliza a Dios el creador, con completo derecho sobre el barro, para moldearlo, a su parecer. La Biblia dice en: Romanos 9:20 “Mas antes, oh hombre,¿Quién eres tu, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formo: ¿Por qué mas haces así?

Y la vasija que el hacia se echo a perder en su mano, y volvió y la hizo otra vasija de nuevo.

Cuantas veces nos hemos echado a perder en su mano, en este día piensa que es lo que esta echado a perder: Matrimonio Tu familia Tu esposo/esposa Tu trabajo etc, etc.

Hay necesidad de ponernos en las manos de Dios para que lo que en nosotros este echado a perder, el señor lo haga nuevo, porque lo que esta echado a perder a nadie le gusta.

Necesitamos tomar la actitud que tomo Job, en el capitulo 42 verso 2, “Yo conozco que lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti.” Verso 4,” Oye, te ruego, y hablare: te preguntare, y tu me enseñaras.” En otras palabras lo que Job estaba diciendo era: Ahora tu mandes Tu eres el jefe El alfarero El que tiene la ultima palabra

Verso 5,”De oídas había oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven”

Job antes había sido barro que no se dejaba montar sobre la rueda, pero ahora se encuentra en la casa del alfarero, sobre la rueda, y esta siendo moldado por el alfarero, Jesucristo sana a un ciego, con su saliva escupió al polvo y lo unto al ciego y el ciego recobro la vista (Juan 9:6)

La palabra griega para “llorando” significa aquí “el suspiro en voz alta y penetrante salido de un corazón quebrantado”. El ver a los creyentes volverse a las cosas terrenales, rechazando el reproche de la cruz, quebrantaba el corazón del apóstol Pablo a tal punto que se estremecía con la tristeza de Dios. No era una desesperación silenciosa ni un suspiro de resignación por el descarriado, sino un grito alto, penetrante y conmovedor de un hombre al entrar en la tristeza de Dios por sus hijos descarriados.

Samuel fue un joven llamado al “Ministerio de la tristeza”. No la suya, ni la de la humanidad, sino la tristeza profunda de Dios. Dios estaba muy afligido por la caída de su pueblo, y no había quien se condoliera. Dios estaba a punto de quitar su gloria de su casa de Silo, y los que ministraban en su altar no lo sabían. ¡Que triste es ser tan sordo, ciego y mudo precisamente a la hora del juicio!
Israel estaba corrompido; el sacerdocio era adultero y el ministerio organizado y establecido estaba completamente ciego. Eli representaba el sistema religioso en decadencia con todos los intereses egoístas, ablandado por la vida fácil con solo una muestra de aborrecimiento del pecado. Eli se había vuelto gordo y perezoso con respecto a lo profundo de Dios, dedicado solo a la liturgia o teoría.

Sus hijos Ofni y Finees representaban el ministerio presente de la tradición. Esos dos sacerdotes jóvenes nunca tuvieron un encuentro personal con Dios. No sabían lo que era “oír del cielo”. Ni tampoco el deseo ardiente de encontrar a Dios y conocer la gloria y la presencia del Señor; no sabían nada de la tristeza de Dios. Esta clase de personas no ayunan, ni oran. Buscan las mejores posiciones ministeriales, con los mayores beneficios y las mejores oportunidades de promoción. Nunca se les ha quebrantado el corazón por la humanidad perdida; saben poco del sufrimiento; ¡No tienen la frescura de Dios!

Así que, como los hijos de Eli, se vuelven sensuales, mundanos y egocéntricos. Los hijos de Eli se corrompieron tanto que Dios los llamó “Los hijos de belial” (Satanás) Se dijo de ellos que “No tenían conocimiento de Jehová… engordándoos de lo principal de todas las ofrendas de mi pueblo Israel” (1 Samuel 2:12,29)

Por eso una multitud de jóvenes evangélicos que se vuelven fríos y sensuales, adictos a la música del mundo, bebedores de cerveza, practicantes de relaciones sexuales ilícitas, aburridos e inquietos.

Si los lideres de jóvenes no conocen al Señor, ¿Cómo pueden ganar a la juventud para Cristo? Ahora nos enfrentamos ala tragedia de toda una generación descarriada porque tienen pocos pastores que le hablen la verdad, y les indiquen la manera de escapar de las trampas satánicas de esta época. Se ha tolerado mucho de lo que satisface los deseos carnales de la juventud.

Eli había perdido todo su discernimiento espiritual. Ana, una mujer piadosa, lloraba amargamente en la casa de Dios en Silo. Le rogaba al Señor que le diera un hijo e intercedía desde lo mas profundo de su corazón. Ella es un tipo del remanente santo intercesor que anhela y clama por un mensaje fresco de Dios para sus vidas. “Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Eli la tuvo por ebria” (1 Samuel 1:13)

¡Cuán ciego puede ser un pastor del Señor! Ella conversaba con Dios en el Espíritu, bajo la unción divina y pronta a convertirse en el canal de renovación en Israel, y el hombre de Dios no pudo discernir la verdad. No comprendió en absoluto el significado de lo que estaba pasando en el altar. ¿Qué le había pasado a ese sacerdote del Dios altísimo, que debiera estar de pie en el umbral de un acto divino nuevo y profundo que afectaría el futuro de Israel, y esta tan separado de Dios que lo confunde con algo carnal?

Conclusion:

¿Dónde están los pastores como Samuel que han oído la voz de Dios, los ha despertado el Espíritu Santo y han recibido la revelación del juicio inminente sobre la casa descarriada de Dios? ¿Por qué no están todos los predicadores del evangelio entristecidos por la condición pecaminosa de la iglesia? ¿Por qué no están todos los pastores y evangelistas clamando como vigías en el muro?

Se dijo de Samuel: “Y Samuel se lo manifestó todo, sin encubrirle nada (a Eli)” (1 Samuel 3:1) Les pregunto a los pastores:

¿Manifiestan ustedes toda la verdad a su congregación, o retienen y ocultan parte de la verdad por temor a ofender?

El mensaje de las personas como Samuel no es agradable “Samuel temía descubrir la visión a Eli” (1 Samuel 3:15) Samuel oyó a Dios pronunciar la sentencia del fin de una estructura religiosa descarriada. La visión era sobrecogedora. El juicio estaba a punto de caer en la casa de Dios. El adulterio saldría a luz. El liderazgo transigente ya no gustaría mas de las bendiciones de la presencia de Dios.

Los pastores que predicamos la palabra de Dios tal y como es sabemos que no es fácil, porque la palabra de Dios es dura. “Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es tu palabra; ¿Quién la puede oír? (Juan 6:60)

Pero el que es verdaderamente nacido del Espíritu puede oír la palabra de Dios; Para él la palabra es mas dulce que la miel que destila del panal (Salmo 19:10)

“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1 Corintios 2:14)