EL DON CRISTIANO DE LA REVERENCIA
Uno de los dones más preciosos es el de la reverencia. Los que lo poseen y practican son vasos dignos de observar.
Los verdaderos oidores y practicantes, son los que verán, probaran y saborearan.
El oír nos hace alcanzar las promesas de Dios. Dios no da un poco de pan, sino que trae abundancia. El verdadero pastor es aquel
que dará cuenta por las almas, los pastores de cabras, se desentenderán de las vidas a la hora de la prueba.
Hasta que no llega el tiempo del alumbramiento no nace lo de Dios. Si Dios visita, llega el impacto, y transforma lo pobre y
menospreciado del hombre.
Si hacemos vida de mendigo y solo tomamos lo que a otros les sobra, acabaremos enfermando y no tendremos fuerzas para
mirarle.
Todo lo que viene sin precio pagado, perecerá pronto, pues el fuego lo probará.
Bienaventurados los reverentes pues recibirán honra, de aquel que los ha llamado. Dios ama a los que le aman. Él es especial
en mis ojos, cuando a solas le demuestro mi amor. La verdad viene a quitar la maldad y a sembrar la bondad de Dios.
La imagen de Jesús no es su rostro, sino su corazón. Parecernos a Él, no será en lo físico sino en el corazón. Si tenemos el
corazón de Jesús lo tenemos todo.