Sermones Cristianos | Predicas Cristianas
Textos Biblicos: Gálatas 5:22; Mateo 13:1-9, 18-23
Introducción:
En Gálatas 5:22 la Biblia nos enseña que el fruto del Espíritu uno es: Amor Y de el se producen 8 que son: Gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Estos son los elementos que los hijos de Dios deben de poseer. esto es lo que nos debe de caracterizar, por que Jesús dijo: “ Por sus frutos los conoceréis” (Mt 7:16)
En Mateo 13: 1-9, 18-23 miramos, “la parábola del sembrador ” donde dice la Biblia que la semilla cayo en cuatro diferentes partes, o podríamos decir que en cuatro diferentes clases de corazones: a) junto al camino b) En pedregales c) Entre espinos d) En buena tierra
Yo creo que el comportamiento a largo plazo del creyente tiene que ver con los primeros rudimentos de su fe, es decir. En cual de las cuatro partes ya antes mencionadas es que cayo la semilla cuando fue sembrada.
1) LAS CUATRO CLASES DE CORAZONES DONDE CAYO LA SEMILLA Y SU SIGNIFICADO
Junto al camino– “ Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón.
En pedregales– “ Este es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; Pero no tiene raíz en si, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza”.
Entre espinos– “Este es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra y se hace infructuosa”.
En buena tierra– “ Este es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; Y produce a ciento, a sesenta y treinta por uno”.
De acuerdo a la Biblia, según el fruto que este dando el creyente, es la evidencia de en cuál de las cuatro partes es que cayó la semilla. Yo creo que la meta de cada cristiano debe de ser que la semilla caiga en buena tierra, para que pueda dar fruto, al ciento, sesenta, y treinta por uno.
Cada vez que uno viene a la iglesia, a escuchar al pastor predicar, o a algún invitado uno debe de venir con un corazón dispuesto si es que uno quiere ser bendecido, el Salmo 100:4 “ Entrad por sus puertas con acción de Gracias” esto quiere decir que necesitamos disponer nuestro corazón antes de llegar, esto es como el sembrador, que antes de sembrar la semilla el tiene que preparar la tierra esto implica 4 cosas:
a) El sembrador necesita limpiar la tierra
b) El sembrador necesita quebrar la tierra
c) El sembrador necesita fertilizar la tierra
d) Y finalmente necesita abonar la tierra
Yo creo también que Dios tiene que preparar nuestra tierra para que nosotros podamos dar fruto.
2) LOS SIGNIFICADOS DE EL FRUTO DEL ESPÍRITU
Esta definición fue sacada del diccionario Velásquez
Amor – Querer, tener cariño, tener inclinación a alguna cosa que agrada, Amar.
Gozo – Alegría, Jubilo, Deleite, Regocijarse.
Paz – Reposo, Tranquilidad, Descanso, Armonía.
Paciencia – Tolerante, Sosiego, Esperar.
Benignidad – Misericordioso, Buena voluntad, Gracia, Cortes.
Bondad – Clemente, Sincero, Suave, Temperamento blando, Benévolo.
Fe – Creencia, Confianza en Dios, Sinceridad, Fidelidad, ( Heb 11:1“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”)
Mansedumbre – Modestia, Dulzura, Blandura, Suavidad de carácter, Nobleza, Conducta de Caballerosidad, Tranquilidad, Quietud, Calma.
Templanza – Moderación, Templado, Contenido, Sobrio.
Conclusión
Necesitamos ser cristianos productivos para el reino de Dios, y si no lo estamos haciendo, preguntémonos hoy ¿por qué no?
Ministerio: Iglesia Evangelistica Misionera Antioquia
La palabra griega para “llorando” significa aquí “el suspiro en voz alta y penetrante salido de un corazón quebrantado”. El ver a los creyentes volverse a las cosas terrenales, rechazando el reproche de la cruz, quebrantaba el corazón del apóstol Pablo a tal punto que se estremecía con la tristeza de Dios. No era una desesperación silenciosa ni un suspiro de resignación por el descarriado, sino un grito alto, penetrante y conmovedor de un hombre al entrar en la tristeza de Dios por sus hijos descarriados.
Samuel fue un joven llamado al “Ministerio de la tristeza”. No la suya, ni la de la humanidad, sino la tristeza profunda de Dios. Dios estaba muy afligido por la caída de su pueblo, y no había quien se condoliera. Dios estaba a punto de quitar su gloria de su casa de Silo, y los que ministraban en su altar no lo sabían. ¡Que triste es ser tan sordo, ciego y mudo precisamente a la hora del juicio!
Israel estaba corrompido; el sacerdocio era adultero y el ministerio organizado y establecido estaba completamente ciego. Eli representaba el sistema religioso en decadencia con todos los intereses egoístas, ablandado por la vida fácil con solo una muestra de aborrecimiento del pecado. Eli se había vuelto gordo y perezoso con respecto a lo profundo de Dios, dedicado solo a la liturgia o teoría.
Sus hijos Ofni y Finees representaban el ministerio presente de la tradición. Esos dos sacerdotes jóvenes nunca tuvieron un encuentro personal con Dios. No sabían lo que era “oír del cielo”. Ni tampoco el deseo ardiente de encontrar a Dios y conocer la gloria y la presencia del Señor; no sabían nada de la tristeza de Dios. Esta clase de personas no ayunan, ni oran. Buscan las mejores posiciones ministeriales, con los mayores beneficios y las mejores oportunidades de promoción. Nunca se les ha quebrantado el corazón por la humanidad perdida; saben poco del sufrimiento; ¡No tienen la frescura de Dios!
Así que, como los hijos de Eli, se vuelven sensuales, mundanos y egocéntricos. Los hijos de Eli se corrompieron tanto que Dios los llamó “Los hijos de belial” (Satanás) Se dijo de ellos que “No tenían conocimiento de Jehová… engordándoos de lo principal de todas las ofrendas de mi pueblo Israel” (1 Samuel 2:12,29)
Por eso una multitud de jóvenes evangélicos que se vuelven fríos y sensuales, adictos a la música del mundo, bebedores de cerveza, practicantes de relaciones sexuales ilícitas, aburridos e inquietos.
Si los lideres de jóvenes no conocen al Señor, ¿Cómo pueden ganar a la juventud para Cristo? Ahora nos enfrentamos ala tragedia de toda una generación descarriada porque tienen pocos pastores que le hablen la verdad, y les indiquen la manera de escapar de las trampas satánicas de esta época. Se ha tolerado mucho de lo que satisface los deseos carnales de la juventud.
Eli había perdido todo su discernimiento espiritual. Ana, una mujer piadosa, lloraba amargamente en la casa de Dios en Silo. Le rogaba al Señor que le diera un hijo e intercedía desde lo mas profundo de su corazón. Ella es un tipo del remanente santo intercesor que anhela y clama por un mensaje fresco de Dios para sus vidas. “Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Eli la tuvo por ebria” (1 Samuel 1:13)
¡Cuán ciego puede ser un pastor del Señor! Ella conversaba con Dios en el Espíritu, bajo la unción divina y pronta a convertirse en el canal de renovación en Israel, y el hombre de Dios no pudo discernir la verdad. No comprendió en absoluto el significado de lo que estaba pasando en el altar. ¿Qué le había pasado a ese sacerdote del Dios altísimo, que debiera estar de pie en el umbral de un acto divino nuevo y profundo que afectaría el futuro de Israel, y esta tan separado de Dios que lo confunde con algo carnal?
Conclusion:
¿Dónde están los pastores como Samuel que han oído la voz de Dios, los ha despertado el Espíritu Santo y han recibido la revelación del juicio inminente sobre la casa descarriada de Dios? ¿Por qué no están todos los predicadores del evangelio entristecidos por la condición pecaminosa de la iglesia? ¿Por qué no están todos los pastores y evangelistas clamando como vigías en el muro?
Se dijo de Samuel: “Y Samuel se lo manifestó todo, sin encubrirle nada (a Eli)” (1 Samuel 3:1) Les pregunto a los pastores:
¿Manifiestan ustedes toda la verdad a su congregación, o retienen y ocultan parte de la verdad por temor a ofender?
El mensaje de las personas como Samuel no es agradable “Samuel temía descubrir la visión a Eli” (1 Samuel 3:15) Samuel oyó a Dios pronunciar la sentencia del fin de una estructura religiosa descarriada. La visión era sobrecogedora. El juicio estaba a punto de caer en la casa de Dios. El adulterio saldría a luz. El liderazgo transigente ya no gustaría mas de las bendiciones de la presencia de Dios.
Los pastores que predicamos la palabra de Dios tal y como es sabemos que no es fácil, porque la palabra de Dios es dura. “Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es tu palabra; ¿Quién la puede oír? (Juan 6:60)
Pero el que es verdaderamente nacido del Espíritu puede oír la palabra de Dios; Para él la palabra es mas dulce que la miel que destila del panal (Salmo 19:10)
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1 Corintios 2:14)