El Fuego Encendido
Hechos 28:1-10
INTRODUCCION:
¿Sabe usted la bendición que representa un fuego encendido después de haber experimentado terribles días y noches de un inclemente frio y de una lluvia incesante? ¿Sabe usted lo que significa una calurosa bienvenida, con alguna comida caliente y una especial amabilidad después de pasar días abatidos por una feroz tormenta? Bueno de eso se trata la historia de hoy.
La tormenta se encargó de llevar el barco, que quedó a la deriva con su tripulación, hasta la orilla de la bondadosa isla de Malta, donde los naturales “trataron con no poco humanidad” a aquellos asustados y sacudidos pasajeros. Debe decirse en honor a la promesa del Señor que las 276 personas naufragadas por culpa del “Euroclidon”, están todos a salvos. Este milagro tuvo que haber producido un gran cambio en aquella multitud compuesta por marineros, presos y soldados. Por lo tanto, Pablo es el indiscutible líder de la congregación que se formó en el mar, producto de la tormenta.
¿Qué va a pasar ahora que están en tierra? Que probablemente en esta isla se iniciará alguna iglesia, a juzgar por los resultados que se verán cuando Pablo use su don de sanidad para curar a multitudes necesitados en la isla. ¿Por qué todo esto? Porque Pablo vivió dentro de la voluntad de Dios. Así, pues, vemos que aunque el apóstol había sido amenazado de muerte en la ciudad de Jerusalén, él estaba en la perfecta voluntad de Dios. Aunque había sido arrestado por los romanos, él estaba en la perfecta voluntad de Dios. Que aunque fue atado y escoltado bajo vigilancia a un barco que lo llevaría a su destino final, un lugar del que no habría de volver, Pablo estaba en la perfecta voluntad de Dios. Cuando caminamos en la perfecta voluntad de Dios, él tiene todo preparado para que sus planes no se detengan. No importa cuánta dificultad pueda ser al principio, si caminamos en la voluntad de Dios, él tiene lo mejor reservado al final de la jornada. El “fuego encendido” para dar la bienvenida a los 276 pasajeros es una prueba de cómo Dios está en control de todas las cosas. Veamos cuáles son las lecciones del “fuego encendido” para nuestra vida en el día de hoy.
I. EL FUEGO ENCENDIDO NOS REVELA LA SEGURA PROVISIÓN DEL SEÑOR PARA SUS HIJOS
1. “Y los naturales nos trataron con no poca humanidad…” v.
2. Cuando Dios nos saca de una tormenta se asegura que lleguemos a lo que será un lugar de refugio. La palabra “Malta” es de origen fenicio y significa exactamente eso, “refugio”. Así que no hay tormenta en la vida de un creyente que no conduzca hacia los tiempos de paz y de completa provisión. Pero no solo esto, sino que nos conduce al lugar correcto para que seamos de bendición a otros. Ahora vea el contraste. La tormenta en el mar trató a toda la tripulación con muy poca “humanidad”. De hecho ya todos habían perdido la esperanza de vivir (Hch. 27:20). Pero ahora los que viven en la isla le dan la más cálida bienvenida. El acto de encender un fuego antes que ellos llegaran nos habla de toda la provisión que Dios ha hecho para sus hijos. ¿Cuál era la condición de esos viajeros? Todos estaban cansados, fatigados y con sus fuerzas muy gastadas. ¿Sabe lo que representó un fuego encendido en aquel momento?
El fuego cambiaría su condición instantáneamente. Por otro lado, el fuego era una señal en la oscuridad de la vida. Así que frente al cansancio, la debilidad y la confusión, hay que buscar el fuego. Tu vida será otra cuando te decidas buscar el fuego espiritual. Dios ha hecho provisión a través de otro fuego, el del Espíritu, para calentar el alma. 2. “…encendiendo un fuego, nos recibieron a todos…” v. 2b. Ninguno de los que llegaron a la isla tuvo que frotar las ramas secas para que se hiciera el fuego. Ya había un fuego encendido para cuando ellos llegaron. ¿Qué hay detrás de este detalle? Por un lado, la provisión preparada. Para aquel que está “cansado del camino”, él Señor cumple la promesa del salmo 23: “En lugares de delicados pastos nos hará descansar”. Y por otro lado, que no hay que encender otro fuego.
Hoy se habla mucho de buscar otros fuegos, traducidos en los llamados “modernos movimientos del Espíritu”. Pero la verdad es que no necesitamos de un nuevo fuego que el que ya se ha encendido desde hace dos mil años. Recordemos que en el día de Pentecostés, los 120 reunidos en el aposento alto, todos fueron bautizados por aquel fuego. Desde entonces, y cada vez que alguien se convierte a Cristo, comienza el fuego en su vida. Ya hace tiempo ese fuego se encendió, no hay que encender otro. Desde entonces Dios sigue moviéndose todavía. ¿Qué queremos decir? En la isla de Malta se encendió un fuego que calentó los cuerpos de aquellos atribulados viajeros, aunque eso fue temporal. Pero el fuego del Espíritu produce un calentamiento permanente al alma atribulada. Dios ya hizo la provisión a través de su Espíritu.
II. PARA MANTENER EL FUEGO ENCENDIDO HAY QUE ALIMENTARLO CON LAS RAMAS SECAS
1. El fuego se extingue rápido v. 3.
Pablo era un hombre “todo terreno”, como dicen aquellos que preparan los vehículos para las inclemencias del tiempo. Lo mismo le era hacer tiendas con las que se sostenía en el ministerio, que verlo acá recogiendo leña para el fuego. Con sobrada razón y justicia le había dicho a los pastores de Éfeso: “Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido” (Hch. 20:34). El asunto es que Pablo se percató que el fuego pronto se extinguiría, y lo que había servido para darles calor podía fenecer en un momento. Todos sabemos esta verdad sobre el fuego natural. Pero hay otra que se esconde detrás de todo lo que Pablo hace. El fuego del alma debe ser alimentado siempre. Cuando usted ya no ama a Dios con todo su corazón, su alma, su espíritu y sus fuerzas, entonces es porque se ha extinguido el fuego de su amor por él. Lo mismo sucederá con la falta de pasión por su iglesia, las almas sin Cristo, así como su mayordomía. Si usted ha dejado de alimentar el fuego de su alma, se habrá dado cuenta por qué es un creyente sin pasión.
2. Las ramas secas alimentan más rápido v. 3b.
Pablo sabía la importancia que tiene mantener el fuego encendido. A pesar de todo lo que vivieron en el barco accidentado, allí se mantuvo el fuego encendido, pues la presencia del Señor en su vida a través del Espíritu Santo le permitió animar a toda la tripulación que se desesperó por salvarse. Pero una vez en tierra hay otro fuego que mantener. Pablo sabe de antemano que nada alimentará más rápido el fuego que las ramas secas. Las ramas en esa condición son el mejor combustible para generar un inmediato avivamiento.
Ahora bien, la acción de buscar las ramas secas es una clara referencia a la responsabilidad de alimentar el fuego. No somos dados a ser esto. La tendencia es mantenernos fríos y conformistas. Muchos sabemos que el fuego del Espíritu podía estar extinguiéndose, sin embargo no tenemos el interés de salir a buscar las “ramas secas” para que el fuego se le alimente. La vida espiritual no puede vivirse sin alimentar el fuego interno. Los creyentes debemos mantener el fuego encendido. Aquellas áreas “secas” de la vida, simbolizadas por estas ramas, necesitan que las echemos del fuego del Espíritu para que ardan. ¿Cuáles son sus “ramas secas” que necesitan ser consumidas por el fuego santo del Espíritu? ¡Échalas al fuego hoy!
III. CUANDO EL FUEGO SE ENCIENDE SE DESPIERTA LA SERPIENTE QUE HA ESTADO DORMIDA
1. Una serpiente huyendo del calor v. 3.c.
Los estudios biblicos nos indican que Pablo definitivamente era un hombre que despertaba todo tipo de situaciones. Las predicas cristianas despertaban pasiones encontradas, las que incluían celos, contiendas, menosprecios, pero también despertaba mucho amor. Ahora le vemos despertando a una serpiente dormida. Hay serpientes de sangre fría que pueden permanecer aletargadas y adormecidas durante los tiempos fríos. Pero como era de esperarse, cuando ellas perciben la presencia del fuego, no solo se despiertan, sino que atacan ferozmente. Una serpiente despertándose frente al calor del fuego es la mejor representación de lo que hace el enemigo de nuestras almas. Si nos acordamos que el diablo es la “serpiente antigua”, él se despertará cuando la iglesia encienda el fuego. Mirándole de otra forma, el diablo no se molesta mucho cuando ve a una iglesia fría y sin vida; pero cuando la iglesia enciende el fuego del Espíritu Santo a través de la oración y de la evangelización, le aseguro que pronto comenzará a moverse y a levantar su fea cabeza para ver cuál será la víctima que va atacar.
¿Quiere usted ver cómo Satanás trae ataques a su vida? ¡Encienda el fuego! ¿Quiere seguir viéndolo dormido? ¡No lo moleste!
2. Juzgando apresuradamente v. 4.
Observe cómo la amabilidad con la que fueron recibidos estos forasteros v. 2, ahora es cambiada por la crítica v.4. ¿Le suena esto familiar? Los seres humanos somos iguales en todos los tiempos. La crítica tiene la misión de cambiar de opinión sobre lo que pensamos de otros a través de un juicio apresurado. Vea cuán rápido se le trató al varón de Dios como el peor de los pecadores. Sin verificar las cosas, la crítica juzga la apariencia sin ver los resultados finales. Así, pues, cuando el fuego hace que la “serpiente antigua” levante la cabeza, lo primero que utiliza es la crítica destructiva contra sus hijos. Usted va a notar que esto es lo que más abunda en un creyente que no vive el fruto del Espíritu.
En esta historia es interesante observar que Pablo no dejó que la crítica estropeara el plan de Dios para su vida. Note que él no se defendió de la víbora por su cuenta. Simplemente la echó en el fuego. ¡Qué tremenda verdad hay aquí! La crítica se acaba echando la serpiente en el fuego v. 5. Cuando esto hacemos no nos ocurrirá ningún daño, en todo caso obligaremos a los que nos critican a cambiar de opinión v. 6. No nos apresuremos a juzgar a otros. No demos lugar al diablo (Ef. 4:27). Ilustración: Spurgeon, la corbata y la dama con las tijeras.
IV. EL FUEGO ENCENDIDO TRAERÁ COMO RESULTADO UN AVIVAMIENTO ENTRE LOS MORADORES
1. Un fuego en toda la isla v. 8.
Lo que comenzó en la orilla como un fuego físico, que calentó a unos atribulados pasajeros, pronto se expandió en la isla como un “fuego de sanidad” para todos los enfermos del lugar. No fue una casualidad que el barco se averiara al frente de la isla de Malta, pues el evangelio no había llegado a ese lugar. Como quiera que haya sido, lo que le sucedió a Pablo con la serpiente, pronto se expandió entre los habitantes y la conclusión de que Pablo era un “dios”, en lugar de un homicida, fue notorio para sanar al padre del principal de la isla y a unos cuantos enfermos más. Lucas, como médico de oficio, destaca el nombre de la enfermedad que estaba haciendo estragos en la isla: fiebre y disentería. Pero ahora es la oportunidad divina. Ahora es el momento para el poder del evangelio. La oración de Pablo a favor del padre del tal Publio, generó una sanidad en cadena. Los estudios biblicos nos indican que el avivamiento había comenzado. Se nos dice que Pablo duró tres meses en la isla. ¿Sabe usted cuántos convertidos y discipulados se dieron en la isla como resultado de aquella sanidad colectiva? El avivamiento tiene la misión de cambiar las vidas. El evangelio es poder de Dios para salvación. Somos llamados a ayudar a cambiar otras vidas. La tarea por excelencia del creyente es llevar bendición al afligido.
2. “…y cuando zarpamos, nos cargaron de las cosas necesarias…” v. 10.
Aquella tripulación llegó a la isla sin nada, ahora son “cargados de las cosas necesarias”. Llegaron tiritando de frio y fueron recibidos en calor. Llegaron muertos de hambre y les dio de comer. Llegaron atemorizados por estar en un lugar extraño y los recibieron amablemente. Llegaron sin saber si los iban a recibir y pasaron todo el invierno. Llegaron como forasteros y fueron despedidos como amigos. Algunos llegaron presos, pero ahora por la demostración del poder del evangelio han quedado libres. Sí, llegaron con las manos vacías, ahora se van sus bolsas llenas. Llegaron sin dinero, ahora se regresan con los recursos para terminar su viaje. Y todo esto gracias a la soberanía de Dios quien no se olvidó que entre ellos estaba su discípulo fiel, quien aprovechó aquella oportunidad para traer salvación, sanidad y bienestar a la isla y también a sus amigos. Este es el resultado de todo avivamiento. El fuego encendido es símbolo de toda bendición.
CONCLUSIÓN:
Los 276 sobrevivientes del naufragio fueron recibidos con un “fuego encendido”. Para un cuerpo frio y cansado de la tormenta, nada pudo ser mejor que la bienvenida que le dieron los habitantes de la isla de Malta. Aquel “fuego encendido” era un símbolo de la provisión de Dios. Pero note que este fuego ya había sido encendido. Los que llegaron lo único que hicieron fue alimentar el fuego. He aquí las lecciones de esta historia. Por un lado, cuando el fuego es avivado por las “ramas secas”, se despierta la serpiente. Sin embargo no siempre sucede esto. Si revisamos nuestra condición espiritual nos damos cuenta que el fuego pudiera haberse extingo hace rato. ¿Y qué origina esto?
Una de las primeras razones del “fuego apagado” es la presencia del pecado. Nada hace más daño a tu vida espiritual que esto. El conformismo también apaga el fuego. El amor al mundo es otra causa por el que el fuego se apaga. Tu falta de oración y lectura de la palabra te llevan a una vida vacía, sin pasión y amor por el Señor. Entonces, ¿qué hacer? Echa tus “ramas secas” en el fuego del Espíritu y deje que esto traiga un nuevo avivamiento en su vida. Tome la decisión hoy de avivar el don que se ha apagado (2 Tim. 1:6).
Fuente: www.centraldesermones.com