El plan eterno, parte II

por Ministerios Alfa y Omega, Inc.

Sermón basado en Hebreos 2:5-13


Puntos a desarrollar:


Punto 1 (2.5–6) Dios, hombre, mundo e historia: El plan de Dios para el mundo venidero es someterlo para la humanidad.



Esta es una declaración sorprende que deja perpleja a la mente humana. Para el hombre suena increíble que gobernará y reinará el mundo venidero. Como lo dice Hebreos 2.6: «¿Qué es el hombre?», ¿qué es el hombre para que Dios esté atento a lo que hace? ¿Por qué Dios exalta a una criatura que…


• se rebela, maldice, ignora y rechaza a Dios?


• es tan pequeña como una partícula microscópica en un universo de estrellas y planetas, un universo que posee millones de millones de cuerpos y que parece ser infinito?



Si hemos maldecido, rechazado y rebelado en contra de Dios, ¿por qué él no nos deja solos y nos condena a un infierno eterno? ¿Por qué no nos aleja y le da a los ángeles el mundo venidero para que ellos reinen junto con él? La respuesta la encontramos en los siguientes dos puntos que analizan Hebreos 2.6–13. El primer punto declara el hecho maravilloso de que Dios no le ha entregado el mundo venidero a los ángeles sino a los hombres. Nosotros, juntamente con Cristo, gobernaremos y reinaremos el mundo futuro.



El otro aspecto es que el reinar y gobernar con Cristo, tener dominio sobre el mundo venidero, forma parte de la grandiosa salvación que Cristo nos ha entregado. Lo que el pasaje está haciendo es darnos una idea más clara de la grandiosa salvación que Cristo nos ha dado. Esta salvación incluye un mundo nuevo que será gobernado por Jesucristo y sus seguidores. Job 7.17–18 Salmos 8.3–6



Punto 2 (2.6–8) Dios, hombre e historia: La creación y plan de Dios para el hombre cubre tres etapas:



A. Dios creó al hombre para que este estuviera por un corto tiempo en una posición más baja que los ángeles. Cuando Dios creó a Adán en el jardín del Edén, este era menor que los seres celestiales, pero mayor que todas las criaturas terrestres. El hombre estuvo en esta condición por un corto tiempo ya que Dios había planeado, desde el inicio, exaltarlo.



B. Dios creó al hombre para coronarlo con gloria y honor. Antes de que el hombre cayera, era un ser glorioso con…


• un cuerpo noble.


• una mente excelente.


• habilidades increíbles.


• un poder inusual.



El hombre tenía todo lo necesario para controlar y gobernar la tierra, y lo mejor de todo podía caminar y vivir con Dios en una comunión y adoración perfecta. La Palabra dice que… • Dios puso al hombre sobre la creación, sobre las obras de Sus manos.


• Dios puso todas las cosas bajo los pies y autoridad del hombre.


• Dios no dejó nada fuera del control del hombre.



¿Qué significa esto? Pues que el hombre original de la creación (Adán) fue coronado con gloria y honor, y estaba en la posición más alta sobre la tierra. El hombre estaba a cargo de todas las cosas aquí en la tierra, realmente disfrutaba de una posición exaltada. Había paz sobre la tierra, afecto entre el hombre y los animales, y toda la naturaleza estaba bajo su poderío. No había destrucción debido a la violencia entre el hombre y los animales o debido a los desastres naturales como tormentas, huracanes o terremotos. El jardín del Edén era un lugar perfecto desde el cual el hombre podía gobernar una tierra perfecta, siempre y cuando mostrara fidelidad e hiciera lo que Dios decía.



El hombre era la criatura más noble y excelente jamás imaginada. Las personas de hoy simplemente no pueden imaginar lo que había en el jardín del Edén. Génesis 1.26–28, 2.7; Job 33.4; Salmos 8.5, 100.3



C. Actualmente, el hombre está en un estado caído. Su autoridad y poderío sobre el mundo ya no es visible. Es un ser muy diferente a la noble criatura que se suponía tenía que ser, aquel que tenía su vida y mundo bajo control. De hecho, ahora es todo lo contrario: el hombre ya no controla al mundo, el mundo lo controla a él. El hombre está encadenado a la maldad de su naturaleza y corazón, la maldad de cualquier cosa imaginable…


• asesinatos • egoísmo


• odio • envidia


• guerras • celos


• avaricia • prejuicios


• poder • orgullo


• sufrimientos • glotonería


• adulterio • borracheras


• temores • inmoralidad


• enfermedades • maldiciones



Aparte de estas cadenas existen otras, pero la peor de todas es la muerte. El hombre está destinado a morir y esta es la peor tragedia de todas, porque originalmente fue creado para controlar y dominar la tierra. Pero ya no es así, el hombre ahora muere y deja este mundo.



¿Qué fue lo que ocurrió para que el hombre cayera? ¿Qué fue lo que provocó la pérdida de su gloria, honor y dominio sobre la tierra? El pecado (el dejar de hacer lo que Dios dijo) fue lo que causó la caída de Adán. Y el pecado (sencillamente desobedecer lo que Dios dice) destruirá a cualquier persona. Dios sabe lo que se necesita hacer; él sabe lo que le da vida a una persona. Por eso, si una persona no hace lo que Dios dice, el o ella pierde su vida. Se vuelve esclavo al desobedecer a Dios y su consecuencia es la muerte. Kenneth Wuest habla acerca de cual es el resultado del pecado de Adán:


«Cuando Adán pecó, perdió el dominio que antes disfrutaba. Se convirtió en una criatura que cayó con una naturaleza totalmente depravada. Se convirtió en esclavo del pecado. El reino animal ahora está sujeto al hombre no por afecto sino por temor. Los campos, en lugar de dar sólo buenos frutos, ahora producen espinas, mala hierba y otras cosas dañinas. Temperaturas extremas, reptiles ponzoñosos, terremotos, tifones, huracanes, todos conspiran para hacer de la vida del hombre una batalla constante. Ya ha perdido el dominio sobre todas estas cosas» (Hebrews [Hebreos], Vol. 2, p.56f).



Otros versículos para leer: Génesis 1.26–30, 2.17, 3:19; Proverbios 21.6; Isaías 59.2, 64:7, Ezequiel 18.4; Romanos 5.12, 6.23, 8.6; 1 Timoteo 5.6



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