Por: pastor Daniel Brito
Título: El toque de fe
Texto: Lucas 8:40-48 «Cuando Jesús regresó, la multitud se alegró de verlo, pues todos estaban esperándolo.41 En esto llegó un hombre llamado Jairo, que era un jefe de la sinagoga. Arrojándose a los pies de Jesús, le suplicaba que fuera a su casa,42 porque su única hija, de unos doce años, se estaba muriendo. Jesús se puso en camino y las multitudes lo apretujaban.43 Había entre la gente una mujer que hacía doce años padecía de hemorragias,[c] sin que nadie pudiera sanarla.44 Ella se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, y al instante cesó su hemorragia. 45 —¿Quién me ha tocado? —preguntó Jesús. Como todos negaban haberlo tocado, Pedro le dijo: —Maestro, son multitudes las que te aprietan y te oprimen. 46 —No, alguien me ha tocado —replicó Jesús—; yo sé que de mí ha salido poder. 47 La mujer, al ver que no podía pasar inadvertida, se acercó temblando y se arrojó a sus pies. En presencia de toda la gente, contó por qué lo había tocado y cómo había sido sanada al instante. 48 —Hija, tu fe te ha *sanado —le dijo Jesús—. Vete en paz.»
Introducción
En esta noche estaremos tratando dos temas hermosos: Jairo y la mujer con el flujo de sangre. Ambas historias muestran la importancia del TESTIMONIO personal a otros, sobre las grandes cosas que JESUCRISTO ha hecho en nuestras vidas. Trataremos los siguientes puntos:
1. Trasfondo
2. Jairo, un hombre atormentado
3. Impura por la ley de Moisés
4. Salvación y sanidad
5. La Resurrección y la vida
Lección
1) Trasfondo. – Este capítulo de Lucas comienza narrando como el SEÑOR JESÚS iba en su viaje itinerario de pueblo en pueblo haciendo milagros. Lucas nos narra que iban los doce apóstoles con el SEÑOR, y también algunas mujeres que habían sido sanadas de enfermedades, y liberadas de demonios.
a. Entre esas mujeres, habían algunas prominentes, que ayudaban con el sostén del ministerio de nuestro SEÑOR JESÚS.
b. En este capítulo, Lucas narra varias historias y eventos que ocurrieron, llegando a la historia del endemoniado gadanero que fue liberado por nuestro SEÑOR JESÚS, y entonces sigue con la historia de Jairo, un hombre prominente, quien era dirigente en la sinagoga.
2) Jairo, un hombre atormentado. – En la historia de Jairo, encontramos a un hombre prominente que estaba pasando por la adversidad. Su única hija de 12 años de edad estaba enferma de muerte, y no había esperanza médica para esa niña. Es ahí donde podemos ver que Jairo había escuchado hablar de JESUCRISTO, y va en busca del Salvador para que lo siga a su casa, y sane a su hija de esa grave enfermedad. Si nos ponemos a pensar, podemos imaginarnos la agonía por la que ese hombre estaba pasando. Es bajo esas condiciones que Jairo delante de la multitud que seguía a JESUCRISTO, se arroja a Sus Pies, una posición de uno que iba a ser Su discípulo, y le dice al SEÑOR que lo acompañe a su casa, para sanar a su hija.
3) Impura por la ley de Moisés. – La mujer con la hemorragia de sangre, interrumpe la marcha hacia la casa de Jairo. Lucas nos dice que esa mujer tenía 12 años sufriendo de una hemorragia de sangre. Es interesante que la niña de Jairo, tenía 12 años de edad, la misma cantidad de años que la mujer del flujo tenía sufriendo.
a. Marcos nos dice en su Evangelio todo lo que había gastado buscando ser curada.
i. (Marcos 5:26) «Había sufrido mucho a manos de varios médicos, y se había gastado todo lo que tenía sin que le hubiera servido de nada, pues en vez de mejorar, iba de mal en peor.»
b. La ley de Moisés declaraba a una mujer con flujo de sangre, inmunda o impura (Levíticos 15:25), en lo que viene siendo la parte da la ley ceremonial. No tenemos el espacio y el tiempo para entrar en detalles sobre la ley de Moisés, pero lo que sí podemos decir, es que por su enfermedad, esa mujer era “inmunda”, y todo lo que tocara quedaba inmundo por un día entero.
i. Aunque nuestro Texto no lo dice, seguramente que esa mujer había sido abandonada por su esposo, porque al ser inmunda, no podían dormir juntos, y el sufrimiento ya había sido por 12 años.
ii. También como ya hemos leído en el Evangelio de Marcos, la mujer parece ser que lo había perdido todo, buscando ser curada de su aflicción.
c. Así que, aquí tenemos a una mujer afligida, TODO lo había perdido por causa de su enfermedad, pero había escuchado hablar de JESUCRISTO, y es así como ella decide ir a TOCAR el manto del Salvador.
4) Salvación y sanidad. – Cuando la mujer toca el manto del SEÑOR JESÚS, PODER salió de Él y la sanó de su enfermedad. Es importante notar que la multitud “apretaba” a JESÚS, y muchos lo habían tocado, pero solamente una mujer “impura” por la ley de Moisés, había recibido el toque sanador del SALVADOR.
a. El hecho que JESUCRISTO pregunta quien lo había tocado, no indica que Él no sabía, más bien nos enseña que Él quería que la mujer “confesara”, y fuera un TESTIMONIO para los demás. No había sido un caso de “magia” por tocar el manto del SEÑOR, sino que la mujer había creído en el PODER del SALVADOR.
b. Noten que JESUCRISTO cuando oye la confesión de la mujer, le llama a ella “hija”, ya Él en este mismo capítulo (Lucas 8:21), había dicho: «….Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la ponen en práctica.» Ahora agrega “hija”.
c. La sanidad había llegado al cuerpo de esa mujer afligida por 12 años, quien lo había perdido todo por esa causa. Pero debemos notar algo más, y es que no solamente fue “sana” de su aflicción física, sino que también recibió un toque INTERNO del SALVADOR. Nuestro Texto que hemos leído en esta noche dice:
i. (Lucas 8:48) «Hija, tu fe te ha *sanado —le dijo Jesús—. Vete en paz.»
ii. Pero la palabra en el Texto original griego, en el cual fue escrito el Nuevo Testamento, usa el verbo “SALVAR”, y es así como la Reina Valera lo traduce:
1. «Y él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.» RV1960
d. Eso quiere decir que la mujer no solamente recibió la sanidad de su cuerpo, sino que había recibido la SALVACIÓN de su ALMA.
5) La Resurrección y la Vida. – (Lucas 8:49-56) «Todavía estaba hablando Jesús, cuando alguien llegó de la casa de Jairo, jefe de la sinagoga, para decirle: —Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro. 50 Al oír esto, Jesús le dijo a Jairo: —No tengas miedo; cree nada más, y ella será sanada. 51 Cuando llegó a la casa de Jairo, no dejó que nadie entrara con él, excepto Pedro, Juan y *Jacobo, y el padre y la madre de la niña.52 Todos estaban llorando, muy afligidos por ella. —Dejen de llorar —les dijo Jesús—. No está muerta sino dormida. 53 Entonces ellos empezaron a burlarse de él porque sabían que estaba muerta.54 Pero él la tomó de la mano y le dijo: —¡Niña, levántate! 55 Recobró la vida[d] y al instante se levantó. Jesús mandó darle de comer.56 Los padres se quedaron atónitos, pero él les advirtió que no contaran a nadie lo que había sucedido.»
a. Si nos ponemos a pensar, Jairo está esperando por el SEÑOR, mientras la mujer del flujo de sangre lo toca y es sanada, pero él mismo es testigo del milagro que JESUCRISTO había obrado. Una razón más para que su “fe” en el SALVADOR se fortaleciera.
i. Pero enseguida llegan noticias de que su hija ya había muerto. Noten la forma tan “áspera” de decirle a Jairo, incluso, el: “No molestes más al Maestro.”
ii. Parece haber sido alguien que no creía que JESUCRISTO era el MESÍAS o el CRISTO.
iii. Esa es una de las tantas maneras que Satanás usa para desviar a la gente para que no crean en JESUCRISTO, y reciban la SALVACIÓN de sus almas.
b. Pero JESUCRISTO en seguida le dice a Jairo que no tenga miedo, algo con el que todos los padres podemos identificarnos al oír malas noticias de nuestros hijos/as, y JESUCRISTO agrega: “cree nada más”.
i. Ese “cree nada más”, no era “creer” en su propia “fe”, ni en algún tipo de confesión mágica, sino que era CREER en el Hijo de DIOS, quien estaba delante de él.
ii. Debemos notar que es así donde nuestra FE debe estar puesta, y no es en nuestras propias fuerzas, ni en ninguna fórmula de confesión repetitiva, sino en el PODER SALVADOR Y SANADOR de JESUCRISTO.
c. La RESURRECCIÓN y SANIDAD de una niña de 12 años de edad, es TESTIMONIO del PODER del SALVADOR. Solamente JESUCRISTO puede RESUCITAR los muertos, y solamente JESUCRISTO puede SALVAR a los pecadores. Debemos recordar las Palabras que JESUCRISTO le dijo a Marta antes de resucitar a Lázaro.
i. (Juan 11:25-26) «Entonces Jesús le dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; 26 y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?»
ii. Debemos notar la fuerza en las Palabras de JESÚS, quien le dice a Marta que todo el que vive y cree en Él, no morirá jamás. En otras palabras, hay SALVACIÓN del ALMA para aquellos que CREEN en JESUCRISTO, y no morirán jamás, o sea, tienen VIDA ETERNA.
d. Este capítulo de Lucas, nos ha mostrado como JESUCRISTO hizo curaciones físicas, liberó a un endemoniado, y resucitó a una niña muerta. Todos esos eventos muestran el PODER que SOLAMENTE DIOS tiene, y es porque JESUCRISTO ES DIOS.
i. En esta noche tal vez hallan muchos afligidos por el pecado, y por su pasado. Tal vez por diferentes tipos de vicios los cuales no pueden dejar.
ii. Otros vienen afligidos de enfermedades físicas; y otros traen otro tipo de problemas.
iii. Pero es necesario entender, que nosotros servimos a un DIOS VIVO, quien LIBERTA al pecador de su esclavitud del pecado (Juan 8:32;36), y puede sanar nuestras enfermedades.
iv. Nuestro DIOS abre puertas que nadie puede cerrar, y cierra puertas que nadie puede abrir.
e. Para concluir nuestra lección, debemos notar la importancia del TESTIMONIO PERSONAL de lo que DIOS ha hecho en nuestras vidas. La mujer con el flujo de sangre, es un testimonio aun para nosotros del PODER SALVADOR y SANADOR de JESUCRISTO, al igual que la resurrección de la hija de Jairo. No podemos callar las GRANDES cosas que CRISTO ha hecho en nuestras vidas.
Conclusión
Oremos….
*Toda referencia Bíblica ha sido tomada de la Biblia, Nueva Versión Internacional, y Reina Valera 1960.