por Ministerios Alfa y Omega, Inc.
Sermón basado en Apocalipsis 4.111
Punto 4. (4.56) El trono de Dios:
La magnificencia del trono. Juan añade tres características acerca del trono de Dios para así mostrar que maravillosa es la presencia de Dios.
1. La voz de Dios, la cual es tan poderosa que se escucha como la combinación de muchas voces, relámpagos y truenos (Ap 4.5). Esto muestra cuán majestuosa y magnifica es la voz de Dios. Su voz destella y hacer tronar sus grandiosos pronunciamientos. La propia voluntad de Dios se escucha desde su trono a la velocidad de un rayo y con el poderío de un trueno. De esta forma, se hace su voluntad. Los eventos de la historia ocurren según él lo ordena. Esta visión en particular de los pronunciamientos de Dios es una escena del juicio venidero. La terrible tormenta está a punto de desatarse en la tierra.
2. Las siete lámparas ardientes son un símbolo del Espíritu Santo en toda su llenura y entereza (Ap 4.5).
3. Un mar de vidrio delante del trono (Ap 4.6a). El mar «es como un mar de vidrio semejante al cristal».
–Los ancianos de Israel vieron una visión similar. Éxodo 24.10
— El propio Ezequiel vio una visión parecida. Ezequiel 1.22, 26
— Dios había ordenado que el templo tuviera un mar de diez codos. Recuerde que el tabernáculo y el templo eran vestigios de cosas reales en el cielo. 1 Reyes 7.23
El mar de vidrio simboliza al menos tres conceptos:
a. El valor y belleza de la presencia de Dios. En los tiempos antiguos era casi imposible hacer vidrio puro. El vidrio puro que era tan claro como el cristal era considerado tan valioso y precioso como el oro. Job 28.17
b. La capacidad de Dios de ver todo lo que está fuera de su trono. Este mar representa su omnipresencia y visión penetrante de todas las cosas. Nada se puede ocultar del que está sobre el trono del cielo.
c. La espectacular pureza de Dios, tan limpia y pura como vidrio y cristal perfectos. Nos muestra cuán lejos está Dios de las impurezas de un mundo contaminado. Está tan lejos como un mar hecho de vidrio y cristal puro.
Punto 5. (4.69) Los cuatro seres de la visión: Hay cuatro seres vivientes que rodean el trono de Dios. Fíjese en tres aspectos acerca de ellos:
1. Su posición: son los seres más cercanos a Dios. Son los seres angelicales que están colocados en el medio de cada lado del trono. Son los guardianes del trono de Dios y de su santa presencia (Ap 4.6, 5.6, 14.3).
2. Su descripción:
— Siempre están cerca del trono de Dios (Ap 4.6, 5.6, 14.3).
— Tienen seis alas y están llenos de ojos (Ap 4.6, 8).
— Su función tiene que ver con la santidad y la ira de Dios (Ap 6.1, 6.7, 15.7).
— Declaran la santidad de Dios día y noche, y nunca cesan de hacerlo (Ap 4.8).
¿Quiénes son estos seres vivientes que tienen el privilegio de estar ante la presencia de Dios día y noche, y que declaran su santidad majestuosa? Estos seres nunca tienen que dejar la presencia de Dios, ¿ni siquiera por un momento? ¿Quiénes son para tener este honor y este glorioso privilegio?
Sin duda alguna, son seres creados para este propósito. Aparentemente son los mismos seres que Ezequiel ve en su visión y que llama querubines (Ez 10.4) y que los vistos por Isaías a los que llama serafines (Is 6.13). Fíjese que Juan escoge ciertos animales terrestres para describir ciertas características que él menciona:
— Un ser era semejante a un león: esto simboliza supremacía.
— Un ser era semejante a un becerro: esto simboliza fuerza.
— Un ser era semejante a un hombre: esto simboliza inteligencia.
— Un ser era semejante a un águila: esto simboliza rapidez.
3. Su función: glorificar y exaltar a Dios día y noche. Los seres vivientes muestran dos aspectos acerca de Dios.
a. Nos muestran la supremacía, fuerza, inteligencia y rapidez de Dios. Representan todo lo que Dios es.
b. Nos muestran que todo lo de la naturaleza le debe adoración a Dios, tanto animales como seres humanos. Representan que todos los seres de la naturaleza, animal o humano, deben adorar a Dios. Los seres vivientes adoran a Dios día y noche y proclaman: «Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir» (Ap 4.8).
— Todo el mundo debe adorar a Dios por su santidad. Levítico 11.45; Salmos 99.9; Isaías 6.3; Apocalipsis 15.4
— Todo el mundo debe adorar a Dios por su soberanía y omnipresencia. Job 42.2; Salmos 115.3; Isaías 43.13; Mateo 19.26; Romanos 16.25
— Todo el mundo debe adorar a Dios por su eterna existencia. Deuteronomio 32.40, 33.27; Salmos 135.13; 2 Pedro 3.8; Apocalipsis 1.8
¡Qué reflexión para el hombre! Adoramos y servimos tan poco a Dios. ¡Imagine! Existen cuatro seres vivientes que fueron creados para adorar a Dios día y noche, y nunca cesan de hacerlo. Cuatro seres que dicen con gran voz día y noche: «Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir» (Ap 4.8).
Punto 6. (4.1011) Los veinticuatro ancianos de la revelación: Los veinticuatro ancianos tienen cuatro funciones:
1. Muestran sujeción y subordinación. Se postran ante el trono de Dios, le rinden todo lo que son y todo lo que tienen a él. ¡Qué lección para nosotros! Cuánto debemos aprender acerca de lo grandioso que es Dios, que habita en tal gloria y majestad, dominio y poder, que nosotros le debemos nuestras vidas. Salmos 116.12; Romanos 12.12; 1 Corintios 6.1920
2. Adoran a Dios como el Dios eterno. Solo él es nuestra esperanza para vivir por siempre. Si fallamos al adorarlo y servirlo en verdad, entonces podríamos perder la vida eterna. Salmos 95.6, 96.9; Mateo 4.10; Juan 4.24; Apocalipsis 14.7, 22.9
3. Muestran la dignidad suprema del Señor. Arrojan sus coronas delante del Señor. El Señor nos ha dado el derecho de gobernar con él, a supervisar ciertos dominios en todo el universo. Pero en verdadera humildad y agradecimiento, los ancianos arrojan sus coronas delante de él. ¿Por qué? Para mostrar que solo él es digno y reconocen esta verdad por la eternidad. 2 Samuel 22.4; Apocalipsis 4.11, 5.12
4. Proclaman su dignidad y adoran al Señor Dios del universo y la creación. En griego se lee: «Digno eres, el Señor y Dios de nosotros» [ho kurios kai ho Theos hemon]. Esto significa que Dios es supremo; él es Primero del universo. Él es el glorioso Creador de todas las cosas. Él es el Único que creó todo porque así lo quiso. Génesis 1.1; Nehemías 9.6; Job 26.7; Salmos 102.25; Hechos 14.15; Hebreos 11.3
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