En la palma de la mano de Dios

Dios tiene el mundo entero en sus manos. ¿Recuerda ese viejo canto cristiano? Él tiene en sus manos al viento, la lluvia, el nene pequeñito, y sí, incluso a usted y a mí. ¡Qué fácil es olvidarse de eso! Y no está limitado a nuestra geografía y nuestra cultura, como sabe. Él tiene en sus manos el Medio Oriente (eso es alivio, ¿verdad?), y eso para no mencionar a América Central, y a China, Etiopía e India, Indonesia y Rusia; todo en las mismas palmas de sus manos soberanas. Y ya que estamos en eso, Él tiene nuestro futuro, nuestros hijos, nuestras circunstancias, nuestros amigos, y nuestros enemigos en sus manos . . . . a su alcance . . . bajo su control. Incluso cuando los temores imaginarios se inmiscuyen como helada en la mañana para apagar nuestra fe, Él está allí; a cargo. . .

Él tiene los fracasos del ayer; Él tiene los retos de hoy; Él tiene las sorpresas de mañana justo en sus manos; y nada de eso le hace boquear.