Biblia

Entre risas y descubrimientos

Entre risas y descubrimientos

por Mary Maslen

¿Alguna vez ha intentado hablarle a su pequeño hijo(a) de Dios? ¿Le gustaría que su hijo(a) se interese realmente en su Creador? La experta en enseñanza infantil, Mary Maslen, comparte sencillos consejos para fomentar una relación cercana entre Dios y su pequeño(a).

La motivación que los niños necesitan para interesarse en Dios

«Quiero que mi hijo de cuatro años se sienta emocionado con respecto a Dios, pero no soy una persona muy creativa. ¿Cómo puedo hacer para que se interese en los asuntos espirituales?»

Si bien los cánticos y los juegos creativos ciertamente son importantes en la formación de la fe, no son esenciales para que un niño de edad preescolar se interese por Dios. Me he dado cuenta que los niños se motivan en aprender acerca de Dios, en parte, porque Dios mismo despierta en ellos el deseo de conocerlo más profundamente.



Entender la motivación


Para aprovechar ese deseo, es importante entender que, en general, las personas se sienten motivadas por dos razones. La motivación extrínseca involucra una recompensa externa. Por ejemplo, parte de la razón por la cual trabajo es para ganar dinero. La motivación intrínseca proviene de adentro: también voy a trabajar porque disfruto estar involucrada en un ministerio y porque me alegra saber que Dios usa mis dones para promover su reino.

Usted indudablemente ha observado que ambas motivaciones trabajan en la vida de su hijo. Cuando le pide a su hijo que guarde sus juguetes antes de ir al parque juntos, usted le está ofreciendo una motivación extrínseca para que él limpie. Cuando su hijo la abraza repentinamente, es porque se siente bien cuando le expresa su amor —eso es una motivación intrínseca.

La motivación extrínseca es ciertamente útil, pero en la formación espiritual, es realmente solo el primer paso. Cuando los niños hacen algo por una razón externa, tienden a dejar de lado el entendimiento. Además, se concentran tanto en la recompensa externa que omiten la recompensa interna de crecer más cerca de Dios. Por eso, nuestra meta como padres es ayudar a nuestros hijos a sintonizar los buenos sentimientos que obtienen cuando se conectan con Dios. Y eso es más fácil de lo que usted se imagina.



Comprométase por completo


Una de las mejores formas para ayudar a un niño a sentirse bien acerca de su relación con Dios es involucrándolo en sus aspectos físicos y emocionales. Los niños pequeños se sienten bien con respecto a las actividades y los descubrimientos. Usted puede fomentar la curiosidad natural de su hijo mientras caminan por el vecindario o cuando le lee su libro favorito. Cuando su hijo se detenga para observar un insecto, háblele acerca de la creatividad de Dios. Cuando invente una historia, elogie la maravillosa imaginación que Dios le dio. Recuérdele a Dios en cualquier actividad desde la preparación de galletas (Dios nos provee los alimentos) hasta hacer dibujos (Dios creó colores tan bellos). Pronto su hijo empezará a considerar a Dios en todos lo aspectos de su vida que lo hacen sentirse bien.

Si bien los niños en edad preescolar generalmente son muy activos, también aprecian los momentos de quietud. A menudo pasan mucho tiempo en lugares que sienten que les pertenece, sea una esquina llena de almohadas y cobijas, una silla especial cerca de un montón de libros con dibujos, o un espacio debajo de la mesa del comedor. Cerca de unos árboles, mi hija mayor creó un «jardín secreto» en nuestro patio. Lo decoró con sus objetos preferidos: sillas pequeñas, libros, juguetes, música, y crayones. Ahí, pasamos horas haciendo lo que a ella se le ocurría. Aunque estos momentos de quietud no son abiertamente «espirituales», le garantizo que en estos lugares su hijo se conecta con la persona que Dios quiere que él sea.



Implante desafíos


Los desafíos también son beneficiosos para los niños pequeños. Ellos están aprendiendo el funcionamiento de su mente y cuerpo; además, les encanta ver hasta qué punto pueden exigir algo a sus cuerpos. Fomente oportunidades seguras para que su hijo amplíe sus habilidades físicas y mentales. Permítale que explore una esquina escondida del jardín bajo su vigilancia. Anímelo a subir un poco más en el parque de juegos mientras usted se mantiene lo suficientemente cerca como para atraparlo. Déjelo escoger su ropa y que se vista por cuenta propia. Elogie sus esfuerzos para aumentar sus habilidades y recuérdele que Dios lo está ayudando a alcanzar nuevos retos. Cuando su hijo se sienta bien por haber conquistado nuevos desafíos, esto será el tipo de motivación que él necesite para mantenerse creciendo en Dios.

Mary Maslen es la Directora creativa de Awana Family Connection [Conexión familiar Awana].

Este artículo se publicó por primera vez en Christian Parenting Today magazine, usado con permiso.


Título del original: Faith Motivators


Copyright © 2004 por el autor o por Christianity Today International/Christian Parenting Today magazine.


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