Eso viene de mí

por Laura Barton Snow

Una sencilla y breve meditación para estimular la confianza en Dios en medio de las dificultades.

Debes saber que cuando te envuelve la tentación y el enemigo te rodea, eso viene de mí, porque tu debilidad necesita mi fortaleza y tu seguridad sólo consiste en que me dejes luchar a mí.


¿Estás en circunstancias difíciles? Eso viene de mí. Yo soy el Señor de las circunstancias. Tu ambiente, tu prójimo, solo hacen Mi Voluntad.


¿Estás en dificultades económicas?… ¿Te es difícil sobrevivir?. Yo soy el responsable de tu dinero, yo quiero que tengas que venir a mí y dependas de mí. «Mi riqueza es ilimitada» (Fil. 4:19). Quiero demostrarte que mis promesas son ciertas.


¿Estás atravesando las tinieblas de la vida? Eso viene de mí. Yo soy el «varón de dolores, el experimentado en quebrantos» (Is. 53:3). Yo permití que el consuelo terrenal te faltase para que tuvieras que dirigirte a mí y alcanzar el consuelo eterno (2 Tes. 2:16-17).


¿Te ha desengañado un familiar, o un amigo? ¿Uno al que habías abierto tu corazón? Eso viene de mí. Yo he permitido este desengaño para que supieras que Yo soy tu mejor amigo.


¿Fueron deshechos tus planes? ¿Estás cansada y agobiada? Eso viene de mí. Hiciste tus planes y entonces pediste mi bendición; pero yo quiero que me dejes a mí hacer los planes, entonces también tomaré la responsabilidad «Porque el negocio es demasiado pesado para tí, no podrás hacerlo tú sola». (Ex. 18:18). Tú solo eres un instrumento mío.


¿Querías hacer algo grande para mí y en vez de ello fuiste postrada en el lecho del dolor? Eso viene de mí. No pude conseguir tu atención cuando estabas ocupada, queriendo yo decirte mis más profundos secretos. También sirven aquellos que están de pie y esperan. A algunas de mis mejores obreras las excluyo del servicio activo para que aprendan a usar el poder de la oración.


¿Fuiste repentinamente llamada a un trabajo difícil y lleno de responsabilidad? Confía en mí. Yo te creo capaz de sobrellevar las dificultades. «Por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos y en todo lo que pusieres mano» (Det. 15:10).


En el día de hoy deposito en tus manos un recipiente con aceite sagrado, úsalo con prudencia, ¡oh, hija! Unge con él todos los acontecimientos, toda palabra que te duela, toda interrupción que te impaciente, toda expresión de tu propia debilidad. El aguijón desaparecerá cuando aprendas a verme en todo. (Deut. 32:46-47; Jer. 3:22-38).


Apuntes Pastorales. Agosto – Septiembre / 1984. Vol. II, número 2.