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¿Está progresando su iglesia?

¿Está progresando su iglesia?

por Drew Wilkerson

¿Cómo puede estar seguro de que su iglesia está creciendo? Hace más de una década, el pastor Drew Wilkerson llegó a una iglesia «moribunda» plagada de problemas. Hoy en día es una iglesia viva, saludable y fructífera que está marcando la diferencia en un pequeño pueblo en los Estados Unidos. Invierta unos minutos en la lectura de este artículo y descubra los indicadores que le revelaron al pastor Wilkerson el progreso de su iglesia.

Cinco indicadores de que está yendo a algún lugar


¿Qué había logrado Dios en nuestra iglesia? Realmente no sabía la respuesta a esa pregunta hasta que un día me quedé sin gasolina en una carretera interestatal. El indicador de gasolina de mi auto decía que el tanque estaba lleno, pero, en realidad, estaba vacío. No tenía ni la menor idea de donde estaba; por eso, salí de mi auto y caminé hasta la señal de tránsito más cercana. Me fijé en el número que estaba en la señal y volví a tener un sentimiento de esperanza. No sabía donde estaba, pero tenía un punto de referencia. No estaba totalmente perdido, ahora podía llamar para pedir ayuda con la seguridad de que ¡me rescatarían!

De repente, me di cuenta de lo importante que son las señales que nos indican los kilómetros recorridos. Incluso cuando no estamos perdidos, estas señales son útiles indicadores de dirección y nos recuerdan que estamos avanzando.


Algunas veces en el ministerio, necesitamos estas señales para saber qué tipo de progreso estamos haciendo. Empecé a buscar que me indicaran si el ministerio de nuestra iglesia estaba progresando. No existen las señales en los carruseles


Nadie decide intencionalmente convertirse en el pastor de una iglesia moribunda. Cualquier iglesia puede ser difícil para un pastor, pero ¿quién desea ser conocido como el director de un funeral?

Cuando llegué a Jersey Shore Church of God (Iglesia de Dios de la comunidad de Jersey Shore), la moral de la congregación estaba por el suelo. Habían pasado por experiencias muy difíciles, entre ellas dos divisiones, y enfrentaban un largo camino hacia la recuperación. Yo sólo tenía 27 años y todo lo que podía hacer era preguntar: «Dios, ¿qué estoy haciendo aquí?».

Eso fue hace doce años. En una de mis tantas temporadas difíciles, me quejé de todo lo que andaba mal en la iglesia. Nunca olvidaré las palabras de mi padre. Él sólo me miró y me dijo: «Drew, una iglesia pequeña merece un ministerio de calidad tanto como una iglesia grande lo necesita». En otras palabras, ¡deja de quejarte y haz algo positivo!

Una iglesia que está en transición de la muerte a la vida siempre experimentará un estado de cambio, pero la clave está en bajarse del carrusel de la energía gastada —siempre en movimiento pero nunca ganando terreno. Para hacer esto, una iglesia debe realizar ajustes que producirán un crecimiento saludable y traerán nueva vida a un ministerio problemático.

Me cuesta creer que he pastoreado en Jersey Shore por más de una década. Ha sido una experiencia gratificante, ya que una iglesia que estaba muriendo ha sido resucitada por el poder de Dios, trabajo duro, y oración.

A continuación encontrará cinco señales que indican las transiciones esenciales que nuestro «ministerio de cambio de dirección» ha hecho. Estos indicadores me animaron ya que habíamos progresado.

  • De la profesión a la pasiónCuando iba a la universidad, tenía pasión por la vida. Después de graduarme, en lugar de tener una pasión, tenía una profesión.Nada es más importante que creer que Dios lo ha llamado al ministerio y a la iglesia donde usted sirve. Cuando usted se despierta en la mañana, no debería haber dudas de que el ministerio era el plan de Dios para su vida. Usted pudo haber estudiado cualquier carrera, pero no fue así. Dios lo escogió, y usted ama lo que hace. ¡Este es el combustible que enciende la llama de la pasión!Una de las señales indicadoras de mi ministerio llegó en forma inesperada. Me habían pedido que interviniera por un hermano de la iglesia que luchaba con una adicción. Al inicio la intervención no fue bien recibida, pero para el anochecer íbamos camino a un centro de rehabilitación en Maryland. Era de vital importancia que este joven esposo y padre obtuviera ayuda. Él recibió la ayuda; sin embargo, fue un largo viaje, y regresamos a casa hasta las cuatro de la mañana.Dormí por dos horas, luego me preparé para asistir a los cultos de escuela dominical. Al final del culto la esposa de este hombre pasó adelante para orar. Su petición era sencilla: «No puedo hacer esto sola», dijo ella. Yo estaba agotado y ya no tenía palabras para decirle, por eso, pregunté si había alguien que quisiera pasar al altar para orar. Para mi asombro, toda la iglesia se levantó y pasó adelante. Nadie se quedó en las bancas. Mientras la iglesia oraba, empecé a llorar. En esa mañana las lágrimas fluyeron más fácil que las palabras, pero de alguna forma había una fuerza que fluía dentro de mí que las palabras no podían expresarla. ¡Eso es pasión! Sabía que Dios me estaba usando para hacer una diferencia.En mi oficina cuelga un cuadro que dice: «Pasión: Muchas cosas en la vida capturarán tu atención. Mas unas pocas capturarán tu corazón —alcanza esas».
  • De los planes al propósitoEl propósito es más que saber que uno ha sido llamado al ministerio. El propósito es determinar lo que usted intenta alcanzar para Dios y su reino.La primera vez que llegué a nuestra iglesia, estabamos plagados con la enfermedad de la mentalidad pequeña. Un día, tomé la decisión de descubrir una ventana de vidrio de color que había estado cubierta con harapos por años. Luego, cometí el error de ponerme unos lentes oscuros en el púlpito para anunciar que «el cambio había llegado a Jersey Shore». La mayoría recibió con agrado mi creativo ingenio. Sin embargo, para algunos involucrados en el liderazgo, yo había cometido el pecado imperdonable —despreciar arrogantemente el pasado de la iglesia.Admito que me equivoqué. El sello juvenil reemplazó el sentido común, pero esto fue el inicio de una vital y necesitada transición. Nuestra congregación había empezado a concentrarse en otros asuntos en lugar de concentrarse en las personas. No estabamos aquí para mantener un edificio.Fuimos llamados a compartir el mensaje de Jesucristo. Este episodio empezó el catalizador por escribir nuestra declaración de propósito, la cual dice: «La iglesia Jersey Shore Church of God existe para que Cristo sea real y relevante para el mundo». Recientemente la realidad de nuestro propósito se hizo más clara cuando recibimos una foto de una iglesia en India. Había sido construida con las contribuciones de nuestra iglesia y dedicada a nuestro honor. Hace diez años esto hubiera sido imposible, pero nuestra iglesia ha cambiado. Dios recibe la gloria, pero la congregación merece crédito por cambiar a un propósito dado por Dios.
  • Del dolor a la promesaEn 1995 nuestra iglesia se cambió a un nuevo edificio. Esto fue un tremendo paso de fe. Por un tiempo pensé que éramos la excepción a la regla: «Cuando construyes perderás a algunos de tus miembros debido al cambio». ¡Qué equivocado estaba! En solo un año perdimos a cuarenta y ocho personas. Siempre es difícil ver a las personas que uno ama partir, pero mi momento más difícil todavía estaba por venir.Uno de los ancianos me llamó. Un miembro enojado lo había atacado. A pesar de que las intenciones del anciano eran correctas, hizo algunos comentarios que no lo eran, y ahora yo tenía una confrontación impredecible en mis manos. Tenía que enfrentar las acciones incorrectas de uno de mis líderes y sanar la herida que había sido causada. Fue entonces cuando me di cuenta de que era yo el herido.No sé que pasó dentro de mí. En un momento estaba en mi auto rumbo hacia las montañas. Finalmente detuve el auto y puse mi cabeza en el volante. No soporte más. Literalmente quede destrozado, pero en ese momento tuve una experiencia que cambió mi vida. Dios reemplazó el dolor por su promesa. Él me volvió asegurar de que esta era su iglesia.Él era el Jardinero, y era tiempo de podar al cuerpo y a mí. Era tiempo de dejar de correr y empezar a descansar en él. Me iba a bendecir si le permitía tener el control de la iglesia y de mi vida.¿Fue doloroso? Generalmente los cambios lo son. ¿Valió la pena? ¡Definitivamente! Aprendí que el dolor puede ser una importante señal que indica el progreso en la obra de Dios, si escogía verlo de esa manera.
  • De los programas a las personasAntes, solía orar diciendo: «Dios, si tan solo tuviera un grupo de personas diferente, podría realmente hacer crecer esta iglesia». La respuesta de Dios fue sencilla y directa: «No». Mientras estudiaba la parábola de los talentos, Dios me habló directamente. Él dijo: «No puedo darte más hasta que seas fiel con lo que tienes». Si un pastor o una pastora va a cambiar a toda una iglesia, él o ella debe ser un líder de personas —no un líder de predicaciones o programas, sino un líder de personas.He descubierto que una verdadera señal de progreso es la habilidad del pastor para dirigir e involucrar personas en el ministerio. Una iglesia moribunda espera que el pastor sea un trabajador milagroso aun cuando posea unos pocos recursos. Pero, de hecho, nuestro recurso más grande es nuestra gente. Ellos deben ser animados, capacitados, y ponerlos a trabajar. Luego, la iglesia crecerá.Rod estaba en la junta de ancianos cuando llegué por primera vez a la iglesia. Era un cristiano comprometido, pero parecía que no estaba feliz en la junta. Después de enseñar una lección acerca de los dones espirituales, llegamos a la conclusión de que el ministerio de Rod era el de animar y evangelizar a las personas. Cuando empezamos nuestro pequeño ministerio, Rod fue la primera persona que se nos vino a la mente. Él no necesitaba ser un anciano para llevar a cabo su ministerio más grande. Rod me ayudó a preparar el terreno para nuestro pequeño ministerio, y, después de ocho años, su pequeño grupo continúa siendo uno de los que tiene mayor asistencia. ¿Por qué? Porque ayudamos a Rod a descubrir donde calzaba y cómo Dios lo equipó para el ministerio.Las personas no son el problema. ¡Las personas son el ministerio!
  • De la parálisis a la oración¡Constantemente dependo de la oración! Para cada cambio, nuestra iglesia ha continuado desarrollando formas para que la oración sea nuestro centro de atención. Hay reuniones de grupos de oración antes de los cultos; además, tenemos un club de oración. Cada año durante la primavera apartamos cuarenta días de oración y ayuno. En el otoño, tenemos un tiempo de oración ininterrumpida para una semana llamada «Ora donde estés». Y sobre las puertas de nuestro santuario cuelgan estas palabras: «La casa de Dios será llamada casa de oración».Si una iglesia va a cambiar y cumplir la gran comisión, el ingrediente esencial será la oración.En una ocasión, una madre vino al altar después del culto de escuela dominical. Temerosa, estaba desesperada por ayuda ya que su hijo adolescente había huido de casa. Oramos. Toda la iglesia se reunió en el altar y levantamos su petición a una sola voz. Esa tarde recibí una llamada. El muchacho había regresado a casa. Nuestras oraciones fueron respondidas.Todas las iglesias oran, pero la oración debe convertirse en nuestro estilo de vida. Debe ser intencional y específica. Cuando la oración se convierte en el latir del corazón del ministerio, Dios bendecirá a su iglesia, y traerá salud y progreso.
  • A medida de que el nuevo milenio comienza, puedo celebrar las muchas señales que nuestra iglesia ha experimentado. Nuestro promedio de asistencia ha crecido a 400 personas, un aumento del 1000 por ciento en los últimos once años.

    En mi primer domingo en 1988, solamente cinco niños estaban presentes. Este verano, le dimos la bienvenida a once bebés a nuestra familia de la iglesia. El otoño pasado tuvimos la necesidad de remover dos paredes con el fin de incrementar el espacio educativo de nuestros niños. Incluso tuvimos que cambiar las oficinas de nuestra iglesia para hacer más espacio y así ampliar la guardería.

    ¡Estamos creciendo! Las personas están descubriendo sus dones espirituales, y más y más creyentes están involucrados en los ministerios.

    Pero la bendición más grande de todas llegó hace poco. Durante un sermón, pedí que se pusieran de pie todas a aquellas personas que habían aceptado a Cristo como su Salvador o se habían reconciliado con Él durante los últimos once años. Mis lágrimas brotaron cuando más de 300 personas se pusieron de pie.

    Un ministerio creciente es un ministerio de cambio, pero debemos recordar que Dios está más interesado en nuestros corazones que en nuestro éxito en el ministerio. Por esta razón, debemos seguir el consejo del autor de Hebreos: «Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe» (He 12.2). Dios quiere que corramos la carrera que ha sido marcada para nosotros. Quiere que vayamos del estancamiento al crecimiento.

    Estas señales nos permiten darnos cuenta de que estamos progresando.

    Drew Wilkerson es pastor de Jersey Shore Church of God en Jersey Shore, Pennsylvania. Copyright © 2000 Leadership Journal. Vol. XXI, No. 3, pp. 39