Fuerza para la fuerza
por Jock Ficken
Añadiendo personal para fortalecer nuestro equipo (Romanos 12:3-8; 1 Corintios 3:8-11)
El caso
Escasa de personal, la Iglesia Comunidad Cristiana carecía de programas efectivos y de voluntarios capacitados. Muchos de los asistentes estaban inactivos. El pastor hacía grandes esfuerzos por cubrir las bases, pero no podía lanzar nuevas iniciativas ministeriales sin contar con el personal adecuado o con personas capacitadas.
Durante una reunión del consejo de la iglesia, el presidente propuso la idea de contratar a un segundo pastor. Un miembro antiguo del consejo respondió: «Cada vez que hemos tenido dos pastores nos hemos metido en problemas. Toda la iglesia está preocupada de que volvamos a cometer el mismo error».
Otro dijo: «Tal vez no deberíamos meternos en más líos».
Un tercero argumentó: «Pero si no hacemos algo, no resolveremos nuestros problemas. ¿Cómo vamos a formar un equipo ministerial para que esta iglesia crezca si no podemos dar el siguiente paso?»
¿Qué haría usted?
- Si usted estuviera en el consejo de la Iglesia Comunidad Cristiana y fuera el responsable de dirigir la iglesia, ¿qué haría?
- ¿Qué pasos se tendrían que dar antes de tomar cualquier decisión?
Lo que sucedió
Los líderes dieron los pasos siguientes:
Primero, determinaron que era necesario pasar de tener un solo pastor a tener un equipo de por lo menos dos miembros. Todos finalmente acordaron que no hacer nada al respecto no era una salida.
Segundo, hicieron un estudio de la congregación para determinar cómo los miembros percibían las fortalezas y las debilidades del ministerio actual.
Tercero, le pidieron al pastor que identificara sus fortalezas y áreas de crecimiento. También le preguntaron qué tipo de pastor le gustaría añadir a su personal.
Cuarto, hablaron con pastores y líderes laicos de otras iglesias en su denominación que recientemente habían establecido un enfoque de equipo y les preguntaron: «Si ustedes volvieran a hacer esto, ¿qué cambiarían?»
Finalmente, el consejo le recomendó a la congregación que contratara a un profesional laico para que se uniera al equipo. Las fortalezas de esta persona serían un complemento de las del pastor. Para contrarrestar el temor de la congregación de que más personal sería sinónimo de conflicto, los líderes bosquejaron las responsabilidades del nuevo miembro del equipo en una descripción de tareas, aclarando que éste sería responsable ante el pastor.
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