Biblia

Golpeo mi cuerpo

Golpeo mi cuerpo

por Christopher Shaw

Para avanzar en una vida espiritual disciplinada, necesitamos enseñarle a nuestro cuerpo que la última palabra en su vida la tiene Jesucristo.

Versículo: 1 Corintios 9:26-27

9:26 Así que yo no corro como quien no tiene meta; no lucho como quien da golpes al aire. 9:27 Más bien, golpeo mi cuerpo y lo domino, no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo quede descalificado.

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Existe un concepto fuertemente arraigado en la iglesia que la vida espiritual está divorciada de la vida física de una persona. De esta manera, lo que ocurre en el plano físico tiene poca incidencia sobre lo que ocurre en el plano de las cosas espirituales, y viceversa. Cristo, sin embargo, definió el gran mandamiento como la necesidad de amar a Dios con todo el corazón, con todo el alma, con toda la mente y con toda la fuerza. Con esto nos dio a entender que el cultivar una relación con el Padre debe ser algo que involucra la totalidad de nuestro ser.Un líder debe ser, por naturaleza, más disciplinado y esforzado que sus seguidores. Pablo entendía este concepto. Sabía que su cuerpo podía llegar a ser un estorbo si no lo hacía partícipe de su vida espiritual. Esto no significaba que su cuerpo era malo, sino más bien que comprendía que los efectos de la transformación que obra el Espíritu en nosotros deben también afectar nuestro ser físico. Por esta razón, buscó disciplinar a su cuerpo para que este también viviera bajo el Señorío de Cristo. ¿Tiene importancia este principio? Piense un momento en las siguientes situaciones: usted se propone realizar un ayuno, pero al poco tiempo su estómago le hace sentir que no puede durar ni un minuto más sin algún bocado. O usted se ha propuesto levantarse muy temprano para procurar un tiempo a solas con Dios, pero en el momento que suena el despertador su cuerpo le avisa que requiere de al menos dos horas más de sueño. Nuestros cuerpos son, muchas veces, los que tienen la palabra final en nuestras actividades espirituales. Se quejan, se duelen, se lamentan por las experiencias a las cuales las sujetamos. La verdad es que tenemos cuerpos poco acostumbrados al sacrificio. Si usted, sin embargo, le vive prestando atención a lo que le dice su cuerpo, no podrá avanzar mucho en la disciplina de la vida espiritual. Un líder debe ser, por naturaleza, más disciplinado y esforzado que sus seguidores. Es justamente esa característica lo que lo señala como uno capaz de guiar a otros. Para que usted pueda avanzar en una vida disciplinada, necesita enseñarle a su cuerpo que la última palabra en su vida la tiene Jesucristo. Golpear al cuerpo y ponerlo bajo servidumbre, es llevarlo por el camino no de lo que le gusta, sino de lo que le hace bien. Para pensar: – 
¿Cuáles son las disciplinas físicas que practicas para hacer partícipe a tu cuerpo de la vida espiritual? – ¿Cómo le enseñas que Cristo también gobierna sobre nuestra vida física? – ¿Qué pasos puedes tomar para «golpear» tu cuerpo, a fin de no quedar descalificado?  

Autor: Christopher Shaw. Producido y editado por Desarrollo Cristiano Internacional para DesarrolloCristiano.com. Copyright ©2010 por Desarrollo Cristiano, todos los derechos reservados.