JESUS NUESTRA SENSIBILIDAD
Cuando una persona lleva toda su vida comiendo en restaurantes a la carta, el día que la llevan a comer un menú corriente, lo pasa muy mal e incluso no puede comer. En Dios también pasa lo mismo.
La palabra sensibilidad es “atracción”. Los sensibles son los que saben atraer la persona de
Jesús. Los sensibles escudriñan las escrituras.
Si no nos quitamos de nosotros; las iras, los enojos, las maledicencias,… no pasaremos a tener sensibilidad, para ello tiene que quebrarse el corazón.
Nuestros cuerpos fueron creados en una mayor sensibilidad y las afecciones que sufrimos están intercomunicadas entre nuestros miembros. Hay un sistema nervioso que está distribuido por todos nuestros tejidos.
El ministerio no soportará, ni sufrirá, que haya un Jonás a bordo de la nave. Se dirigirá a él y lo amonestará de parte de Dios. En esa ocasión Jonás no tenía ninguna sensibilidad.
Nuestra razón la podemos perder, si no le damos gloria a Dios. Los predicadores deben enseñar siempre la verdad al pueblo; y el pueblo le debe pedir a Dios sabiduría y sensibilidad.
A través de las pruebas Dios nos puede hacer sensibles.
Nuestro mayor deseo debe ser ir a mayor sensibilidad cada día. Hace falta sensibilidad, tanto para escuchar como para hablar.
1 Samuel 13:14
13:14 Más ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.
El corazón de David era sensible y fue buscado por Dios. Para David toda su sensibilidad era buscar a Dios.
Los discípulos en el antiguo y el nuevo testamento siempre tenían que vivir la sensibilidad del momento, pues el Maestro continuamente tenía que infundir sabiduría y sensibilidad.
Los arboles junto al rio de Dios, siempre estarán bien alimentados. La sensibilidad nos hace amigos de Dios.
David conoció y entendió que Dios era superior a todo lo terrenal que le rodeaba. ¡qué experiencia tan maravillosa!
Antes no se podía pronunciar el nombre de Dios en vano, pero hoy no se puede vivir en vano la vida de Dios. El Rey Saúl era todo lo contrario al Rey David y en lo que inspiraban a sus siervos.
El hombre de Dios, enteramente preparado en todo, equivale a un conjunto de atributos que le hacían sensible.
¿Qué nos llevaremos al cielo cuando seamos arrebatados?
1 Samuel 13:22
13:22 Así aconteció que en el día de la batalla no se halló espada ni lanza en mano de ninguno del pueblo que estaba con Saúl y con Jonatán, excepto Saúl y Jonatán su hijo, que las tenían.
13:23 Y la guarnición de los filisteos avanzó hasta el paso de Micmas.
Como el Rey Saúl carecía de sensibilidad, buscaba el apoyo del profeta Samuel.
Cuando vemos a hermanos y hermanas que enamoran por su sensibilidad con el Señor, hay que mirarlos para aprender. David fue considerado como lámpara de luz para el pueblo y por ello enamoraba. Al final de sus días sus amigos no quisieron que saliera a pelear pues sabían que el era la lámpara de Israel como tipo de Cristo.
La sensibilidad de Jesús por su Padre era grande en extremo.
Un corazón bajo sensibilidad divina estará siempre conmovido y buscando la limpieza con ansiedad.
La sensibilidad nos lleva a purificarnos en todas las áreas y pasando por los lavacros de aguas preparadas para la limpieza.
La sensibilidad de Juan el Apóstol era tal que cayó encima del costado de Jesús.
La sensibilidad nos limita a que hagamos solo la voluntad de Dios. Un adorador no puede decidir por si mismo sino que Dios intercede continuamente para que los que son suyos sigan siempre a su lado.
Isaías 46:12
46:12 Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la justicia:
Ezequiel 2:1,2 3:22
2:1 Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo.
2:2 Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba.
3:22 Vino allí la mano de Jehová sobre mí, y me dijo: Levántate, y sal al campo, y allí hablaré contigo.