LA ABUNDANCIA DE LA BOCA
De la abundancia de mi boca, cuenta mi vida. Cuanto de la ruina que arrastro o de la gloria que cargo.
Salmos 126:2
Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza; Entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas
ha hecho Jehová con estos.
Todo lo que es nacido de Dios “vence”, nadie puede llamarse guerrero si no tiene un nacimiento de vencedor.
Un buen testimonio nos abre las puertas del cielo. Un mal testimonio arruina una casa entera.
1 Corintios 11:24
Y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; Esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; Haced esto en
memoria de mí.
No creemos el peso de la palabra, que viene a hacer pacto con sus hijos, si pacto no hay seguridad, pues en estos días hay tanta
incertidumbre de las cosas que están por venir.
El fracaso es desobedecer, creerse más que Dios, (esto le pasó a Saúl). Por una sola desobediencia, Dios me puede quitar el
reino. Con un corazón quebrantado y humillado podemos elegirle a Él que nos tome y envíe.
Las lágrimas fuera de tiempo ya no reciben nada. Lo que se ha perdido en el altar del sacrificio ya no se puede recuperar. Un pacto
en el lugar santísimo, ya no tiene vuelta atrás.
Filipenses 4:19
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Tenemos una costumbre de que siempre nos van a salir las cosas bien, por nuestra propia sabiduría, y eso es falso.
Salmos 118:25
O Jehová, sálvanos ahora, te ruego; Te ruego, oh Jehová, que nos hagas prosperar ahora.
El que pacta con Él, ruega en el acto, en ese momento a Dios Padre. Si no hay testimonio no debe haber pacto. Pues nadie es
espiritual si no tiene la palabra de verdad en su boca.