“Se levantó, pues, David, y con los seiscientos hombres que tenía consigo se pasó a Aquis hijo de Maoc, rey de Gat” (1 S. 27:2).
Introducción
Tarde o temprano el ungido tendrá que aprender el arte de la negociación. El empleo de la diplomacia lo ayudará a guardarse para el plan y el propósito de Dios.
David tuvo que tener un acercamiento con Aquis, rey filisteo, para escaparse de la muerte de Saúl. Con el rey de Gat hizo alianza más por razón de supervivencia que por convicción.
La capacidad de relacionarse públicamente con los demás, es clave para que el ungido llegue hasta donde Dios lo quiere. El ungido al entrar en contacto con Aquis, rey filisteo, participaría con él pero no permitiría que las costumbres, conducta y actitudes filisteas influyan negativamente en él.
- La realización
“…nada, por tanto, me será mejor que fugarme a la tierra de los filisteos…” (27:1).
Primero, “dijo luego David en su corazón”. El ungido meditaba todo en su corazón. Antes de tomar alguna decisión los que están ungidos piensan claramente y objetivamente en cualquier paso que darán. El ungido actúa conforme a los dictados correctos del corazón.
Segundo, “al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl”. El ungido tiene que ser realista, no puede ser idealista. David tuvo la revelación de que Saúl no cambiaría hacia él. Su sentencia de muerte por el jurado de la carne, el celo y la envidia en el tribunal de Saúl, estaba ya determinada.
Llegará el momento en que los que tienen el espíritu de David llegarán a la conclusión de que los que están poseídos por el espíritu de Saúl no quieren reconciliación, ni comunicación, sino destrucción. David le habló a Saúl, le pidió comprensión a Saúl, le perdonó la vida a Saúl, pero a pesar de todo el corazón del no ungido estaba enfermo.
Tercero, “nada por tanto, me será mejor que fugarme a la tierra de los filisteos”. Para morir a manos de Saúl, David prefiere arriesgarse a vivir con los filisteos. Muchos del “mundo” son más benévolos con el ungido, que los que han perdido la unción.
David con sus seiscientos hombres (27:2); sus futuros valientes buscó refugio con el rey Aquis de Gat (27:2). Allí estos vivieron con sus familias. David se acompañó con sus dos mujeres Ahinoam jezreelita y Abigail del Carmel (27:3).
De esto aprendemos que el ungido es una persona de principios, familiares; y que ese mismo valor lo transmite en sus colaboradores. Las familias son importantes en el éxito de los ungidos. A la familia se le debe ministrar primero y luego a los demás.
Mientras el ungido estaba seguro en Gat, la noticia le llegó a Saúl, “y no lo buscó más”. Aquí se cumplió lo dicho por el ungido: “y no me ande buscando más por todo el territorio de Israel; y así escaparé de su mano” (27:1). Jamás Saúl y David volverían a tropezarse el uno con el otro.
- La petición
“…Si he hallado gracia ante tus ojos, séame dado lugar en alguna de las aldeas para que habite allí…” (27:5).
David había caído en gracia con Aquis el rey filisteo. A los ungidos Dios los pone en gracia dondequiera que van. Por la gracia los ungidos se dan a conocer; se ganan el corazón de otros; se les abren las puertas; son ayudados en sus necesidades.
La gracia bendijo a José el patriarca con una túnica de colores regalada por su padre Isaac.
La gracia sacó a José de la cisterna y lo puso como administrador en la casa de Potifar.
La gracia promovió a José en la cárcel, lo sacó de allí y le puso como segundo después de Faraón.
La gracia hizo que Ester ganara un certamen de la “Señorita Persa del Año”. Por esa misma gracia entró al patio del rey Asuero y este le extendió su báculo de oro garantizándole su vida.
La gracia es el ascensor por el cual suben alto hombres y mujeres, que han sido ungidos para servir en el cuerpo de Jesucristo.
La gracia es la llave que abre las puertas para que los ungidos puedan entrar a la sala de las oportunidades de Dios.
Los ungidos tienen gracia, Dios los pone en gracia y saben aprovechar la gracia. David le pidió a Aquis permiso para habitar en alguna de las aldeas.
Al ungido el rey Aquis le dio trato de persona muy importante. Lo recibió como huésped diplomático en la ciudad real (27:5).
Leemos: “Y Aquis le dio aquel día a Siclag, por lo cual Siclag vino a ser de los reyes de Judá hasta hoy” (27:6). David pidió lugar en alguna aldea, pero la gracia de Dios en él hizo que el rey Aquis, le diera la ciudad de Siclag. Dos años atrás, el ungido ante el rey Aquis se fingió loco, dejando la baba correr por su barba. Cuando se manifiesta la gracia ya no se necesita dejar la baba corriendo por la barba.
Por causa de la gracia Dios permite que los ungidos reciban más de lo que pidan y de los que necesitan. Lo que un ungido recibe por gracia nadie se lo puede quitar. El cronista declaró: “… por lo cual Siclag vino a ser de los reyes de Judá hasta hoy”. La bendición de David pasó también a sus sucesores.
III. La actividad
“…y esta fue su costumbre todo el tiempo que moró en la tierra de los filisteos” (27:11).
En Siclag, ciudad filistea, David y sus hombres habitaron un año y cuatro meses (27:7). Dios sabía que el ungido necesitaba tiempo y privacidad y por eso le dio esta ciudad.
Mientras el ungido estuvo en Gat, con sus hombres se mantuvo ocupado realizando incursiones y asolando a los gerusitas, los gezritas y los famosos amalecitas (27:8). David le daba muerte a estos enemigos y tomaba sus despojos.
Los ungidos le infligen castigo al enemigo y se apoderan de sus bienes. Ensayarán con cosas pequeñas lo que un día serán cosas grandes.
Aquis le preguntaba a David: “¿Dónde habéis merodeado hoy?” (27:10). El mundo siempre estará interrogando a los ungidos para saber qué están haciendo. Con el mundo se coexiste, pero no se convive.
David se cuidaba de que sus actividades privadas, no fueran a llegar a los oídos de Aquis. Hay cosas que hace el ungido privadamente que no pueden darse a conocer públicamente.
Por otra parte el enemigo se equivoca con los ungidos y los quiere hacer sus servidores. Aquis decía: “El se ha hecho abominable a su pueblo de Israel, y será siempre mi siervo” (27:12).
El mundo también se equivocará con los ungidos, muchas veces creerá que los suyos ya no los quieren y se propondrá hacerlos sus servidores para siempre.
Conclusión
(1) El ungido es muy calculador en su conducta, cuidándose mucho. (2) El ungido busca que la gracia de Dios se manifiesta en su vida. (3) El ungido en territorio enemigo se comportará con prudencia y sabiduría.
Kittim, S. (2002). David el ungido – sermones de grandes personajes bíblicos : Kittim, Silva (161). Grand Rapids, Michigan, EE. UU. de A.: Editorial Portavoz.