LA AMISTAD
Dios nos es Dios de masas. Dios existe para ser honrado. El que sacrifica alabanza me honrará. La vida de los verdaderos
“nacidos de nuevo” es una vida de sacrificio por Él.
Los sacrificios que derivan en benevolencia, son los que alcanzan la amistad de Dios.
Los vasos de madera y de barro no son vasos de honra. Estos no se sacrifican pues temen perder de lo suyo.
De cara al mundo, nos diferencia de los demás tener una familia de la fe.
Yo confiaré en aquel que da las cosas, y no en las cosas propiamente.
1ª Timoteo 6:18
Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos
Mientras damos, el Señor abre de su abundancia. El dejar huella es aprender a dar. Él Padre dejó huella dándonos a Jesús.
La amistad del Espíritu es con los que han aprendido a darse. El espíritu del mundo, está en nuestra mente, y a menos que el
Espíritu Santo entre en nuestros pensamientos no seremos libres.
La palabra discípulo quiere decir también, que hasta la muerte vivo en disciplina.
Tabita, también llamada Dorcas, murió siendo discípula, hasta el final. Toda la obra que hizo en vida le fue recompensada al morir,
pues muchos tenían convicción de la fe y sus buenas obras.
La iglesia verdadera es la que tiene virtudes. Los virtuosos son, los hambrientos de la amistad y de la paz.
Salmo 25:14
La comunión intima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto.
El servicio agrada desde los pequeños a los grandes. Cuando los padres crecen con la enseñanza, los hijos subirán con este reflejo
de servicio de sus padres.
La palabra es un mástil a nuestro lado, que nos endereza.
Comunión no es rezar, ni tomar la santa cena, es buscar la amistad perfecta.
Las almas consagradas que buscan la amistad, consiguen dejar huella en aquellos in conversos que le conocen.
La comunión intima, está con aquellos que le buscan. La benevolencia contempla un gran abanico de tratos distintos.
Juan 11:5
Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro.
Queremos una iglesia poderosa en todas la áreas, pero no queremos que nos señalen y nos demanden.
Sin santidad nadie verá al Señor.
Jesús amaba tantísimo a Lázaro y a sus hermanas, pero aun así permitió un compás de espera, desde que enfermó, murió y lo
visitó.
Cuanto mayor es la prueba, mayor será la gloria manifestada. Según lo que pasemos, así verán nuestra amistad de firme. Parece
que cuanto más necesitaba Lázaro a Jesús, se demoraba más que nunca en acudir a su lado.
La amistad es luz en nuestro caminar, y hace que no nos invada la muerte y oscuridad.