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La carne de cerdo y el cáncer

La carne de cerdo y el cáncer

Uno de los grandes inconvenientes de la carne en general, cada vez más demostrado, es que su consumo habitual aumenta el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer. Este riesgo es especialmente alto en relación con la carne de cerdo o de sus derivados.

La carne poco hecha produce menos riesgo, pero más de infección. La carne de cerdo sin curar y poco cocinada es la que menos riesgo de cáncer presenta, pero tiene el inconveniente de contener más gérmenes patógenos y más parásitos vivos.

Los Hot Dogs y el cáncer infantil: En la escuela de Salud Pública de la Universidad de California del Norte (E.E.U.U.), se han estudiado 234 casos de cánceres infantiles, con los siguientes resultados: los niños que consumen uno o más hot dogs de cerdo por semana tienen un 210% más de riesgo de padecer tumores cerebrales. Las mujeres embarazadas que consumen uno o más hot dogs por semana, se exponen a un 230% más de riesgo de que sus hijos padezcan tumores cerebrales.

Según un estudio avalado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) en el que participaron medio millón de personas de diez países de Europa:

Durante más de diez años, unas 500.000 personas de diez países europeos se sometieron a cuestionarios para conocer la relación entre sus hábitos alimentarios, consumo energético, ingesta de fibra, de alcohol y tabaco, entre otros aspectos, y el desarrollo de patologías como el cáncer de colon.

Los resultados del estudio confirmaron la hipótesis que circulaba desde hace tiempo entre la comunidad científica: la relación directa entre el consumo de carnes rojas y el aumento del riesgo de padecer cáncer colorrectal.

En concreto, los datos del estudio corroboran que aquellas personas con un consumo diario de carne roja superior a 160 gramos (un bife grande aproximadamente), incrementaron hasta un 35% las probabilidades de desarrollar una neoplasia colorrectal, en comparación con quienes comieron sólo 20 gramos al día.

 

 La alta ingesta de carne de cerdo fue la que comportó un mayor riesgo de padecer esta patología, por encima de la carne de vaca, ternera y de cordero. Sin embargo, la carne de pollo es la única que no demostró una relación directa con una mayor predisposición a sufrir esta grave enfermedad.

¿Qué Dice la Biblia acerca de la carne de Cerdo?

La Biblia dice en Deuteronomio 14:3-8 :

«No comas abominación alguna. He aquí los animales que comeréis: el buey, la oveja y la cabra; el ciervo, la gacela y el corzo; cabra montés, el antílope, el búfalo; la gamuza; todo animal que tenga la pezuña dividida y el pie hendido y rumie; pero no comeréis… EL PUERCO, QUE TIENE LA PEZUÑA HENDIDA, PERO NO RUMIA, ES INMUNDO PARA VOSOTROS. NO COMERÉIS SUS CARNES…»

El metabolismo del cerdo excreta una mínima parte de los productos de deshecho, con lo cual la mayoría se queda almacenado en su grasa. Estas sustancias son toxinas que el organismo humano acumula si lo consume. También es el responsable de los brotes de gripe en aquellas poblaciones consumidoras del mismo. Dios, en su Eterna Sabiduría, nos aconseja que no lo consumamos, por estos motivos físicos.