La construcción se reanuda y concluye Esdras 5:1–6:22

LA EDIFICACIÓN REANUDADA 5:1–2

Hageo y Zacarías fueron contemporáneos de Zorobabel y Jesúa. Cuando se detuvo la construcción del templo por tanto tiempo, esos profetas se procuparon mucho, y con exhortación y profecía animaron al remanente fiel a seguir adelante con el trabajo (Esdras 5:1; Hageo 1:7–8 y Zacarías 1:16). Como resultado del ministerio de esos fieles siervos de Dios, Zorobabel, Jesúa y los profetas de Dios, se comenzó a reedificar la casa de Dios (5:2).

PROTESTA POR LA EDIFICACIÓN 5:3–4

Una vez que se reanudó la construcción, vino Tatnai gobernador del otro lado del río, juntamente con Setar-boznai y sus compañeros, para interrogar a los edificadores acerca del trabajo que desempeñaban. Tatnai era gobernador de una región que abarcaba toda Palestina y Siria. No se ha de confundir su autoridad con la de Zorobabel. Éste sólo gobernaba sobre Judá. Tatnai estaba actuando bien, de acuerdo con la situación prevaleciente en Persia en aquel entonces. Durante la primera parte del reinado de Darío hubo mucha turbulencia política, por lo que se podría creer que el edificio que los judíos levantaban sería usado en una rebelión contra del imperio. Tenían dos preguntas: (5:3–4)

  1. “¿Quién os ha dado orden para edificar esta casa y levantar estos muros?” (5:3b)
  2. “¿Cuáles son los nombres de los hombres que hacen este edificio?” (5:4)

Esdras no dio respuesta a esas preguntas allí mismo, sino que las incluyó como parte de una carta que las autoridades persas enviaron al rey Darío (5:11).

CONCESIÓN OTORGADA 5:5

Probablemente Esdras no registra toda la conversación que hubo entre los dos grupos. De modo que no se sabe si los judíos pidieron permiso para seguir trabajando o si Tatnai tomó la iniciativa para extenderlo. Lo que sí es cierto es que Dios intervino.

“MAS LOS OJOS DE DIOS ESTABAN SOBRE LOS

ANCIANOS DE LOS JUDÍOS, Y NO LES HICIERON

CESAR HASTA QUE EL ASUNTO FUESE LLEVADO A

DARÍO” (5:5).

No sabemos cuánto tiempo duró el viaje y la investigación, pero cuando menos se llevó algunos meses. De modo que la concesión de seguir trabajando permitió que se lograra un gran progreso en la construcción. Lo que tenemos aquí es otra evidencia de “la buena mano de Dios” que estaba sobre ellos (Esdras 7:6, 9, 28; 8:18, 22, 31).

¡PENSEMOS!
¿Qué papel tuvieron los profetas Hageo y Zacarías para que se reanudara la reedificación de la casa de Dios? ¿Qué pasó poco después de reanudarse la edificación? ¿Quién era Tatnai? ¿Sobre qué países era gobernador? ¿Cuáles fueron las dos preguntas que hicieron a los judíos? ¿Por qué tenía razón Tatnai en preocuparse por la construcción? ¿Cuál fue la concesión dada a los judíos? ¿Cuál era la expresión que Esdras usaba con frecuencia para reconocer el favor de Dios sobre su pueblo?

UNA CARTA PARA EL REY DARÍO 5:6–17

Tatnai, Setar-boznai, y sus compañeros los gobernadores que estaban al otro lado del río, enviaron una carta al rey Darío. Esdras registra el hecho de que lo que él escribe en su libro es una copia de esa carta (5:6). Sus puntos más sobresalientes fueron:

  1. La investigación hecha de parte de Tatnai y sus acompañantes (5:8a).
  2. El progreso hecho en la reconstrucción. Estaba bien adelantada y se hacía con prisa (5:8b y c).
  3. Hace referencia a las dos preguntas hechas a los judíos (5:9–10).
  4. La respuesta de los judíos (5:11–16).
  5. No dieron sus nombres. Dijeron que eran siervos del Dios del cielo y de la tierra (5:11a). Vea el comentario de 1:2 bajo el título “el Decreto”.
  6. Mencionaron la reedificación de la casa que el gran rey de Israel (Salomón) había terminado (5:11c).
  7. Reconocieron que el pueblo judío había sido llevado cautivo a Babilonia porque sus padres habían provocado la ira del Dios de los cielos (5:12).
  8. Incluyeron el hecho de que en su primer año, Ciro había dado orden para la reedificación de la casa de Dios (5:13).
  9. Relataron que Nabucodonosor había llevado a su templo en Babilonia los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, y que Ciro los había devuelto para ser llevados de regreso a la casa de Dios (5:14–15).
  10. Añadieron que cuando llegó, Sesbasar puso los cimientos de la casa de Dios, y desde entonces y hasta ese momento, la construcción se había llevado a cabo, pero aún no estaba terminada (5:16).
  11. Pidieron al rey que buscara en los archivos de los tesoros del rey en Babilonia para ver si era cierto que Ciro había dado orden para la reconstrucción de la casa de Dios e informarles de su voluntad (5:17).

LA RESPUESTA DEL REY DARÍO 6:1–12

Bajo orden del rey buscaron en la casa de los archivos en Babilonia, pero no se halló el documento (6:1). Entonces se hizo una investigación en Acmeta, y allí sí se encontró el libro que contenía la información (6:2). Acmeta (también Ecbatana) es la actual Hamodán, que se encuentra en el camino entre Bagdad y Teherán. Dista unos 500 kilómetros al noreste de Babilonia. El documento se encontraba allí porque es donde el rey Ciro pasó el verano cuando publicó el decreto. El contenido pertinente es como sigue:

  1. La orden de Ciro para la reedificación de la casa de Dios en Jerusalén como lugar para ofrecer sacrificios (6:3a).
  2. Las medidas y los materiales del templo (6:3b–4a). Había de tener sesenta codos de altura y sesenta codos de anchura (27.7 metros, 6:3b). Habían de colocar tres hileras de piedras grandes, y una de madera nueva (6:4a y 1 Reyes 6:36).
  3. Se otorgaba un subsidio del gobierno para la reedificación (6:4b).
  4. La devolución de los utensilios de oro y de plata y la colocación de ellos en su lugar (6:5). Los detalles acerca de las medidas, los materiales, el gasto, y la colocación de los utensilios del templo en su lugar no se encuentran en la proclamación de Esdras 1:2–4, pero son propios de un documento oficial.

LAS INSTRUCCIONES DEL REY 6:6–12

Al finalizar el informe, el rey Darío dio órdenes referentes al trabajo. Tatnai y sus colegas debían de alejarse de allí (6:6) y dejar que el gobernador de los judíos y sus ancianos reedificaran la casa de Dios en su lugar (6:7).

Ordenó también que los gastos fuesen sufragados del tributo del otro lado del río y que fuesen dados puntualmente para que no cesara el trabajo (6:8).

Además, debían proveer todo lo necesario para los sacrificios “agradables al Dios del cielo” de acuerdo con las instrucciones de los sacerdotes en Jerusalén (6:9–10). Las instrucciones detalladas en cuanto a los materiales para la adoración da la idea de que Darío consultó con algunos judíos para redactar esta parte de su respuesta.

UNA ADVERTENCIA 6:11–12

El rey Darío pronunció una sentencia drástica en contra de cualquiera que alterara su decreto. Sería ahorcado sobre un madero arrancado de su propia casa y su casa sería convertida en muladar por eso (6:11). El rey también declaró que cualquier rey o pueblo que pusiera su mano para cambiar o destruir esa casa de Dios sería destruido (6:12).

Esa maldición se ha cumplido en cuando menos tres ocasiones. Antíoco Epífanes profanó el templo en 168 a.C., y murió loco tres años después; Herodes, quien añadió mucho al templo para su propia gloria, murió comido por gusanos (Hechos 12:20–23); y los romanos, que destruyeron el templo en 70 d.C., después sufrieron la pérdida de su imperio.

¡PENSEMOS!
¿Dónde se encontró el documento que contenía el decreto de Ciro acerca de la reedificación de la casa de Dios? ¿Por qué estaba allí y no en Babilonia? ¿Qué detalles contenía el libro que no estaban en el decreto publicado por el rey Ciro en Esdras 1:2–4? ¿Qué instrucciones dio el rey Darío a Tatnai y sus colegas? ¿Qué sentencia pronunció el rey en contra de quien alterara el decreto? ¿De qué manera se ha cumplido la maldición sobre quienes han cambiado o destruido el templo?

CONCLUYE LA CONSTRUCCIÓN 6:13–15

Tatnai, Setar-boznai y sus compañeros acataron puntualmente las órdenes del rey (6:13), y los ancianos de los judíos siguieron edificando y prosperando, animados por las predicciones de los profetas Hageo y Zacarías (6:14a)

Es muy interesante la frase que Esdras usa en 6:14b para registrar el hecho de que la edificación se terminó. Primeramente hace bien en decir que fue “por orden del Dios de Israel”. Si bien es cierto que los reyes intervinieron, fue el Dios soberano el que lo controlaba todo. Menciona a tres reyes, Ciro, Darío y Artajerjes, y en este versículo no especifica la terminación de la casa de Dios. De modo que es posible que hace referencia a la construcción entera, la del templo y la del muro. El muro no se terminó al mismo tiempo que el templo, pero cuando Esdras escribió el libro, ambos estaban terminados. En este caso, hace bien en incluir el nombre de Artajerjes, porque él dio órdenes referente a la construcción del muro pero no sino hasta después de la terminación de la casa de Dios.

En el versículo 15, sí menciona específicamente la casa de Dios, y dice que fue terminada en el tercer día del mes de Adar en el sexto año del reinado del rey Darío (6:15). Esa fecha corresponde al 12 de marzo de 515 a.C.

DEDICACIÓN DEL TEMPLO 6:16–18

Una vez terminada la edificación de la casa de Dios, fue dedicada con gozo. Ese acto de júbilo fue dirigido por los sacerdotes y los levitas, y participó todo el remanente que había regresado (6:16). Fueron ofrecidos animales apropiados en expiación por todo el pueblo (6:17). Una comparación ligera entre el número de animales sacrificados en esta ocasión con los que fueron sacrificados en la dedicación del templo de Salomón, demuestra la pobreza en que se encontraba el pueblo en esta dedicación (compare 6:17 con 1 Reyes 8:63).

Los doce machos cabríos representaban las doce tribus de Israel (6:17). Este detalle es interesante en vista del hecho de que la mayoría de los que regresaron eran de las tribus de Judá y de Benjamín (1:5). Pero ellos querían reflejar la unidad nacional que un día será realidad (Ezequiel 37:15–22). Los sacerdotes fueron puestos en sus turnos y los levitas en sus clases, para que sirvieran a Dios en Jerusalén, de acuerdo con lo escrito por Moisés (6:18, y Números 3:5–10 y 8:5–14).

CELEBRACIÓN DE LA PASCUA 6:19–22

El templo fue terminado el tercer día del último mes del calendario judío (6:15) y no perdieron tiempo para restaurar una de las fiestas más importantes de su vida nacional. A los catorce días del primer mes celebraron la pascua (6:19), recordando así la mano poderosa y misericordiosa de Jehová que había librado a sus padres de la esclavitud egipcia y a sus primogénitos de la muerte. La celebración de esa fiesta era ordenanza de Dios (Éxodo 12:1–14). Hacía setenta años que no habían tenido semejante privilegio. De modo que su gozo fue muy grande. Los sacerdotes y los levitas se habían purificado para la ocasión, y sacrificaron la pascua por todos los hijos de la cautividad, y por sus hermanos los sacerdotes, y por sí mismos (6:20). Los que se habían apartado de las inmundicias de las gentes de la tierra también comieron la pascua. Puede ser que esto se refiere a los gentiles que vivían en Judea o más probablemente a judíos que no habían sido llevados cautivos (6:21).

Celebraron también la fiesta de los panes sin levadura durante siete días. Esto se hizo igualmente por mandato de Dios (Éxodo 12:15–20). La levadura era símbolo de corrupción y pecado (Levítico 2:11 y 1 Corintios 5:7–8). La celebraron también porque Jehová los había alegrado, y había vuelto el corazón del rey de Asiria hacia ellos (6:22). La referencia al rey de Asiria no es muy clara. Es posible que se refiera a Darío, cuyo territorio incluía Asiria.

¡PENSEMOS!
¿Cómo reaccionaron Tatnai y sus compañeros a las órdenes del rey? ¿En qué fecha se completó la edificación de la casa de Dios? ¿Por qué ofrecieron los animales mencionados en 6:17? ¿Cuál es el simbolismo de los doce machos cabríos? ¿Por qué celebraron las fiestas de la pascua y los panes sin levadura? ¿Qué simbolismo tienen?

Collins, A. (1997). Estudios Bı́blicos ELA: La soberanı́a divina en acción (Esdras y Ester) (28). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.