La Espada – Predicas Cristianas

Predicas Cristianas | Estudios Biblicos

 

Estaba orando pidiéndole al Señor que me diera el mensaje para traer esta semana, y leía y leía la palabra pero nada en si me estaba hablando. Entonces me dije a mi mismo: “déjame poner todo esto a un lado por un rato y quizás después el Señor me hablara.”

Pero fue en ese mismo instante que el Señor me habló; en el mismo instante que me dije: “déjame poner la Biblia a un lado y descansar y quizás luego la lea otra vez,” Dios me hablo. Déjenme decirles que este es el mensaje de hoy.

En otras ocasiones hemos hablado acerca del poder de la oración y su importancia, pero hoy vamos a hablar acerca de nuestra espada. ¿Cuantos trajeron sus espadas hoy? ¿Se les olvido armarse antes de salir de sus casas? ¿Que es la espada del espíritu?

La espada es la Biblia, la espada es la palabra de Dios (Efesios 6:17). Manteniendo esto en mente vamos ha tomar nuestras espadas en mano y busquemos:

Mateo 10:34 – No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada.

Prestemos mucha atención a esto aquí. Jesús vino al mundo, tomo el cuerpo y semejanza de un hombre, pero más importante que todo Él vino con un propósito. Él no vino simplemente por venir; Él vino ha combatir al diablo. Él vino a traernos la salvación, para liberarnos de las manos de satanás. Él dio su vida por nosotros en la cruz para que pudiésemos ser salvos. Pero todo esto son principios básicos Cristianos. Todos sabemos que Él murió en la cruz por nuestros pecados, pero ¿sabemos los que nos dejo? Como les dije anteriormente, Él no vino por venir, Él vino a combatir al enemigo, a derrotarlo por nosotros. Él no vino para complacer a la muchedumbre, puesto que esto hubiese sido fácil de hacer. Él vino a combatir los poderes de las tinieblas. Él no vino con un acuerdo de paz para satanás, Él vino armado y preparado para la batalla. “No he venido para traer paz, sino espada,” Él vino con la espada que es la palabra de Dios.

Cuando puse mi Biblia a un lado y me dije la leeré después, el mensaje fue claro y oído bien alto. Lo que sucede es que muchos de nosotros hacemos eso exactamente. Tenemos el arma más poderosa en el universo, la única arma con la cual nos podemos defender contra los poderes y potestades de las tinieblas, pero la tenemos tirada a un lado. Quizás la leemos el domingo cuando vamos a la iglesia, pero si no es por eso, pues la tenemos tirada a un lado cogiendo polvo, y lo más importante desafilándose. Hermanos si no usamos nuestra arma, entonces se desafila. ¿Cuantos aquí han usado una cuchilla de afeitar usada? Les hablo de una cuchilla que esta tirada a un lado después de ser usada. Estoy muy seguro que no fue una experiencia muy agradable, yo me atrevo a decir que fue una experiencia dolorosa.

Lo mismo aplica a la palabra de Dios. Si la tenemos tirada a un lado, si la leemos una vez a la semana, entonces se vuelve dolorosa. Dolorosa en el sentido de que en realidad no entendemos lo que estamos leyendo, pero eso es porque no hemos tomado el tiempo de entenderla. En la palabra de Dios podemos encontrar las repuestas a cualquier situación que pueda surgir, con la palabra de Dios podemos combatir los ataques de satanás y sus demonios. Pero sin la palabra de Dios estamos derrotados. ¿Como podemos pretender defender el reino de Dios si no estamos armados? ¿Como nos vamos a defender nosotros contra satanás? No existe manera posible que lo podamos hacer sin la palabra. Jesús nos dice:

Mateo 10:35-36 – Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; 36 y los enemigos del hombre serán los de su casa

Si nos ponemos a pensar sobre esto, esto es bien alarmante. Preguntémonos, ¿Vino Él ha ponernos en guerra con nuestras familias? Es bien obvio que cuando seguimos a Jesús empezamos a recibir su paz, amor y sus bendiciones (Juan 14:27). Pero entonces, ¿qué quiere decir todo esto? Vamos a pensar en esto un momento. ¿Se puede alguien recordar de haber sido humillado y ridiculizado? ¿Se puede alguien recordar de que se haya hablado de nosotros de una manera derogatoria o ofensiva por nuestros amigos y familiares simplemente porque decidimos seguir a Jesús?

Yo si me puedo recordar de haber perdido amigos y haber echo enemigos de otros por haber aceptado a Jesús como mi salvador personal. Les puedo decir que se me ha llamado desde un religioso hasta un fanático loco y todas las demás cosas que existen en el medio. Pero ven, yo se que no eran ellos diciendo esas cosas, eran los demonios tratando de atacarme con todo lo que el tenían. ¿Como puedo estar seguro de esto? Fácil, como dije, las respuestas a todas las preguntas están en la palabra de Dios.

Mateo 16:21-23 – Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. 22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. 23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: !Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

En el desierto Jesucristo escucho el mensaje de Satanás; el demonio le dijo que Él podía tener cosas gloriosas y que no tenia que morir. Satanás le ofreció todos los reinos de la tierra si solamente Él le alabara, pero Jesús combatió la batalla con la palabra de Dios. Si analizamos estos versículos aquí detalladamente, vemos que ahora Él estaba oyendo básicamente el mismo mensaje que había recibido de satanás en el desierto, pero esta vez estaba saliendo de la boca de Pedro. Jesús supo inmediatamente que no era Pedro diciendo estas cosas, sino que satanás había puesto este pensamiento en su cabeza. Satanás estaba usando el amor que Pedro sentía por Jesús, puesto que ningún apóstol quería que Jesús fuese matado, así que satanás uso esto para tentar a Jesús una vez más. Pero Jesús uso la espada, la palabra de Dios, lo reprendió. Porque Él sabia que tendría que morir para que el mundo pudiese ser salvo. El diablo usara la misma estrategia con nosotros, el usara el amor que sentimos por nuestros familiares y amistades para tratar de separarnos de Dios. Si no tomamos el tiempo de conocer la palabra de Dios, será muy fácil dejar de seguir a Jesús. Es bien fácil no pelear, pero nosotros tenemos un arma secreta, tenemos la espada dejada atrás por nuestro Señor Jesucristo. Tenemos la palabra de Dios para defendernos de esos ataques, y ¿saben que? Tenemos que aprender rápidamente como usarla y usar su poder. Cada vez que somos atacados tenemos que usar nuestra espada y responder con la palabra de Dios. Tenemos que decir: Satanás tu estas tratando de confundirme, pero yo se la verdad.

Lo mas lindo de esta arma es que satanás sabe que existe y que el no tiene nada en su arsenal con lo que el pueda ganarle. Pero si no sabemos usar la espada, pues no nos podremos defender con ella. Cuando los soldados son mandados a la guerra, a ellos no solamente se les dan las armas y los mandan. Los soldados tienen que pasar un riguroso entrenamiento. A ellos se les enseña como marchar, nosotros aprendemos ha caminar en Cristo. A ellos se les enseña como usar sus armas, nosotros aprendemos ha usar la palabra de Dios. Nosotros también tenemos que pasar por un entrenamiento riguroso sino pues entonces no podemos ser usados. Si no sabemos lo que el Padre nos esta diciendo, no podremos montar una buena ofensiva. Déjenme decirles que todo lo que tenemos que hacer es leer un periódico o oír las noticias y veremos las cosas horribles que están sucediendo en el mundo. Es tiempo de montar una buena ofensiva, es tiempo de sacar nuestras espadas de la funda y entrar en la batalla. Satanás y sus demonios no están descansando, ellos están en el mundo operando cada hora de cada día tratando de destruir lo que Dios ha creado. Tratando de robarse el regalo más grande del universo cual es nuestra salvación. Si no empezamos ha usar nuestras espadas con autoridad seremos derrotados.

Existen tantas maneras por la cual el diablo trata de robarnos nuestras salvación que nos es fácil de contar. Quiero mencionar una, la religión. Existen un gran número de sectas y religiones en el mundo. ¿Creen que es por coincidencia? No es así. Estas están puestas en el mundo por el mismo satanás para tratar de robarle la gloria a Dios y para robarnos nuestra salvación. Yo no se cuantos de ustedes han tomado el tiempo de escuchar a esas personas cuando les vienen a hablar, pero suenan bien convencedoras.

Casi nunca dicen nada que suena malo, ellos traen un mensaje de paz y amor; pero mi punto es que si no conocemos la palabra de Dios, si no hemos tomados nuestras espadas en mano, esos demonios nos pueden confundir fácilmente. A mi me gusta mucho escucharles, suenan tan confiados de si mismo, pero entonces, cuando yo saco mi espada de su funda, cuando la tomo en mano firmemente y la uso, las cosas empiezan a cambiar. Empiezan a frustrarse porque se dan cuenta que yo tengo la espada en mano y que ellos no tienen nada con lo cual combatir. Lo que Pedro le dijo a Jesús no era malo, el no quería que Jesús fuese matado. Pero Jesús sabia que era la voluntad de Dios de que sufriera por estas cosas. Jesús no titubeo porque Él conocía el poder de la espada. La palabra de Dios trae sanidad, nos trae prosperidad, nos da esperanza, nos libra de las angustias y nos protege de los ataques del enemigo. Nuestra espada es tan poderosa que yo no puedo ni siquiera empezar a describir todas las cosas grandiosas y bellas cuales pueden ser echas con solamente usarla con autoridad.

Para concluir.

Jesucristo mismo quiere que nos armemos (Lucas 22:36). Él le dijo a sus discípulos que se armaran con espadas, porque Él sabia que pasarían por pruebas y tribulaciones, más o menos de la misma manera que las pasmos hoy en día. Tenemos que armarnos con la palabra de Dios si vamos ha ser Cristianos exitosos. La palabra no nos hace de ningún bien si la tenemos tirada colectando polvo y leyéndola solamente una vez por semana. Es algo que tenemos que leer todos los días. Es un arma muy poderosa, pero si no la sabemos usar ¿de que nos sirve? Es hora de sacar nuestra espada de su funda y afilarla. Es hora de sacar la espada de su funda y usarla con la autoridad que Jesús nos ha dado. Si no estamos leyendo y predicando la palabra de Dios, sino estamos usando el arma más poderosa en el universo, entonces le estamos diciendo a Dios que no la necesitábamos. Le estamos diciendo a Dios que no necesitábamos a Jesucristo para ser salvos. Estamos tirando todo regalo que Dios nos ha dado en la basura. Dejemos que hoy sea un día nuevo para todos, empecemos a usar nuestra espada. Es hora de:

Óseas 10:12 – Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia. 

 

 

Para mí esto fue una gran enseñanza, a pesar de leer las escrituras, recibir predicas cristianas, estudios bíblicos y el haber escuchado mensajes cristianos de sana doctrina, aún no habían hablado profundamente a mi interior.  La conducta de mi hermana redarguyó mi corazón y me propuse a cambiar en este aspecto.  Por eso es que traigo a reflexión el cambio de nuestras vidas  en Cristo, esta es la actitud correcta de un siervo  de Dios, sin distinción de sexo,  que con su ejemplo transforme  vidas.

Otro enseñanza de Jesucristo son sus palabras,  v10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.

Cuidemos lo que hablamos, y como lo decimos, recordemos que nuestras palabras salen del corazón, ¡Ah!  ¿Qué tenemos guardado ahí?, cuando somos expuestos a situaciones desagradables, es donde verdaderamente demostramos lo que mora dentro de nosotros, aquí brota de nuestra boca el fruto del espíritu o las malas palabras, las asperezas, etc.

Nuestros palabras tienen poder para dar  vida o muerte, lo dice Proverbios 18:21, ellas son como una semilla que da frutos buenos frutos o malos frutos, el efecto que nuestras palabras pueden transformar vidas para bien o destruirlas con una simple frase “no servís para nada”, a veces hasta la decimos a nuestros hijos, y dejamos esta huella en ellos, etc.  Otra mala actitud que debemos eliminar como cristianos es  el chisme, Prov. 11:13, esto aún persiste en muchos, es muy destructivo que hasta congregaciones enteras se han dividido, no nos percatamos que nuestro adversario gana ventaja en esto.

Otros  tenemos la costumbre de ser inconforme,  murmuramos de todo, siempre hay una crítica, hay algunos que no trabajan en la obra de Dios, pero sí critica a su hermano. Jesús confrontó a la gente y le hizo ver su pecado  y el que oía su palabra era transformado, si quiero contribuir para mejorar  algo que según  mi razonamiento alguien lo está haciendo mal, no logro nada con expresárselo a la persona incorrecta, porque no me ayudara a solucionar el problema que observo, o simplemente algo que no es de mí agrado, como Cristianos no participemos en  escuchar este tipo de comentarios a hermanos o amigos aprobando su conducta, aconsejemos con lo que nos enseña la palabra de Dios, es ponerse de acuerdo con su hermano o reconocer que fallé y pedirle perdón, esta actitud  es sabia y demostraremos que somos personas diferentes; Cristianos transformados que no se entrometen  en asuntos ajenos o que no son de provecho.

Jesús también nos dio ejemplo con sus obras v12 De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará  también.  Que precioso es saber que Dios, por su gracia infinita repartió a cada uno de sus hijos dones para provecho personal y para que obremos en favor de nuestro prójimo, con sanidades, evangelizando, llevando mensajes cristianos, sirviendo, haciendo misericordia, etc.

Conclusión:

Para finalizar queridos hermanos, es cierto que Dios ha bendecido a algunos con un carácter alegre, otros por circunstancias de la vida han sido amargados, enojones, pero definitivamente El Cristiano, debe reflejar el fruto del espíritu, no los tipos de carácter que clasifica el hombre natural como carismático, colérico, etc.

Algunos dicen es que así es mi carácter hermano, ¡¡NO!!, el cristiano nacido de nuevo produce fruto del espíritu, que es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, somos libres de expresarlos en toda nuestra manera de vivir  y  no tenemos  ley que lo impida.

La transformación de nuestra vida solo es posible con la ayuda del Espíritu Santo que mora en nosotros, mediante estudios bíblicos de la palabra de Dios, mensajes cristianos, así como  una vida devocional diaria con Dios.

Examinémonos si verdaderamente conocemos a Jesucristo, que no es lo mismo tener muchos años de haberle recibido, nuestra manera de vivir la vida cristiana revela si verdaderamente le conocemos, y le conocemos si vivimos  conforme a los mandatos divinos, con temor reverente, así mismo recordemos que en nuestra vida presente primero somos cristianos, luego ciudadanos de este mundo, hemos sido salvos para  servir de bendición a la gente, no seamos indiferentes somos colaboradores de la obra de Dios, es necesario que reconozcamos el don que Dios nos ha dado para que obre a través de nosotros por medio de su santo y bendito espíritu.