LA GLORIA DE DIOS CORRIGE LAS MENTES

La Gloria de Dios corrige las mentes que emocionalmente están en desequilibrio. Dejarse de toda propia opinión. Jesús tenía misericordia siempre. Tanto de los enfermos, hambrientos, perdidos, como aquellos sabios en sí mismos. Para superar los ataques de Satanás hacia su propio ministerio siempre estaba en continua oración. La Luz y la Oración combaten la maldad. El alma es el ser natural, el ser espiritual es la naturaleza de Dios.
 
La palabra de Verdad comunica a nuestro espíritu los pasos para evolucionar en Dios. El hombre carnal no solo se refleja en la carne, hay una parte escondida que sólo el Espíritu escudriña y redarguye. Todos menos el Hijo de Dios fuimos concebidos en pecado. El pecado se encuentra tanto en el alma como en el cuerpo.
 
En el interior (alma) se concibe el pecado y este da a luz toda la maldad. El pecado trastorna y enferma lo físico. El peor trastorno que afecta gravemente hoy, es el pecado de la queja “… no os quejéis para que no seáis condenados”, esto quiere decir que la queja revuelve el interior y lo distancia de la luz de la Verdad. Personas que empiezan con problemas y no saliendo de él, llaman a otro problema y cada vez lo alimentan de sentimientos, se vuelven carnales, perdiendo todo lo divino. En Dios no debemos dar por perdido a nadie.
 
NO es lo mismo que Dios habla de verdad por intuición que, que lo haga mediante nuestros presentimientos, corazonadas, etc. El Hijo se convirtió en la parte sufriente de la trinidad. De ahí todo el privilegio que se le da en los cielos.  Si queremos imitar la trinidad, solo se nos permite la imitación en humildad, santidad etc, de Jesús. El parecido jamás será en la carne. Por la fe andamos y lo imitamos.
 
Controlando todas las traducciones que se han hecho a lo largo de la historia, siempre ha estado el Espíritu Santo. Nadie que a querido monopolizar la salvación o el control del evangelio, se ha salido con la suya. Martín Lutero también se salió del control católico para trasmitir el poder completo de la Biblia. Es otro caso específico que Dios mismo protegía su verdad Bíblica. Martín Lutero “protestó” de las herejías que anunciaban los sacerdotes católicos y por ello denominaron a este movimiento como protestantes queriendo decir que ante toda falsa doctrina levantamos nuestra protesta.
 
Jesús habló el perfecto arameo y en este idioma se escribió las primeras palabras de los evangelios. Posteriormente se fueron traduciendo y siempre se perdían algunas palabras de valor incalculable.
 
Cuando las escrituras entran en nuestro espíritu ya no es un libro, sino que es nuestro alimento. Cuando un camión cargado de toneladas de trigo, arroz, u otros alimentos se para en una explanada para repartirlo, el hambre natural es tan desesperante, que en pocos minutos todo grano desaparece entre la gente. Espiritualmente Dios trae una abundancia de Palabra (trigo, Pan) y no hay desespero por cogerla. Toda obra tiene que ser probada, ya que no todo lo que se predica es «pan o trigo» bueno para comer.
 
Nuestra vida es un vuelo y este debe sufrir tribulaciones que son inevitables. Lo importante es saber dónde sujetarse en los momentos que la carne quiere destacar. Dios nos llama atletas que tienen la obligación de vender nuestro propio desafío para superar los diferentes niveles de fe. Debo preguntarme: ¿Qué es lo que ya he vencido? A la incredulidad? al hombre mentiroso? Al hombre murmurador? El Diablo siempre procura traer a la memoria todo pecado del presente o del pasado, con ellos pretende debilitar nuestras manos para que no peleemos contra el pecado y la maldad. Dios no nos quiere como espectadores sino como atletas. La manera de correr debe ser legítimamente para alcanzar el premio.
 
1 Corintios 9:26
Correr en el estadio es con un propósito creyendo, guardando y practicando. El Señor dice hoy como si fuera la primera vez “yo vengo pronto”.  Él le dice a su iglesia “Santifícate más”. La pasión es la punta de la lanza de los nueve frutos del Espíritu. El hijo llamará a su Novia por su hombre. Cuando más méritos hacemos para alcanzar la santidad más luchas recibiremos.