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La imagen de los Reyes Magos, ¿futuro “logo” de Andalucía?

La imagen de los Reyes Magos, ¿futuro “logo” de Andalucía?

De aquí a unos días podremos compartir la Luz de la Paz de Belén, una pequeña llama que fue encendida por jóvenes scouts católicos en Belén. ¿Qué nos quiere decir este signo? Esa pequeña luz nos dice que el verdadero misterio de la Navidad es el resplandor interior que viene de Jesús, el Niño Dios nacido en Belén. Dejemos que este resplandor interior llegue a nosotros, que se encienda en nuestro corazón la humilde llama de la bondad de Dios; llevemos todos, con nuestro amor, la luz al mundo.

En este Año de la Fe no permitamos que esta llama luminosa, encendida en la fe, se apague por las corrientes frías de nuestro tiempo. La tenemos de cuidar y proteger, la tenemos que ofrecer a los demás.

 

Esa llama también nos invita a otras cosas importantes. Nos invita a que en la Navidad tengamos en cuenta a Belén y toda Tierra Santa, recemos de modo especial también por el lugar del nacimiento de nuestro Salvador y por todas las personas que allí viven y sufren. Queremos rezar por la paz en Tierra Santa. Podemos decirle a Jesucristo con palabras del Papa: “Mira, Señor, a este rincón de la tierra, al que tanto amas por ser tu patria. Haz que en ella resplandezca la luz. Haz que llegue la paz a ella”.

 

Además nos recuerda la luz de la fe, la luz que representada en la estrella guió a los Magos. El evangelio de san Mateo nos dice que “unos Magos de Oriente”, guiados por la estrella, pudieron llegar hasta Jesús, “y cayendo de rodillas lo adoraron; después abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra” (Mt 2, 1-12).

 

Esos Magos nos representan a nosotros y son un estímulo. Así nos lo ha recordado el Papa en un precioso texto que una vez más ha sido mal comentado no se sabe si con mala intención o por no haberlo leído, o por no saber leer mínimamente algo de teología.

 

Vivimos en un mundo en el que el verdadero poder, tantas veces oculto y cobarde, y muchos medios de comunicación, buscan convertirnos en crédulos y que dejemos de ser creyentes. Nos quieren robar el alma y suplantarla por ideologías. Unas ideologías que no sirven para vivir con dignidad, que no ofrecen un verdadero soporte humano. Quieren que seamos marionetas y fotocopias, cuando en realidad Dios nos ha creado y nos quiere libres, únicos e irrepetibles.

 

Se arrogan el derecho a dictarnos qué pensar, qué creer, lo qué es bueno y lo qué es malo. Muchas veces nos presentan una realidad manipulada y filtrada en la que la Iglesia y la religión en general estorban. El Papa se convierte en material informativo en la sección de morbo, sin que la verdad estropee una buena noticia. Saben que actuando así el nivel cultural baja, la capacidad de pensar y comprender se debilita. La noticia inmediata se convierte en un objetivo en sí, da igual si el contenido es correcto. Los medios nos bombardean con una falsa realidad, simplificada hasta el nivel de papilla para niños, a la que “adaptan” la información, retorciendo y manipulando el contenido en razón de intereses que atentan contra la dignidad humana.

 

Es ya un auténtico deber el tratar de mantenernos informados, confrontar noticias, buscar la verdad, tratar de pensar y enriquecernos intelectual y moralmente, en un mundo en el que lo anticlerical no sólo parece de moda, sino que se defiende más o menos explícitamente como lo correcto.

 

Por lo que se refiere a los Magos, Benedicto XVI parte de un hecho: el evangelio se refiere a ellos diciendo que son Magos, y nosotros los conocemos popularmente por Reyes Magos, añadiendo el término “Reyes” ¿Por qué se añade esa nueva denominación? El Papa no ha hecho más que comentar los textos de la Misa que cada 6 de enero escuchamos. Su razonamiento lo podemos recoger en estos diez puntos:

 

  • Aquellos Magos, que posiblemente eran astrónomos, sobre todo eran buscadores de la verdad, y del verdadero Dios, y no tuvieron reparo en postrarse ante un poder tan distinto de los poderes de este mundo: el poder del Amor de Dios, el poder de la Humildad de Dios.
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  • Pronto se vio en aquellos Magos el cumplimiento de la profecía de Isaías, en el capítulo 60, y el cumplimiento del salmo 72.
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  • En ese salmo, al referirse al reconocimiento del rey-Mesías se dice: “que los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributos; que los reyes de Sabá y de Arabia le ofrezcan sus dones, que se postren ante él todos los reyes”.
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  • En efecto, en el salmo 72, leído cada 6 de enero, se menciona Sabá y Arabia y Tarsis, y el Papa recuerda de pasada que Tarsis puede ser Tartesos en España.
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  • Esos lugares eran referencias que de alguna manera marcaban los límites del mundo conocido cuando se escribe el salmo. El salmo está diciendo que las naciones y las gentes, representadas por sus reyes, desde el occidente (Tarsis) hasta Oriente (Arabia), y desde naciones alejadas y culturas exóticas (representadas por Sabá), acogerán al Mesías como Salvador.
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  • Si ese salmo se hubiera escrito cuando se conocían otras tierras, por ejemplo en siglos posteriores, hubiera hablado de reyes provenientes desde Finisterre, también en España, (donde en un momento determinado se consideraba que terminaba la tierra) hasta la India, o desde el Perú hasta Japón.
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  • Así pues el Papa no dice que los Reyes Magos vinieran de Tartesos, en Andalucía, sino que aquellos Magos, vistos con la luz del salmo 72, representan a todos los reyes y pueblos de la tierra conocidos entonces. Por eso, fueron interpretados como representantes de los tres continentes entonces conocidos: África (Sabá), Asia (Arabia) y Europa (Tartesos).
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    A partir de aquí los puntos más importantes:

     

  • Recuerda Benedicto XVI que el “rey de color aparece siempre” para simbolizar que “en el reino de Jesucristo no hay distinción por la raza o por el origen”. Gracias a Jesucristo y en Él, “la humanidad está unida sin perder la riqueza de la variedad”.
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  • También se ha relacionado a los tres reyes con las tres edades de la vida del hombre: la juventud, la edad madura y la vejez. Es decir, el ser humano, en todas sus edades, es un buscador necesitado de Dios.
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    10. Pero el mismo Papa nos pone, una vez más, delante de lo esencial: “los sabios de Oriente son un inicio, representan a la humanidad cuando emprende el camino hacia Cristo, inaugurando una procesión que recorre toda la historia (…) Representan el anhelo interior del espíritu humano, la marcha de las religiones y de la razón humana al encuentro de Cristo”.

     

    Cuidemos para que ese anhelo interior de encontrarnos con Jesús, simbolizado por la Luz de la Paz Belén, este siempre encendido en nuestras vidas. Jesucristo, Lumen gentium (Luz de las gentes), guió a los magos y se ofrece para orientarnos hoy también a nosotros. En ello nos va la vida y la vida del mundo. ¡Feliz Navidad!

     

    Francisco Javier Sagasti Boquet

    Párroco de Santa María de la Esperanza

    en Zizur Mayor (Navarra)