La imagen de una iglesia modelo bajo el ataque y la persecución, Parte III

por Ministerios Alfa y Omega, Inc.

Sermón basado en 2 Tesalonicenses 1.1–5



Punto 6. (1.4–5) La iglesia y la paciencia: los creyentes poseen una firme paciencia y fe al enfrentar persecución y tribulación.


  • La palabra «paciencia» [hupomones] significa ser constantes, soportar, perseverar. Los tesalonicenses soportaron y se mantuvieron en la fe en Cristo aun en medio de todas las persecuciones y tribulaciones que vivían.
  • La palabra «tribulación» [zlupsesin] es una término más general que el de persecución, y se refiere a cualquier tipo de prueba o dificultad (Leon Morris. «Tyndale New Testament Commentaries» [«Los comentarios de Tyndale acerca del Nuevo Testamento»]. The Epistles of Paul to the Thessalonians [Las epístolas de Pablo a los tesalonicenses]. p. 115). Los tesalonicenses estaban perseverando y manteniéndose en su fe aun en medio de todas las dificultades de la vida: tentaciones, presión de grupo, enfermedad, accidentes, pérdida del empleo, muerte. Cualquiera que haya sido su prueba, continuaron siendo fieles a Cristo. No se quebrantaron ni se dieron por vencidos ante la muchedumbre, el desánimo o la desesperanza. Se aferraron a su fe en Cristo.


Fíjese en tres aspectos:


1. Su paciencia y fe eran un fuerte testimonio para los demás. Pablo dice que ellos eran tan firmes que hasta alardeó de ellos con otras personas. ¡Qué testimonio más poderoso! Defender a Cristo a tal extremo que hasta Pablo alardeaba de ellos. Qué ejemplo para nosotros: mantenernos en nuestra fe a tal punto que incluso los ministros presumirían de nuestro testimonio.



2. Su paciencia y fe eran una señal del juicio venidero de Dios sobre los no creyentes. Los creyentes recibieron una fuerza sobrenatural proveniente de Dios cuando fueron perseguidos. Su fuerza era tan impresionante que nadie dudó de que provenía de Dios.


Los creyentes…


• no se estaban poniendo histéricos.


• no se estaban desquitando.


• no estaban aceptando la persecución como ovejas pasivas.


Al contrario, aun en medio de maltratos, demostraron una paz serena y respondieron con un amor activo que exhorta y anima a sus perseguidores a confiar en el Señor. Su respuesta no podía atribuirse a la disciplina mental ni al compromiso a alguna causa humana. ¿Por qué?


— Porque eran muchos y todos estaban manteniéndose y demostrando una fuerza sobrenatural.


— Porque el Espíritu glorioso de Dios, prometido a los creyentes que sufren persecución, reposaba sobre ellos.


«Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros». 1 Pedro 4.14




La presencia y la gloria de Dios en el creyente es una clara señal de que Dios existe y que va a justificar a su amado creyente. Él va a juzgar y tomar venganza sobre los que persiguen a sus amados hijos. La persecución es una clara señal del futuro juicio de Dios. Romanos 2.2; 2 Pedro 2.9, 3.7; Judas 14–15



3. Su paciencia y fe demostraron que los creyentes eran dignos del reino de Dios. Fíjese en la frase «seáis tenidos por dignos» [kataxioozenai]. No significa hacerlos dignos sino tenerlos por, considerarlos, declararlos dignos. Un creyente no se salva porque se mantiene fiel en medio de los sufrimientos de esta vida; se salva porque cree en Jesucristo como su Salvador y Señor. Sin embargo, cuando un creyente sufre en este mundo y continúa firme aun en medio de las aflicciones, él es tenido por digno del reino de Dios. No decepcionó a Dios. Demostró su tesón al ser un fiel hombre o mujer de Dios. Es digno de entrar al cielo ya que ha demostrado su fe. Lucas 21.19; Juan 15.20–21; Filipenses 1.4; 2 Timoteo 3.12; 2 Corintios 4.11; Hebreos 10.36



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