La palabra y el oyente

Predicas Cristianas | Bosquejos Biblicos

Mateo 13:1-9, 18-23

Propósito: Bosquejo biblico para predicar que se dirige a los que oyen la Palabra de Dios.

Introducción:

Esta parábola como una advertencia a los oyentes, quiere decir que hay diferentes maneras de recibir la Palabra de Dios, y que el fruto que produzca dependerá del corazón del que la reciba.

¿Quiénes son los oidores a los que se describe y advierte en esta parábola?

(i) Tenemos al oidor de mente cerrada.

• La Palabra no tiene la posibilidad de introducirse en la mente

• La semilla que ha caído en un sendero endurecido por muchos pies

Hay muchas cosas que pueden cerrar la mente de una persona.

• Los prejuicios pueden hacer que uno esté ciego a todo lo que no quiera ver.

• Puede ser la consecuencia del orgullo que no quiere reconocer que necesita aprender; o del miedo a toda verdad y el rechazo a ir por el camino diferente.

• A veces un carácter inmoral y la forma de vida de una persona pueden cerrarle la mente.

• Por la verdad que condena las cosas que ama, y que denuncia las cosas que hace; y muchos se niegan a escuchar o a reconocer la verdad que los condena.

(ii) Tenemos al oidor de mente superficial como el terreno que apenas cubre la roca. Es la persona que se niega a ser seguidor de Jesús en serio.

• Algunas personas están a merced de las novedades.

• Recogen lo que sea sin pensar un momento, y lo dejan igual.

• Están siempre a la moda.

• Empiezan nuevo nombre o mujer con entusiasmo, pero en cuanto les presenta la más mínima dificultad

• Simplemente se enfrían lo abandonan.

• Muchas vidas empezaron y hoy no están aquí, no terminaron.

• Cuando la oye, se entusiasma; pero no se puede vivir de emociones.

• Tenemos la obligación moral de pensar y de tener una fe inquebrantable.

• Ser cristianos trae sus exigencias, y hay que saber antes de aceptarlas.

• La promesa cristiano no es solo un privilegio, sino también una responsabilidad.

• Un entusiasmo repentino puede convertirse en cenizas rápidamente

(iii) Tenemos al oidor con tantos intereses en la vida que a menudo no le queda espacio para las cosas más importantes.

• Es característico de la vida moderna que cada vez se llena más y más deprisa.

• Se está demasiado ocupado para orar;

• Tan preocupado con muchas cosas que se olvida de estudiar la Palabra de Dios;

• Los negocios le pueden tener a uno tan agotado que está demasiado cansado para pensar en Dios.

• Debemos tener cuidado de no desplazar a Cristo del lugar supremo que Le corresponde.

(iv) Tenemos al oidor que es como la buena tierra.

Recibe la Palabra en cuatro etapas.

• Tiene mente abierta. Siempre está dispuesto a aprender.

• Está listo para oír.es humilde al llamado, no está ocupado para escuchar.

• Entiende. Ha pensado y sabe lo que quiere decir para él, y está preparado a aceptarlo.

• Traduce la audición en acción. Produce la buena cosecha de la buena semilla.

Conclusión:

El verdadero oidor es el que escucha, entiende y obedece la palabra de Dios.