La Prosperidad

“Amado, deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.” 3ª. Juan 2

Esta no es solo una salutación de Juan al anciano Gayo, es el deseo de Dios para todos su hijos amados, Dios quiere que tú seas prosperado en todo, y en todo significa en todo, ahora bien, hay que comenzar por aclarar una cosa, prosperar no significa ser rico, la prosperidad tiene mas que ver con el progreso constante que con el alcance de una meta, hay personas que son ricas en lo económico, pero que no prosperan, viven de créditos, tienen que hacer cosas fuera de la ley o simplemente han sacrificado todos los demás aspectos de su vida en pro del dinero, eso no es prosperar, es vivir con la constante zozobra del temor de perder las cosas materiales, y Dios quiere que seas prosperado en todo y que tengas salud, pero principalmente que lo hagas conforme prospera tu alma, dice la palabra de Dios:

“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si granjeare todo el mundo, y pierde su alma”, dice también “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y lo demás vendrá por añadidura” y estas son dos grandes verdades, si no lo fueran no estarían en la Biblia; pero, he aquí el pero.

No significan de ninguna manera que prosperar económicamente sea malo, Abraham fue rico, Job fue rico, lo mismo que Isaac, Daniel, David, Salomón, Nehemías, José de Arimatea y muchos otros hombres que sirvieron al Señor, ser rico no es malo, lo malo no esta en lo exterior sino en lo interior, por eso dice claramente; “así como prospera tu alma”, si eres prosperado en algo y especialmente en el área económica, sin que prospere tu alma, corres el riesgo de caer en tentación y en lazo del enemigo, porque no estas preparado para digerir la grandeza de las bendiciones que Dios quiere poner en tu vida, o peor aún que el mismo enemigo te este proveyendo para que no sientas necesidad de Dios y de una forma u otra le sirvas, y que esto no te asombre.

Hay muchos que diciéndose cristianos sirven a las intenciones del enemigo, y esto se debe a la falta de conocimiento y la mala interpretación de las escrituras, Dice la palabra de Dios “Contentaos con lo que tenéis”, pero jamás dice contentaos con lo que no tenéis, si eso fuera que sentido tendría la palabra que dice “Pedid y se os dará”, contentarse no significa conformarse, voy a poner un ejemplo; un padre de familia solo puede proveer a su familia frijolitos para comer, y al momento de bendecir los alimentos eleva al cielo la siguiente oración: “Padre nuestro, te damos gracias por estos alimentos que has traído a nuestra mesa, bendícelos y has que sacien el hambre de nuestros cuerpos, así como tu palabra sacia el hambre de nuestras almas, ahora Señor humildemente te pido que me prosperes para que en un día no muy lejano pueda traer a esta mesa unos bistecitos”. Ustedes piensan que Dios le va decir a ese hombre, ¡Ha, como no te contentaste con lo que te di, ahora hasta los frijoles te voy a quitar!, yo no lo creo así, y si usted lo cree así entonces Usted y yo no estamos predicando al mismo Dios, porque mi Dios es un Dios de poder, amor y bondad.

Vamos mas allá, al poco tiempo aquel hombre es prosperado por Dios, y en aquella mesa ahora hay unos huevitos con jamón, con una salsita verde, un poco de queso, y por supuesto los frijolitos, porque estamos de acuerdo Dios no se los quitó ¿Verdad?; y ahora también la oración ha cambiado “Padre nuestro, te agradecemos el habernos prosperado, bendecimos en tu nombre estos alimentos que has puesto ante nosotros, pero señor, con toda humildad te recuerdo que aun espero los bistecitos”; yo le aseguro que los bistecitos van a llegar, y no solo eso sino muchas mas bendiciones, si Dios dio a su hijo para el perdón de nuestros pecados como no nos dará juntamente todas las cosas, por algo Él es el dueño del oro y la plata, pero como en todo hay secretos, hay misterios que deben ser escudriñados en su palabra, y el secreto de la prosperidad se encuentra entre otros lugares en el primer capitulo del libro de Josué.

Pero antes de entrar de lleno a la palabra, analicemos cual era la condición del pueblo de Israel en ese momento. El pueblo de Dios venia de vagar cuarenta años en el desierto, un desierto del que es muy difícil escapar, “la mediocridad de la estabilidad”, durante cuarenta años, su calzado y sus ropas no se habían desgastado, no habían padecido por hambre, no conocían la miseria, pero de igual manera no conocían lo que era prosperar, todo lo que conocían era el estar siempre en la misma condición, les suena familiar esto, hay “cristianos”, y lo pongo así entre comillas que se pasan toda una vida ocupando una banca, es mas ya solo les falta ponerle su nombre a la banca, pero no hacen nada mas, no tienen el deseo de prosperar espiritualmente, son cristianos de palabra, por eso la palabra de Dios dice que seamos hacedores de la palabra, no solo oidores, igual sucede en otras áreas de nuestra vida, pero no voy a entrar en detalles.

Ahora si leamos lo que dice la palabra; 1. Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Num, servidor de Moisés, diciendo: 2. Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. ¿Que trata de decirnos Dios hasta aquí?, Moisés ha muerto, aquel a quien servias ha muerto, porque Moisés era siervo de Jehová, pero Josué era siervo de Moisés, lo que Dios le dice a Josué y a todos los creyentes es simplemente “ROMPE CON TU PASADO”, quítate de encima lo que te estorbe, si ayer fuiste discípulo, tienes que empezar a ser maestro, si ayer fuiste ayudante, hoy tienes que ser oficial, si ayer fuiste publico, hoy tienes que ser actor, tienes que tomar el control de tu vida para poder entregarla en manos de Dios, porque tu no puedes entregarle a Dios lo que no controlas, no puedes entregarle tu vida a Dios si tu horario lo controla un programador de televisión, si tenias programado visitar o evangelizar y te cambian de horario tu programa favorito, ¿Qué haces?, alguien que no conoces, ni te conoce, puede cambiar el ritmo y el sentido de tu vida, porque tu vida no la controlas tú, sino tus gustos, tus aficiones, si quieres servir a Dios y que Él te prospere, debes tomar el control de tu vida y entonces entregárselo a Él. Una vez tomado el control de tu vida, debes de desligarte de las circunstancias que te han rodeado hasta el día de hoy, si tuviste abundancia, ¡Gloría a Dios!, si tuviste carencias ¡Gloría a Dios! Porque serás testimonio de que si se puede prosperar con Dios; si tuviste una vida verdaderamente llena de miseria ¡Mayor Gloría a Dios! Porque tu testimonio será impactante.

No importa cuales fueron las circunstancias de tu vida pasada, Dios puede y quiere levantarte. Aquí también la herencia suele convertirse en un obstáculo que debes romper, si mi padre fue borracho, no necesariamente yo debo ser borracho, si mi padre fue mujeriego yo debo romper con esa cadena generacional, ¡Eso es obvió!, pero he aquí algo importante que se nos podría escapar, si mi padre fue doctor, yo no necesariamente tengo que ser doctor, pero se preguntaran ustedes hermanos, ¿Qué hay de malo en ser doctor?, la verdad nada, pero, que sucede cuando el hijo del doctor tiene aptitudes y gusto por la ingeniería, o por el arte, o por un deporte; pero la familia insiste en que si es hijo de doctor, debe ser doctor, y termina siendo doctor, pero un doctor mediocre, no estoy diciendo que el hijo no pueda adoptar la misma profesión del padre, y mas cuando el padre ha sido un buen ejemplo, pero tu herencia bien puede ser tu motivante, mas no tu “Condicionante”, recuerda que primero debes tomar el control de tu vida para poder entregarle el control de la misma a Cristo.

Continúa diciendo el libro de Josué 3. Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. 4. Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. 5. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé. He aquí el segundo secreto “VISIÓN”, Dios le dijo claramente a Josué lo que iba a alcanzar, cuál iba a hacer su heredad y la del pueblo de Israel, Dios no le dijo simplemente cruza el Jordán y acomódense donde quieran, Dios les puso una visión clara y precisa de lo que iban a obtener y cómo lo iban a obtener, si tu no sabes a dónde vas nunca vas a llegar, lo más seguro es que te vas a perder o peor aun te vas a pasar de largo, debes tener un objetivo definido de que vas a lograr en la vida, aquí voy a decirles algo, hay dos tipos de visiones, la primera: “La visión que Dios da al hombre” como en el caso de Josué y el de Jonás, la diferencia entre estos dos hombres que menciona la Biblia, es que Josué obedeció y fue prosperado y Jonás desobedeció y tuvo que sufrir las consecuencias de su desobediencia, pero al final la visión de Dios se cumplió, si Dios te da una visión personal, si te llama al ministerio, como pastor, como predicador, como cantante, como músico, como evangelizador, escucha ese llamado, porque Dios va ha hacer que se cumpla y si tú desobedeces solo lograras que la visión se retarde y que tú sufras, Jonás no hizo si no retardar el cumplimiento de la visión y en consecuencia, ser arrojado al mar, ser devorado por el pez y el resto de la historia ahí esta escrito en su libro.

El segundo tipo de visión es “La visión del hombre” y esto no es malo de ninguna manera, Dios te dio libertad para hacer todas las cosas, si tu deseas algo y no esta en contra de los mandatos de Dios, y se lo pides a Él en el nombre de Jesús, la Biblia dice que te será concedido, pero voy a dar tres ejemplos bíblicos de visión de hombre, primero: la visión de Lot; Lot vio las tierras en la región de Sodoma y Gomorra, que eran de riego, que eran buenas, y se visualizó próspero en aquellas tierras, pero hubo un problema, jamás puso esa visión en manos de Dios, no dice la Biblia que Lot hubiese consultado a Jehová para tomar esa decisión, no dice tampoco que haya bendecido la tierra y la haya dedicado al Señor, las consecuencias fueron nefastas para Lot y su familia. Así sucede cuando hacemos las cosas sin ponerlas en manos de Dios, y no solo en nuestra vida personal sino también en el ministerio, hay veces que un cristiano se empeña en convertir a un amigo o a un familiar, y le insiste y le insiste y le insiste, y no consigue nada, y mientras tanto ignora la voz de Dios que le indica evangelizar a otra persona, pero él sigue duro y dale con quien él quiere que sea salvo sin pensar si Dios tiene otro tiempo para aquella persona.

Pero pasemos al segundo ejemplo: la visión de David de construirle casa a Jehová, y usted podrá decir que esa era visión de Dios, pero hay algo que demuestra que era visión de hombre, y es que Dios no le permitió a David construir él mismo el templo, Dios le dijo, no serás tu sino tu hijo quien me edifique casa, tu puedes tener una visión de un negocio, pero la desechas porque piensas que ya estas viejo y que no veras los frutos, pero no sabes si Dios quiere prosperar a tus hijos por medio de ese negocio, a veces no asistes a los cultos de oración porque a ti no te gusta o dices que no sabes orar, pero no sabes si en alguno o varios de tus hijos hay un verdadero guerrero de oración y que se esta alimentando y que se esta estimulando al verte a ti y los demás hermanos entregándose a la oración y a la adoración. David no edificó la casa de Jehová, pero preparo los materiales con los que Salomón la edificaría, no abandones una visión por parecerte que no verás los frutos de ella, tal vez Dios quiere esas bendiciones para tus hijos o para los hijos de tus hijos. Por ultimo el tercer ejemplo: la visión de Nehemías, Nehemías sintió en su corazón compasión por su pueblo y por la ciudad de sus padres que se encontraba destruida, no dice que Dios puso en su corazón reconstruir la ciudad, fue Nehemías quien oró a Dios para que el le diera gracia ante Artajerjes para que este le permitiera ir a Jerusalén y reconstruirla, esa es la visión que queremos los cristianos, que usted quiere levantar un templo, póngalo en manos de Dios, y empiece a buscar el terreno, si quiere un empleo mejor, póngalo en manos de Dios y reparta solicitudes, si quiere reconstruir su vida, póngalo en manos de Dios y apéguese a sus mandamientos y enseñanzas.

Vamos a continuar con la palabra; 6. Esfuérzate y se valiente…; hasta ahí, el tercer secreto se llama “ACCIÓN”, la mas maravillosa de las visiones es solo un sueño si no la acompaña la acción, si no hay un esfuerzo de tu parte, Josué tuvo que levantarse y cruzar el Jordán, Jonás tuvo que viajar a la ciudad de Nínive y pregonar por las calles, Nehemías tuvo que orar por varios meses y finalmente hablar con el rey, mas todas las acciones que siguieron a este hecho, si usted quiere que Dios lo prospere levántese y haga algo y sea valiente porque el enemigo no se va ha quedar quieto, en cuanto usted arranque va ha poner obstáculos en su camino, cuando usted se convierte a Cristo siempre habrá quien lo critique y trate de convencerlo de que esta cometiendo un error, le dirán te están engañando, ahí solo te sacan dinero, te están lavando el cerebro, y esto ultimo es muy cierto, se le esta lavando el cerebro de toda la porquería que lo había ensuciado el mundo, y no nada mas el cerebro toda su vida fue lavada con la sangre bendita de nuestro Señor Jesús de Nazaret . Lo mismo pasa cuando inicias un negocio, empiezan los comentarios negativos, no vas a poder, no vas a durar, aquel lo intentó y fracasó, pero tú sabes quien esta contigo y si Dios esta contigo, ¿Quien contra ti?, a Edison le dijeron que desistiera cuando llevaba mas de cien intentos por conseguir la bombilla, y lo logró, a Henry Ford le dijeron que no funcionaria el motor de combustión interna, y lo logró, a Nehemías le dijeron que si una zorra trepara por la muralla se derribaría, y no se rindió y reedifico la muralla, jamás se rindió, fue fiel a su visión y actuó confiando en el Señor, a David le dijeron que no podría derrotar a Goliat sin una armadura, y lo hizo, porque actuó y fue valiente. No deje que su visión se convierta en un sueño sin realizar.

Continuando en el mismo versículo 6. Porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres. He ahí el cuarto secreto “COMPARTIR” y este nos da el mayor indicativo de si las cosas vienen de Dios o del enemigo, si usted recibe y en su corazón nace el dar, sea espléndido al dar porque usted confía en el Señor; si su corazón se llena de mezquindad, cuidado pues la supuesta bendición puede ser obra del enemigo para desviarle del camino, Dios solo da semilla al que siembra, las bendiciones no pueden estancarse deben fluir, la bendición de Abraham no solo fue para él, sino para toda la humanidad; si tú recibes de parte de Dios debes de compartir, cuando compartes su palabra creces espiritualmente, cuando compartes en lo económico te vas abriendo puertas, te vas generando amistades, simpatías y apoyo, Nehemías pensó en su pueblo aun cuando él se encontraba en una posición de privilegio, Lot en cambio solo pensó en sus intereses personales por encima de los de su tío Abraham, los resultados finales saltan a la vista, si quieres que Dios te prospere en una forma constante, procura siempre compartir el fruto de esas bendiciones.

En el versículo 7 dice: Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforma a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó, no te apartes de ella ni ha diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Quinto secreto, muy importante, “FIDELIDAD”, cuando empiezas a prosperar, empiezan a crecer las tentaciones, el enemigo no se preocupa ni se molesta en tentar a los estancados, el va contra los que prosperan, contra los que pueden ser de testimonio de la grandeza del poder de nuestro Dios. Es cuando vienen los comentarios como “ay que bonito predica”, “usted si que sabe de estas cosas”, “se nota que Dios lo esta usando mucho” lo cual en si no esta mal, pero conlleva a caer en la vanidad, por otro lado en el área material cuando notan que usted esta prosperando comienzan las tentaciones, le ofrecen negocios deshonestos o dudosos, vienen las amenazas de que si no hace las cosas de tal o cual manera perderá lo conseguido hasta el momento, por lo cual debe de ser muy valiente, para no apartarse de la fidelidad a Dios para que Él pueda seguirle bendiciendo y prosperando El versículo 8 continúa diciendo: Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditaras en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Pareciera ser que este versículo es continuación del anterior y que sigue hablando de fidelidad, y en parte es cierto, pero el secreto escondido y el sexto en la lista es el siguiente “CONOCIMIENTO”.

Dice la palabra de Dios por falta de conocimiento, pereció mi pueblo. Se lo explico de otra manera, ¿Alguna vez trató usted de armar un modular, o un juguete armable sin leer las instrucciones previamente?, salvo casos muy especiales, termina siendo un desastre, y al final tiene que regresar y recurrir al manual para obtener el conocimiento necesario para conseguir su objetivo, así sucede con nuestra vida, Dios nos dio un manual en su palabra para ser bendecidos y prosperados en todo, pero tratamos de armar nuestra vida a nuestra manera y terminamos echando todo a perder hasta que volteamos a ver el manual, así sucede con todas las cosas, en tu trabajo si no estudias los manuales harás un trabajo deficiente, por otra parte si tu hablas de lo que conoces, ciertamente enseñas a otros, pero al mismo tiempo si lo que has aprendido es incorrecto das la oportunidad de que alguien con el conocimiento mas certero te corrija y te enseñe, por tanto hablas, escuchas y meditas, con lo cual aumentas tu conocimiento y tienes la oportunidad de aprender cada día mas o lo que es lo mismo, de prosperar en lo que haces, aplica lo mismo en tu ministerio, que en su vida laboral.

Para finalizar en versículo 9 nos dice:

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. Séptimo secreto, “PERMANECER CON DIOS”, Moisés se negó ha avanzar si el poder de Dios no estaba con él, Jabes pide en su oración que la mano de Dios permaneciera con él, y David demanda al altísimo morar en su presencia, no importa cuanto puedas prosperar en lo espiritual o en lo material, de nada vale si Dios no permanece contigo en tu corazón, si no eres templo viviente ni parte del cuerpo de Cristo, he aquí, que la palabra de Dios dice; De que le sirve al hombre ganar el mundo entero, si perdiera con ello su alma, y sabemos de antemano que el único salvador de nuestra alma es nuestro Señor Jesucristo. No temas hermano a prosperar, no temas a aumentar tus responsabilidades, pues ciertamente con ello aumentarás tus recompensas, tanto aquí en la tierra como en el cielo.

Con esto no quiero decir que el creyente verdadero nunca va a pecar, lo que si no va a hacer es pecar con todo su corazón y voluntad. Puesto que el que ha nacido de Dios ha sido hecho nuevo desde su corazón (Ezequiel 36:25-27). El creyente verdadero puede llegar a pecar por diferentes motivos, pero el pecado no va ser la norma que regirá su vida, pues como lo dice la Biblia el que ha nacido de Dios no practica el pecado. Así que, nosotros somos justificados por medio de la fe, solamente la fe, pero eso sí, la fe verdadera vendrá acompañada de buenas obras.

En los pasajes de nuestro estudio vemos como el apóstol Santiago habla a los cristianos de ese entonces, y también a nosotros. Para una mejor comprensión acerca de lo que Santiago nos está hablando, imaginemos que viajamos en un tren de esos antiguos con muchos vagones, ahora les invito a que imaginen que aquel tren se puso en movimiento. Por simple observación, podemos llegar a la conclusión lógica que el vagón principal en donde se encuentra el maquinista es el que jala todo el resto de vagones, los vagones no son los que jalan el vagón principal en donde está el maquinista. Ahora, partiendo de este ejemplo, nuestra fe vendría a ser como aquel vagón principal que jala el resto de vagones, de una forma análoga una fe genuina jalará hacia sí las buenas obras. Hermanos, la fe verdadera nos lleva a las buenas obras, no al revés. Espero que de esta forma haya sido más comprensible el hecho de que una fe verdadera siempre va a producir buenas obras, y que si estas buenas obras no se ven, es muy probable que donde se dice que existe fe no exista para nada.

He perdido la cuenta de cuántas veces se han acercado preguntarme lo siguiente: ¿podemos perder nuestra salvación? Sinceramente a todos los que me han preguntado siempre les he dado la misma respuesta: -nunca puedes perder algo que no has tenido. Suena bastante lógico ¿no es cierto? Ya que es imposible poder perder algo nos tenido nunca. En base a esto y con total seguridad puedo decir que existen muchos que profesan ser cristianos y que en realidad nunca han poseído la salvación, nunca han nacido de nuevo, a lo único que llegado es a hacer una oración en público, basados en la Biblia, esto no nos da ninguna garantía de salvación. Corroboramos esto, justamente los versículos del tema de hoy, aquí vemos como Santiago nos dice “…Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan…” Esto nos enseña que el simple conocimiento intelectual acerca de Cristo no nos puede salvar. Pues como lo dice el versículo que acabamos de leer, aunque ellos crean intelectualmente en Cristo, eso nunca podría salvarlos.

Oigo a alguien preguntar: -¿En verdad el conocimiento de que sí existe Cristo no nos puede salvar? Pues no, la razón radica en que si decimos que creemos en algo y no actuamos en relación o conforme a la creencia que decimos que tenemos, en realidad no creemos nada, es una creencia ilusoria. Hoy en día es fácil oír a las personas repetir una corta oración de salvación, pero esta oración o profesión sin que lleve un cambio de vida, sin que se hagan visibles buenas obras, esta oración o profesión no les salvará. Hermanos veamos lo que nos dice Santiago: “…Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?..” Pueden notar cómo las palabras de Santiago nos ayudan a comprender que el simple hecho de realizar una profesión de fe públicamente no nos garantiza que hayamos recibido la salvación. Veamos este punto muy importante a continuación

La verdad es esta, si alguien dice que ha recibido la nueva vida en Cristo, y su vida sigue siendo la misma, su vida sigue sumergida en el pecado, aquel simplemente se está engañando. Aunque podamos engañar al hombre con disfraces de religiosos, a Dios quien descubre las intenciones de nuestro corazón, a Él no le podemos engañar. Decir que somos de Dios, y que nuestra vida se encuentre en total rebeldía a Dios, aunque hagamos profesión públicamente de serlos. Veamos lo que dice la Palabra de Dios en Mateo 15:8: “…Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí…” Amados, a continuación veremos una forma más precisa acerca de este tema de la salvación.

Imaginemos que alguien llega a la iglesia ya sea un adultero, un fornicario, un homosexual, un homicidio, etc. Y que aquella persona es convencida de su pecado por la predicación del Evangelio, imaginemos como lo típico y habitual que sucede, ella pasa al frente y hace la oración de salvación. Ahora imaginemos, que esta persona al salir de la iglesia sigue llevando la vida que tenía. ¿Realmente esa persona fue salva? ¿O fue salva hasta el momento de hacer la oración y luego perdió su salvación? Pues un no rotundo es la respuesta a estas interrogantes. El que es salvo, no lo es solamente del infierno, sino que Dios lo salva también del amor al pecado, es por eso que una persona que ha sido salva por Dios, es una persona que ahora vivirá en contra de aquello que Dios le ha salvado, es decir su pecado. Ella no puede perder algo que nunca ha tenido.

Una persona que realmente ha recibido la salvación por medio de la fe, es aquella persona que va a estar acompañada de buenas obras, las cuales certifican la originalidad de su fe. Corroboramos esto en las Escrituras, leamos “…Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?..” Podemos observar que este pasaje se relaciona con una persona, la cual está atravesando por una necesidad, y esta necesidad es material o física. Amados, qué haríamos nosotros frente a una persona que se encuentra atravesando esta necesidad. Reaccionaríamos de la manera descrita en este pasaje, sí, sin ánimo de herir a nadie, estoy seguro que algunos actuarían de esta manera. Pero sé que también habría muchos cristianos que no actuarían de esta manera, sino todo lo contrario. El punto aquí es, que si actuamos nosotros tal y como lo menciona este pasaje, como podríamos dar testimonio que nuestra fe realmente es verdadera, ya que no existirían obras que la confirmen. Amados, ¡la fe sin obras es muerta, no existe!

Para concluir. Nuestro Señor Jesús nos enseña algo en Mateo 5:16, leamos “…Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos…” Cristo nos enseña aquí, que si nosotros andamos en luz, aquella luz reflejara nuestras buenas obras hacia los hombres para que Dios sea glorificado en ello. Alguien dirá: -¿cuán importante son las obras en nuestras vidas?

Hermanos, las obras son tan importantes ya que ellas dicen lo que somos, ellas reflejan nuestras convicciones, ellas certifican nuestra fe, ellas dan evidencia a los hombres de que realmente somos hijos de Dios, de que realmente tenemos una nueva vida en Cristo de que realmente hemos dejado atrás la vida de pecado. No se olviden de esto hermanos, la fe verdadera siempre va a ir acompañada de buenas obras, las cuales harán que los hombres glorifiquen a Dios y vean que cuando Él salva a alguien, no solamente lo salva del infierno sino también del amor a su pecado.

Amados, no nos olvidemos de esto nunca: “…Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta…” Es preciso aclarar algo de una manera enfática, no quiero decir que las obras producirán nuestra salvación, pero sí la salvación producirá buenas obras en nosotros. Nosotros somos salvos sólo a través de la fe en Jesucristo, pero una fe genuina en Él, obrará conforme a la voluntad de Dios.