LA PRUDENCIA DEL UNGIDO

“Por lo cual Saúl lo alejó de sí, y le hizo jefe de mil; y salía y entraba delante del pueblo. Y David se conducía prudentemente en todos sus asuntos, y Jehová estaba con él. Y viendo Saúl que se portaba tan prudentemente, tenía temor de él. Mas todo Israel y Judá amaba a David, porque él salía y entraba delante de ellos” (1 S. 18: 13–16).

“A Saúl le entró miedo de David, porque el Señor estaba con él y se había apartado de Saúl. Entonces alejó a David nombrándolo comandante, y hacia expediciones al frente de las tropas. Y todas sus campañas le salían bien, porque el Señor estaba con él. Saúl vio que a David le salían las cosas muy bien, y le entró pánico. Todo Israel y Judá querían a David, porque les guiaba en sus expediciones” (1 S. 18:13–16, Nueva Biblia Española). A Saúl le entró miedo de David, porque el Señor estaba con él y se había apartado de Saúl. Entonces alejó a David nombrándolo comandante,y hacia expediciones al frente de las tropas. Y todas suscampañas le salían bien, porque el Señor estaba con él. Saúl vio que a David le salían las cosas muy bien, yle entró pánico. Todo Israel y Judá querían a David, porque les guiaba en sus expediciones (1 S. 18:13–16, Nueva Biblia Española).

Introducción

Los no ungidos se sienten siempre amenazados y molestos con la presencia de los ungidos. El éxito y prosperidad de los ungidos lleva a los no ungidos a sentirse amenazados, inseguros, temerosos y con pánico.

Por esto harán todo lo posible para mantenerlos a distancia ministerial. Les ofrecerán puestos y títulos para entretenerlos y mantenerlos ocupados, y de esa manera proteger sus propios intereses, es decir, su posición.

Pero los puestos por más sensacionales que sean nunca alejarán a los ungidos del plan y del propósito que Dios en su soberana voluntad ha bosquejado para ellos.

Los ungidos saben quién es Dios, quiénes son ellos y cuál es la agenda divina para sus vidas. Sus movimientos están calculados hacia la meta que Dios les ha revelado.

Los no ungidos aman los puestos, los títulos, los reconocimientos y toda honra humana. Su ego se alimenta de halagos, aplausos, nombramientos, reconocimientos públicos y todo acto que les pueda alimentar su espíritu altivo.

El ungido solamente está interesado en ser un servidor de Dios y de sus semejantes. Ser un servidor lleno de unción y de visión es de más importancia para el ungido, que tener un puesto sin unción y sin visión.

Saúl murió como un líder sin unción, pero con visión. Sansón murió como un líder con unción, pero sin visión. En la misión necesitamos unción y visión.

  1. El puesto

“Por lo cual Saúl lo alejó de sí, y le hizo jefe de mil; y salía y entraba delante del pueblo” (18:13).

La inseguridad de Saúl lo llevó a tomar medidas preventivas contra el avance del ungido. El no ungido ahora comienza a cuidar su posición. Cuando las posiciones es lo único que le interesa a los líderes, es señal de que ya no son los ungidos.

Cuando los líderes luchan por tener poder, significa que ya no tienen autoridad. El que tiene autoridad automáticamente manifiesta poder. La autoridad da poder, el poder no da autoridad.

Un líder sin unción se deja manejar fácilmente por la carnalidad. Sus motivaciones espirituales son sustituidas por motivaciones carnales. Su liderazgo espiritual es reemplazado por la política carnal.

Saúl se inventa un puesto de comandante para David, no porque lo apreciaba o lo quería reconocer, sino porque lo quería mantener a mucha distancia. Cuando falta la unción se tiene miedo de perder la posición.

Los ungidos no se enamoran de las posiciones. Servirán en las posiciones y ayudarán a lograr el máximo en cualquier asunto emprendido. Los que no cuentan con Dios para nada, Dios no cuenta con ellos para nada. Cuando contamos con Dios, Dios cuenta con nosotros. Cuando lo incluimos a Él en nuestros planes, Dios nos incluye en los suyos. Tengamos confianza en Dios y Él tendrá confianza en nosotros.

  1. El efecto

“Y viendo Saúl que se portaba tan prudentemente, tenía temor de él” (18:15).

El temor se apodera de las emociones del no ungido. Por miedo alejo al ungido con un puesto de comandante de su ejército, y ahora por la prudencia del ungido, Saúl se llena de temor.

En lo emocional, Saúl ya no estaba apto para ser rey de Israel. Su vida emocional se encontraba fuera de balance. En sus manifestaciones psicológicas se descubre: ira, celo, resentimiento, proyección y temor. Un líder que pierde la unción manifiesta un espíritu de ambivalencia emocional. No se puede ser un líder eficaz sin autocontrol emocional.

Saúl manifestaba un miedo mal infundado. Su propio alejamiento de Dios y la anulación de la unción en su vida, dejaron como efecto en Saúl la revelación de un espíritu de miedo.

Si algo se recibe con la unción es tener poder sobre el temor. Muchas veces nuestro Señor Jesucristo tuvo que tratar con el temor en la vida de sus discípulos.

En una ocasión, después que sus discípulos entraron a la barca y Jesús despedía a la multitud, ascendió al monte para orar solo (Mt. 14:22–23). Al llegar la noche, cuando ya la barca había navegado hasta la mitad del lago, se levantó una tormenta, era entre las tres y las seis de la madrugada. Jesús andando sobre el encrespado lago se encaminó a los discípulos y ellos lo confundieron con un fantasma y comenzaron a gritar de miedo (Mt. 14:24–26).

Notemos las palabras que Jesús empleó para contrarrestar el miedo: “¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!” (Mt. 14:27). El mejor antídoto contra el miedo espiritual es el ánimo de la Palabra y el reconocimiento de Jesús. Cuando conocemos la Palabra y reconocemos al Señor Jesucristo en nuestra vida no hay miedo que se pueda apoderar de nosotros.

En 2 Timoteo 1:7 leemos: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. La vida manifestada del Espíritu Santo en el creyente le da amor hacia Dios, amor hacia sí mismo y amor hacia el prójimo (que incluye amigos y enemigos). También le da poder para vencer y llevar una vida cristiana victoriosa. Finalmente le ayuda a tener autocontrol de su vida emocional. Las emociones no pueden jugar con los que se mantienen dirigidos por el Espíritu Santo.

Los ungidos son gente llena de fe y de poder, que no andan arrastrando las cadenas del miedo en su vida. La presencia de Dios en sus vidas los pone en control de todo. Al saber quiénes son en Jesucristo, saben lo que pueden hacer en el nombre de Jesucristo. El poder y la vida de Jesucristo está en ellos y con ellos.

III. El resultado

“Mas todo Israel y Judá amaba a David, porque el salía y entraba delante de ellos” (18:16).

La versión Dios Habla Hoy expresa: “Pero todos en Israel y Judá querían a David, porque él era quien los dirigía cuando salían a campaña y volvían”. En la Nueva Biblia Española leemos: “Todo Israel y Judá querían a David, porque les guiaba en sus expediciones”.

Saúl pensando alejar a David de sí, lo que hizo fue acercarlo más al pueblo. En cada campaña militar David ganaba más reputación con sus hombres. Con ellos salía a la guerra y con ellos volvía.

Andar con el ungido ofrece seguridad. Sus pasos son bien calculados. Cuando se propone algo, siempre lo consigue. En la guerra nunca es un perdedor, siempre es un ganador. El que sale con el ungido también regresa con el ungido.

Tomemos en cuenta que el ungido es alguien a quien se llega a amar. Hay algo en su persona y liderazgo que le lleva a ser amado por los demás. Ese algo es Dios. Siempre anda vestido de la presencia de Dios. Su vida está llena de Dios. Su ministerio es bendecido por Dios.

Un día todo Israel y Judá proclamarían a David como el rey de ambos. El ungido en cualquier posición que tenga se da a querer de los demás. No se puede ser un líder eficaz sin ser apreciado y amado por sus seguidores. Las personas siguen a un líder que aman y están dispuestos a hacer cualquier cosa por ese líder.

Pero para recibir amor hay que dar amor. La experiencia del amor es siempre reciproca. Uno ama para ser amado. El ser amado es una necesidad básica en todo ser humano. Otras dos necesidades son protección y provisión.

La esposa que quiere más amor de su esposo, le debe dar más amor. El hijo o la hija que quiere ser más amado o amada por sus padres, debe darles más amor. La madre o el padre que quiere más amor de sus hijos, tiene que expresarles más amor. La persona que desea ser más amada, tiene que comenzar a amar más. El amor no puede ser egoísta.

El amor es una entrega total a otros. La mejor definición del amor la escribió el apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo:

“Ya puedo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles que, si no tengo amor, no paso de ser una campana ruidosa o unos platillos estridentes.

Ya puedo hablar inspirado y penetrar todo secreto y todo saber; ya puedo tener toda la fe, hasta mover montañas, que, si no tengo amor, no soy nada.

Ya puedo dar en limosnas todo lo que tengo, ya puedo dejarme quemar vivo que, si no tengo amor, de nada me sirve.

El amor es paciente, es afable; el amor no tiene envidia, no se jacta ni se engríe, no es grosero ni busca lo suyo, no se exaspera ni lleva cuentas del mal, no simpatiza con la injusticia, simpatiza con la verdad. Disculpa siempre, confía siempre, espera siempre, aguanta siempre. El amor no falla nunca” (1 Co. 13:1–8, Nueva Biblia Española).

Conclusión

(1) A los líderes ungidos las posiciones no los alejan de su llamado. (2) El secreto del éxito de todo ungido es su experiencia con Dios. (3) El miedo es señal de que la unción está ausente. (4) Los ungidos son personas que aman y se dejan amar.

Kittim, S. (2002). David el ungido – sermones de grandes personajes bíblicos : Kittim, Silva (67). Grand Rapids, Michigan, EE. UU. de A.: Editorial Portavoz.