Biblia

La Realidad es que Dios es siempre Fiel

La Realidad es que Dios es siempre Fiel

La Realidad es que Dios es siempre Fiel

“Pero cuando llegó la noche, tomó a su hija Lea y se la entregó a Jacob, y Jacob se acostó con ella. A la mañana siguiente, Jacob se dio cuenta de que había estado con Lea, y le reclamó a Labán: ¿Qué me has hecho? ¿Acaso no trabajé contigo para casarme con Raquel? ¿Por qué me has engañado?” Génesis 29:23 y 25 (NVI)

Escapándose de la ira de su hermano Esaú, Jacob va a visitar a Labán el hermano de su madre y allí conoce Raquel, su hija mejor de quien se enamora perdidamente.

Tanto amor tiene que cuando su futuro suegro le pide que trabaje para él 7 años por Raquel, Jacob lo hace con gusto y le parece poco el tiempo. ¡7 años es una eternidad!, pero para Jacob fueron como algunos días.

El día de la boda, luego de 7 años de no poder tocar a su prometida, Labán hace una gran fiesta y al final Jacob va a su tienda nupcial para intimar con la mujer que amaba. La Biblia no da detalles, pero tal vez entre los efectos de la fiesta y lo oscuro de la noche, Jacob no se dio cuenta.

Lo cierto es que cuando amanece al día siguiente y se despierta en su cama matrimonial, ¡encuentra a su lado a Lea, la hermana mayor de la mujer que pensaba que se había casado! Parece un culebrón mexicano, o una novela brasilera, pero es un hecho verídico. Jacob se despertó y encontró que su realidad no era la que él deseaba. Era otra. ¡Le habían cambiado a su mujer!

Enojadísimo va a buscar a su suegro mentiroso, y lo increpa por el cambio. Labán, muy tranquilo le explica que las leyes de esa tierra eran que no se podía casar la menor antes que la mayor. Y Jacob tuvo que esperar otros 7 años para poder casarse con la mujer que amaba.

Se despertó ante una realidad que no deseaba ni esperaba, se durmió en un sueño de enamorado y se despertó golpeándose contra la dura situación que no podía cambiar.

A veces cuando nos despertamos y nos damos cuenta que lo que nos toca vivir no es lo que deseas, ni esperamos, ni queremos, nos sentimos defraudados por Dios. Y golpeamos las puertas del cielo increpando a Dios por el cambio que permitió en nuestra vida. Soñábamos con algo que nunca llegó. Dios siempre tiene una razón para cada cosa.

REFLEXIÓN – No increpes por tu realidad. Dios siempre es fiel.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany