Biblia

La voz de Dios

La voz de Dios

por No Aplica

Texto de referencia 1 Samuel 3:1-14; Salmo 16:7

Debemos aguzar nuestros oídos para escuchar la voz de Dios. Esto es como el niño a quien su padre le dice durante un concierto de orquesta sinfónica: «Escucha la flauta en esta melodía. ¿No es maravilloso su sonido?» El niño incapaz de distinguir las flautas, mira desconcertado a su padre y le dice » ¿Cuáles flautas papá?»


El niño debe aprender primero cómo suenan las flautas por sí solas, separadas de toda la orquesta, antes de poder escucharlas en una sinfonía. Lo mismo pasa con nosotros como hijos de Dios. A menos que nos demos tiempo para oír la voz del Señor en los momentos silenciosos de la vida, no lo oiremos en los momentos sinfónicos de nuestra existencia.

Tomado del libro Ilustraciones perfectas publicado por Unilit. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.