LAS DIFICULTADES NOS ACERCAN MÁS A DIOS

Por: Pastor Gonzalo Sanabria. Este sermón fue publicado inicialmente en www.estudiosysermones.com. Te invitamos a leer más sermones del Pastor Gonzalo Zanabria en la mencionada web.

Debemos reconocer que las crisis o dificultades nos acercan más a Dios. Vemos aquí a una madre que a causa de su angustia y dolor busca al Señor Jesús y clama Su misericordia. En ésta acción creo que nos parecemos a ésta mujer, pues cuando llega la prueba o dificultad a casa buscamos a Dios y esto es lo correcto, pero a veces lo hacemos sólo cuando hay problemas. En el desierto o en la tierra de la abundancia, debemos buscar a Dios, procurar Su presencia debe ser nuestro estilo de vida…

LAS DIFICULTADES NOS ACERCAN MÁS A DIOS

“Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio” Mateo 15:21-22.

El dolor de ésta madre se debe a la condición de su hija. Cuando nuestros hijos sufren o padecen un dolor, como padres también somos afectados, porque es nuestro deseo que ellos estén bien, y también Dios los quiere bendecir. Es muy importante tener en cuenta que sí la condición de nuestros hijos nos interesa profundamente, también a Dios le interesa nuestra condición y bienestar, pues somos sus hijos.

Las crisis que tocan la puerta de nuestra casa son diversas: económicas, de salud, conyugales, espirituales, etc. En otras ocasiones como nos narra el texto de hoy, la crisis toca a los hijos. Podemos ver según el texto que la madre expresa: “mi hija es gravemente atormentada por un demonio”, la Biblia no expresa el tiempo que esto llevaba, ni como inició. Aunque era una jovencita un demonio la estaba afligiendo (porque los demonios no hacen diferencia de edad), pero Dios tiene el poder de cambiar todas las cosas. Te invito a leer: “El Espíritu De Dios Trae Vida, Como El Agua Al Desierto”.

La madre de ésta joven era cananea, sirofenicia, con un trasfondo de idolatría, brujería, ocultismo, y otras prácticas propias de los pueblos cananeos. En nuestros días vemos cosas como: tabla ouija, uso de amuletos, ocultismo en el internet, las tribus urbanas, y muchas otras cosas que llaman la atención y cautivan a los jóvenes (alcohol, drogas, desenfreno sexual, pandillas y grupos que ganan muchos chicos por sus vacíos de afecto en casa y grandes problemas de autoestima). El objetivo de los demonios es atormentarlos y llevarlos a la muerte.

Sin embargo vemos que esta madre ante la dificultad se acercó más a Dios, ella fue a buscar a Jesús y clamó Su misericordia, y es esto lo que debemos hacer. Ante las dificultades debemos buscar a Dios con fe y esperanza, fe creyendo en Su poder y esperanza sabiendo que al final Dios nos permitirá ver Su gloria. Dios quien es fiel y bueno, sanó a su hija liberándola de aquel tormento demoníaco.

Veamos pues la dificultad como una oportunidad para acercarnos más a Dios, crecer en la fe y ser testigos de Su poder. Esta madre no renunció ni se quejó ella busco a Dios. Ella amaba a su hija, y podemos concluir que pensaba: “aunque esté endemoniada es mi hija”.

Esta dificultad familiar la llevó a Jesús, y le dijo al Señor: “ten misericordia de mí”, no aspiraba a más, recordemos que ni siquiera era judía. No hay un padre en la Biblia que haya pedido a Dios por sus hijos y no haya sido escuchado, porque Dios oye las oraciones de los padres a favor de sus hijos, pues él también es Padre y nos comprende perfectamente.

Reflexión final: Dios no desampara a sus hijos, ni cierra los oídos a su clamor. Ante la dificultad debemos buscar Su rostros y hacerlo con confianza sabiendo que no seremos decepcionados. Demos gracias a Dios, pues las dificultades nos acercan más a Dios. Gracias Señor porque en todo tiempo podemos confiar en ti.

(Escrito por pastor Gonzalo Sanabria)

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